El Madruelo espera a agosto para su derribo. La Junta de Extremadura confirma a este diario que el edificio será demolido este verano y justifica la demora en el inicio de la obra en un trámite administrativo. Para que la empresa que ha resultado adjudicataria de la actuación, la murciana Eneas, pueda acometer la demolición debe contar con una autorización especial para retirar el amianto de la cubierta, un material presente en el inmueble de antigua construcción y que debe manipularse con los oportunos permisos.
De esta forma, la administración regional estima que el documento que acredita el traslado de las placas de amianto esté listo antes de que concluya el mes y por tanto, será en las próximas semanas cuando puedan empezar los trabajos para desmontar el inmueble.
En total, esta primera fase del proyecto del futuro museo de la fundación privada de La Fontana cuenta con 300.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Estos primeros trabajos se ciñen exclusivamente a las tareas para derribar el bloque, en estado irrecuperable. Más tarde, se adjudicará una segunda fase que abordará la construcción de la futura sede del museo. En total, tal y como avanzó la Junta de Extremadura, el proyecto contará con una inversión de 6 millones de euros que aportará la propia administración regional y la estimación es que esté listo antes del año 2026.
Se da la circunstancia de que este proyecto responde a una modificación en la idea inicial que tenía la Junta para la ubicación de este museo. En un principio, la propuesta es que Archivo histórico provincial se trasladara del Palacio Toledo-Moctezuma al futuro hospital Virgen de la Montaña pero tras la negativa de los archiveros a cambiar su sede, la Consejería de Cultura tuvo que reestructurar el plan. De este modo, de la primera ubicación en la plaza del Conde de Canilleros, en pleno corazón monumental, pasó a la parcela del arrabal, ya fuera del recinto amurallado, pero también en el entorno del patrimonio artístico junto a la iglesia de Santiago y al que será el futuro hotel de lujo del Palacio de Godoy.
Este cambio recaló de manera desigual entre los vecinos, ya que desde la asociación del casco histórico se criticó que se vaya a destinar un espacio público a una fundación privada y que se dedique a una función turística. Por su parte, el alcalde Luis Salaya defendió que el casco histórico no será «ni un museo al aire libre» pero tampoco será «una urbanización privada».
De forma paralela, al proyecto de musealización, en estos meses sí se ha actuado en la parcela para instalar un parking de 20 plazas que se encuentra operativo. No obstante, en los propios pliegos del contrato del museo se contemplaba que la empresa debía construir una zona de aparcamiento de 5.000 metros cuadrados en una parcela aledaña y que conectara a través de un túnel con la calle Tenerías, vía a la que da entrada al Madruelo.
Una colección planetaria
La intención es que dentro de cuatro años la ciudad albergue la colección de la fundación La Fontana que heredó de su padre Helena Folch-Rusiñol Corachán y gestionó hasta su fallecimiento a los 67 años con su marido Alejandro Maluquer. Ahora él se encarga de los fondos. En total, son más de 2.000 instrumentos musicales de prácticamente todos los continentes y una colección de cerámica española de más de 10.000 piezas.
Fue en 1992 cuando el matrimonio decidió crear la fundación y estableció su primera sede en la finca La Fontana. «Única en España por la entidad y el volumen de sus fondos», se definen como un «centro de arte privado dedicado a la promoción de la etnomusicología y las artes cerámicas».
