La Fundación Valhondo ha adjudicado esta tarde las fincas 'La Alberquilla y Cerca del Guijarro' y 'Casasolilla y Arrogatillos', que había sacado a subasta el pasado mes de junio. Aunque la institución negó por la mañana que la reunión del patronato para adoptar la decisión se fuera a celebrar hoy y que tendría lugar "en los próximos días", finalmente el presidente de la misma y subdelegado del Gobierno, José Antonio García Muñoz, ha confirmado a última hora de esta tarde que el encuentro se ha mantenido.

Pasadas las ocho de la tarde ha sido el propio subdelegado quien ha contactado con este diario para anunciarlo, 40 minutos antes de que la página web de la Fundación anunciara el resultado. Finalmente el patronato ha decidido que sean los mismos arrendatarios los que continúen con la explotación, esto es: David Nevado seguirá con La Alberquilla, y los hermanos Román y Rodrigo Martín con Casasolilla, una extraordinaria noticia porque no perderán sus derechos. Sus familias llevaban desde hacía 50 años haciendo prósperas estas tierras.

El patronato es el máximo órgano de gobierno, representación y administración de la Fundación. Se rige por sus estatutos así como por un código de conducta para garantizar la gestión del buen gobierno de la institución desde su constitución. Está presidida por José Antonio García Muñoz, subdelegado del Gobierno, Carlos Carlos (presidente de la diputación) como vicepresidente, y como vocales el alcalde Luis Salaya, el rector Antonio Hidalgo, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, María Félix Tena; Luis Merino Jerez, catedrático de la Universidad de Extremadura, Juan Antonio Pavón Pérez, profesor universitario y técnico superior A1 de la Diputación Provincial de Cáceres, y Gabriel Casati Calzada como secretario.

Fernando Valhondo Calaff, un hombre soltero e inmensamente rico, que nació en Cáceres en 1865 y falleció en Madrid en el año 37, murió sin hijos ni herederos directos. Había legado su fortuna en primera instancia, y solo mientras viviera, a un trabajador de su confianza, Ramón Criado, aunque ordenó que a la muerte de éste debía crearse la Fundación Valhondo, dedicada, entre otras cosas, a ofrecer ayudas a la educación en Cáceres. Así lo estipuló en su testamento el benefactor don Fernando, que cuentan selló su última voluntad en la habitación del Hotel Inglés en Madrid, donde murió.

Uno de los grandes legados de Valhondo fueron sus tierras: más de 6.000 hectáreas, de las que incluso antes de su fallecimiento se ocupan 24 familias, algunas desde hace 50 años. Ahora, en un plazo que se extiende hasta 2025, tendrán que abandonarlas.

Se lo comunicaron el pasado 16 de junio, sin apenas tiempo de reacción, lo que les llevó a iniciar una campaña de protestas que comenzó el 29 de junio con una sonora pitada en el pleno (al ser el alcalde uno de los patronos de la fundación). Las movilizaciones prevén continuar el fin de semana que viene con una manifestación en la plaza Mayor, en la que tienen pensado repartir paella y gazpacho, según confirmó el presidente de Asaja, Ángel García Blanco.

El representante de la organización indicó que también realizarán una recogida de firmas contra la decisión del patronato de la Fundación Valhondo «por su poca sensibilidad», dijo García Blanco.

Las primeras dos fincas de la fundación (La Alberquilla y Casa Solilla) salieron a subasta el viernes, 1 de julio. El viernes pasado se abrieron las plicas y a partir de ahí se establecía un plazo de 10 días naturales para adoptar una decisión. El abogado de los arrendatarios ha apuntado que para La Alberquilla se presentaron cinco solicitudes y para Casa Solilla, entre siete y ocho.

«Hemos intentado que se solucione esta situación de forma extrajudicial puesto que algunas explotan las fincas en régimen de arrendamiento desde los años 50 del siglo pasado, pero no está siendo posible. A los afectados se les notificó la decisión de la subasta de modo inminente, días antes de la protesta en el pleno», ha recordado el abogado. La polémica ha afectado de lleno a la Fundación.

Cascón ha informado, por otro lado, que en el pliego de condiciones para optar a la subasta de la finca 'La Alberquilla y Cerca del Guijarro' se recoge en el expositivo 13 que sobre dicha parcela existe una denuncia minera sobre la explotación del yacimiento de litio de Valdeflores, "de tal forma que si sale adelante el proyecto de la mina, se indica en el pliego que se excluirá del contrato de arrendamiento la parte de la parcela afectada, que es la denominada parcela 91, una de las tres que conforman la totalidad de La Alberquilla". Y, además, insiste Cascón, "se fija ya en esa cláusula una indemnización al arrendatario por quitarle esa parte de la tierra, alrededor de 90 hectáreas". La Alberquilla se encuentra en terreno del proyecto extractivo.

Si bien esta primera subasta ha sido un alivio para los actuales arrendatarios, quedan por subastarse otras 22 fincas, cuyos agricultores podrían perder sus derechos. ¿Qué harán ahora los afectados? "Tenemos que valorarlo", ha concluido el letrado.