Desde luego no parece lo más alentador del mundo comenzar cada día leyendo la frase ‘me cago en tu puta madre’, ni salir de casa rodeado de un aluvión de pintadas, la mayoría afortunadamente ilegibles, otras con el símbolo anarquista mal trazado y algún lema filosófico de spray barato del tipo ‘sigue tu kamino’. Simplemente da asco. Esta es la tortura visual a la que están sometidos los religiosos pavonianos que tienen su hogar y su casa de cultos y convivencia en la plaza de la Concepción, pero también otros vecinos de la zona. Ni siquiera se escapa la Casa Palacio de los García-Pelayo, uno de los pocos inmuebles de influencia modernista que han sobrevivido en la ciudad, cuyo zócalo está cubierto de letras azules que alcanzan el tamaño de una persona.

Y eso que la Congregación de Hijos de María Inmaculada, organización de origen italiano fundada por Ludovico Pavoni a mediados del pasado siglo, se dedica a un fin solidario y sosegado: la acogida de la juventud más vulnerable y necesitada. Lleva 40 años en Cáceres tratando de dar un futuro a estas personas. En su hogar de la Concepción, con doble fachada a esta plaza y una tercera a la calle Zurbarán, tienen su hogar, una pequeña capilla y la sala de reuniones donde tratan temas de actualidad, desarrollan acciones formativas, visualizan proyecciones y realizan ensayos del grupo Alborada. Pero nada menos alentador para estos objetivos que ese pórtico del graffiti que les recibe cada día.

La situación se extiende al resto de la plaza, por lo que el edil de Patrimonio, José Ramón Bello, acaba de anunciar a este diario que se incluirá en la próxima campaña de limpieza de graffitis, de la que ya ha formado parte otros años. Y es que la Concepción es territorio de graffiteros inmisericordes. La Casa Palacio de los García Pelayo no tiene ninguna envidia a la congregación en este disparate del aerosol. Propiedad de la empresa Progemisa, sus responsables también lamentan «la situación de un edificio tan bonito, tan singular, que podría ser un gran atractivo por su arquitectura modernista afrancesada. Es una auténtica pena que esté así», destacan.

Casa Palacio de los García Pelayo, un edificio modernista que los vándalos tampoco respetan. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

El padre Gianni Vettori, uno de los dos sacerdotes que reside en la casa, junto con un tercer compañero laico, explica que, ante esta situación, ha solicitado permiso para que el inmueble adorne su fachada con un mural de arte urbano, «en el que aparezcan niños, juegos, jóvenes, familias, árboles, flores..., de modo que transmita alegría y a la vez disuada a otros de hacer pintadas». El sacerdote ha comunicado su idea a la policía e incluso ha realizado un escrito al ayuntamiento, «pero nos deniegan el mural porque se trata del centro histórico y aquí no se permite», lamenta.

Precisamente por el celo que se tiene hacia esta zona, ni el padre Gianni Vettori ni los vecinos comprenden que presente semejante aspecto de suciedad. «Y es una pena, porque se trata de una plaza maravillosa con un parque para familias, juegos infantiles, zona de ocio de jóvenes... Se da una imagen muy negativa a los cacereños y a los visitantes», comenta el sacerdote.

Campaña de limpieza 2022

De hecho, la Concepción ha estado integrada en anteriores ediciones de la campaña de eliminación de pintadas que realiza periódicamente el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica. «Se ha limpiado un par de veces pero es una lástima que rápidamente vuelva a tener el mismo aspecto», señala el padre Gianni. Precisamente, la campaña de este año ha conseguido limpiar una veintena de calles y plazas del centro cacereño, entre ellas algunas muy próximas a la Concepción como De la Cruz, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Sancti Espíritu o la plaza del Duque.

Otra perspectiva de la plaza de la Concepción con pintadas por doquier. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

El Consorcio, que no está obligado a actuar en fachadas privadas, pero  lo hace para reducir en lo posible el problema, ha retirado en 2022 unos 540 metros cuadrados de graffitis de vías como Sierpes, Amor de Dios, Camino Llano, Plaza Marrón, Casas de Cotallo, Donoso Cortés, Pizarro, Cornudilla, Hornos, travesía Pizarro, Sergio Sánchez, Roso de Luna o travesía de Gabriel y Galán. El criterio que se sigue para elegir los lugares de actuación es la urgencia en la retirada de las pintadas. Ante la imposibilidad de llegar cada año a todos los lugares, se trata al menos de llegar al máximo posible para que estas calles luzcan una imagen mejorada.