Por fin se podrá intervenir en San Jorge para recuperar esta singular ermita, concebida como un original deambulatorio en torno a un estanque, y rodeada de un rico repertorio de frescos alusivos a pasajes bíblicos, posiblemente una de las mejores obras de Juan de Ribera. Su extraña arquitectura y el valor de sus pinturas deberían hacer de este recinto del siglo XIV un monumento especialmente cuidado, pero no ha sido el caso. Su emplazamiento en una finca privada no ha hecho más que acelerar su ruina, hasta el punto de entrar en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra como un "caso escandaloso de abandono de patrimonio histórico". Desde este viernes, su destino cambia.

La Junta de Extremadura y los propietarios de la parcela donde se ubica la ermita han formalizado la donación del inmueble ante notario como bien de titularidad pública. «Se trata de una donación de carácter gratuito, que ha sido posible gracias a la buena voluntad de la familia propietaria y de un procedimiento administrativo para segregar la parcela de la finca donde se ubica el recinto y habilitar un acceso desde la vía pública», detalla el ejecutivo regional a través de un comunicado. 

La nueva titularidad de la ermita, después de tres años de trámites, permitirá que la Consejería de Cultura lleve a cabo un proyecto de restauración en dos fases, con un presupuesto estimado de 130.000 euros. La primera fase consistirá en la segregación física de la parcela con un vallado perimetral y entrada independiente desde el camino público, «garantizando con ello su protección al impedirse el acceso incontrolado», precisa la Junta. Esta actuación se iniciará en las próximas semanas, una vez obtenidas todas las autorizaciones y licencias.

Así será la intervención

La segunda fase consistirá en la consolidación y restauración de las estructuras arquitectónicas conservadas, así como de las pinturas, para lo que se contratará la redacción de un proyecto y a continuación se licitará la obra.

Los principales trabajos que recogerá este proyecto serán la limpieza y desbroce del terreno; la estabilización y consolidación estructural de muros y bóvedas; y el refuerzo de la cimentación del edificio. También se llevará a cabo la reparación y el sellado de grietas; así como la recuperación de pavimentos y revestimientos verticales, y de los posibles cerramientos de vanos. Además, se procederá a la impermeabilización y cubrición de la ermita; y la restauración, protección y conservación de las pinturas.

Igualmente se realizará un acondicionamiento del inmueble y del entorno para la visita del público, y un estudio para la posible desecación parcial de la balsa de agua, a fin de realizar el recalce de la cimentación del inmueble e impedir la afección futura de la humedad sobre las pinturas.

Hay mucha tarea por delante. Situada a 12 kilómetros de Cáceres, esta ermita sufre un grave deterioro y las pinturas permanecen prácticamente a la intemperie. Los últimos derrumbes en 2019 y 2021dispararon aun más la alarmas de colectivos artísticos y conservacionistas.