Hasta dos futuros museos ponen en marcha sus obras este verano para unirse al conjunto de centros de divulgación cultural que ya tiene la ciudad. Por un lado, el Museo de la Virgen de la Montaña, que expondrá el patrimonio donado por mil manos y custodiado a lo largo de los siglos, en un espacio habilitado expresamente para ello en el santuario. Por otro, el museo que ocupará el antiguo Madruelo, que albergará 2.000 instrumentos y 14.000 piezas de cerámica de la colección La Fontana. Pero además, Helga de Alvear tiene en marcha su última ampliación, y el Museo de Cáceres desbloquea por fin su gran reforma pendiente.

Coronas, mantos, joyas, ofrendas y distinciones forman el denominado Tesoro de la Virgen de la Montaña. Son objetos de incuestionable valor simbólico, regalados desde 1626 por la cofradía, por distintas instituciones y organismos y, en la gran mayoría de los casos por devotos. Buena parte de este patrimonio podrá ser contemplado en adelante por los ciudadanos y turistas que suban al santuario, ya que la directiva de la Real Cofradía de la Virgen de la Montaña acaba de iniciar las obras de uno de sus proyectos más anhelados: el museo.

«Teníamos la idea en mente desde hace tiempo. Cuando se quitó la tienda y la trasladamos a la galería, vimos que quedaba un espacio precioso que podíamos aprovechar para que la gente descubriera el significado de los distintos objetos de la patrona, que normalmente están guardados o solo se aprecian a distancia. De ahí el proyecto de un museo», explica el mayordomo, Juan Carlos Fernández Rincón.

Los albañiles iniciaron los trabajos el pasado 6 de julio. Consisten en eliminar el muro que divide la antigua tienda y el almacén para crear una sala diáfana de unos 100 metros cuadrados, donde se instalarán las vitrinas con mantos, joyas y otros regalos, así como fotografías que representan la historia de la cofradía y de la propia Virgen.

En la salita donde permanecían los ermitaños también se habilitará un espacio audiovisual donde se proyectará continuamente un documento «sobre el significado de la patrona para los cacereños y su relación con la ciudad, a través de las procesiones de bajada y otros actos importantes», detalla Rincón.

La primera fase consistirá en acondicionar suelo, tabiques y paredes, recuperando incluso algún arco. La segunda permitirá introducir los expositores, la iluminación y los remates finales. El mayordomo calcula que para septiembre, «o como muy tarde octubre», el nuevo museo podría estar abierto con una entrada simbólica, especialmente destinada al mantenimiento (gasto energético). La cofradía aún no puede calcular con exactitud el coste final del proyecto pero afirma que la empresa responsable de su ejecución ha ayudado notablemente a abaratar el presupuesto. Lo que sí está decidido es el nombre del museo: Pilar Murillo, en honor a la reconocida camarera fallecida el pasado mes de abril.

Repaso al patrimonio

La gran mayoría de las piezas a exhibir han sido donadas a la patrona en acción de gracias por los favores recibidos. Otras se le han regalado en acontecimientos especiales o efemérides. Destacan sus más de 165 mantos, todos ellos piezas de gran belleza, especialmente auténticas joyas como el manto de raso blanco, encajes e hilos de oro y plata, donado por la reina Isabel II; el ofrecido por la ciudad de Cáceres con motivo de las Bodas de Plata de su Coronación, de tisú de plata bordado con oro fino en alto relieve; o los confeccionados con mantones de Manila, trajes de novia, atuendos de reinas o capotes de torero. Los distintos diseños se irán alternando en la exposición.

También se mostrarán de forma alternativa las dos coronas ‘de diario’ de la Virgen (la tercera solo la lleva en el novenario y está custodiada en una entidad bancaria). Una de ellas, de tipo emperador, fue confeccionada en plata entre 1651 y 1653 por Juan Varela (Valladolid). Costó 294 reales y posteriormente se le añadió una estrella en los extremos de cada rayo y 48 piedras diversas (zafiros, rubíes, esmeraldas y aguamarinas).

Pero la patrona conserva otros tesoros muy interesantes, como pasadores en oro con diamantes talla antigua, broches en filigranas con perlas de aljófar, medallones, medallas, cruces, gargantillas, cadenas, pulseras, colgantes, rosarios, pendientes, alfileres, monedas centenarias y diversas joyas conmemorativas donadas por instituciones y colectivos durante siglos. 

Apuesta universal en el Madruelo

En cuanto al museo proyectado en el Madruelo, propondrá un recorrido por la historia de la música a nivel global: una trompeta de Costa de Marfil, una flauta maorí, un tambor siberiano, un laud de Sumatra... En total, más de 2.000 instrumentos de prácticamente todos los continentes del planeta en un itinerario que abarca desde las reliquias más conocidas de África hasta curiosidades insólitas y genuinas de Asia o de Oceanía, y dentro de unos meses se podrá realizar desde Cáceres.

La colección, una de las más numerosas y prestigiosas del país, pertenece a la fundación La Fontana, una entidad privada que alberga la colección de Helena Rusiñol-Folch Corachán, la hija de Albert Rusiñol-Folch, empresario perteneciente a la saga familiar catalana acaudalada de las pinturas Titán y Margarita Corachán.

Una imagen del edificio del Madruelo. El inmueble comienza a derribarse para que en el solar se construya el futuro museo de La Fontana. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Fue su padre quien empezó a recabar tanto instrumentos como cerámica, siempre acompañado por su asesor Eudald Serra. A su muerte en 1988, sus hijas Stella y Helena se hicieron cargo en herencia de todo el muestrario, la primera de las piezas de culturas del mundo y la segunda, del repertorio de cerámica, el más numeroso. Por su parte, Stella firmó un acuerdo para que sus piezas estuvieran gestionadas y expuestas por el Museo Etnológico de las Culturas del Mundo. De hecho, muchas están expuestas en la sede de la calle Montcada y otra en los almacenes de Montjuic. 

En el caso del repertorio de cerámica, Helena y Alejandro tomaron la decisión en 1992 de crear una fundación propia y un año más tarde, en 1993, le asignaron un edificio en la finca La Fontana diseñado por el arquitecto Josep Gorges. En total, contaban con 12.000 piezas, entre cerámica española y ejemplares de instrumentos. En su momento, recoge la hemeroteca, pidieron a expertos en arte y patrimonio que catalogaran las obras y en 2008 empezaron a hacer publicaciones con los datos de la colección. 

No ha sido hasta junio de 2021 cuando se ha desvelado la intención de la fundación de establecer su sede en Cáceres. El anuncio se hizo público antes del verano en pleno debate sobre el futuro del edificio del Madruelo, un emblema en la historia de la ciudad puesto que durante décadas albergó un colegio público. Ahora, tras años sin uso debido a su deterioro y sin posibilidad de recuperar el inmueble sin derribarlo, la Junta de Extremadura avanzó el proyecto para que la parcela sirva de sede de un nuevo edificio e integre al arrabal cacereño en el recorrido de museos de la ciudad. Este anuncio se hizo tan solo tres meses después de que se inaugurara el nuevo Helga de Alvear. 

Desde entonces se han ido dando pasos para avanzar en el proyecto. Entre ellos, después del verano la administración regional dio luz verde a la cesión del terreno y un mes más tarde se licitó la demolición. Tal y como se ha detallado en los últimos meses y ha publicado este diario, esta obra se dividirá en dos fases. La primera ya está adjudicada y tendrá un importe de 300.000 euros. Es una empresa murciana, Eneas Servicios Integrales, la que se hace cargo del derribo tras resultar adjudicataria de un concurso al que se presentaron otras cuatro ofertas. 

Aunque la adjudicación se hizo hace meses y la previsión era empezar antes del verano, la Junta de Extremadura concretó que la obra no arrancaría hasta agosto. Así ha sido. Este retraso se debe, expone la Consejería de Cultura, a que antes de iniciar la demolición se debía conceder una autorización para la retirada del amianto de la cubierta. Cuando se concluya esta primera fase, se licitará la segunda, ya exclusivamente relativa a la construcción. En total, costará seis millones y estará listo antes de que llegue 2026. 

En marcha la última fase de Helga de Alvear

También están avanzando ya las obras que permitirán la construcción de la zona de oficinas y nuevos almacenes del Museo Helga de Alvear, un recinto a la vanguardia mundial del arte contemporáneo que de este modo podrá custodiar en Cáceres todas las obras de la galerista alemana, completando así el traslado de su colección (muchas de las 3.000 piezas aún se encuentran en instalaciones de Madrid), y cumpliendo por tanto el deseo de Helga.

Imagen del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Se trata de la fase 3 del museo que también lleva la firma del arquitecto Emilio Tuñón, autor junto a Luis Mansilla de la reforma de la Casa Grande que dio origen a este espacio. La zona de exposición al público, que alberga unas 200 piezas, ha logrado superar los 100.000 visitantes de diversos países en su primer año de apertura.

La reforma del Museo de Cáceres, a falta de licitarse

Veintisiete años después de decidirse, la reforma del Museo de Cáceres tiene por fin presupuesto. El anuncio de la financiación de la obra lo ha realizado en mayo el Ministerio de Cultura: 8 millones del Plan de Modernización y Competitividad del sector turístico permitirán salvar los dos recintos del museo (Casa de las Veletas y Casa de los Caballos, ambos del siglo XVI) de su imagen obsoleta, ya que ni son accesibles ni siquiera tienen climatización acorde a la delicadeza de las obras, por no hablar de las humedades y de la falta de un sistema correcto de evacuación. 

El Gobierno ya ha dado luz verde a la transferencia de 8 millones de euros para poder sacar la obra a concurso. Francis Villegas

Tres décadas después todo está listo para sacar a licitación la obra, único paso que queda pendiente, una vez que se cuenta con el visto bueno, los permisos y licencias de las distintas administraciones. De hecho, el pasado 26 de julio, el ministerio ya dio luz verde a la transferencia de los 8 millones de euros.