En la calle Pizarro, frente al Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, se encuentra un pequeño taller de artesanía que destaca por la decoración de su fachada y el llamativo cartel que contiene el elemento que le da nombre, ‘Artesanía Girasoles’. 

Dentro se encuentran Víctor Azabal y Gloria Jabato, dos artesanos que llevan desde 2003 dedicándose a la marroquinería y al grabado. Gloria cuenta que hace 19 años que fundó este negocio en Coria, pero como es cacereña de nacimiento quería vivir y trabajar en su ciudad. «Por eso, 11 años después me trasladé a Cáceres, concretamente a la calle Peñas, en el barrio de San Blas», hasta que hace apenas un mes han llegado a la calle Pizarro. 

Jabato dice que el principal motivo del traslado al centro de la ciudad ha sido el turismo. «El cacereño sabe de tu existencia y te busca estés donde estés, pero ese no es el caso del turismo, ya que tienes que estar en su paso porque si no los visitantes no pueden conocernos. Buscamos que el visitante que viene a Cáceres vea algo diferente a lo que están acostumbrados», relata. 

Los clientes del taller son de lo más variado, según cuenta Gloria, «ya que nos visita gente que entra y sale del Museo de Arte Contemporáneo, como grupos que van haciendo rutas por las calles del casco antiguo». Añade que «al estar en una zona de paso, el establecimiento destaca más».

Elaboramos productos de forma artesana que tienen el sello de calidad de la Junta de Extremadura

Pero no solo son los turistas los únicos clientes de Gloria y Víctor, también reciben muchos encargos y ventas por parte de los cacereños. «Son 19 años los que llevamos con el negocio abierto y la gente, no solo el visitante, te busca. Si el producto tiene calidad, al final te acaban encontrando por cualquier rincón, aunque el taller esté muy escondido. Ahora hemos decidido ser nosotros los que busquemos al turista y así abrir fronteras». 

¿Qué se puede encontrar en Girasoles? «Elaboramos productos a mano en marroquinería o bien en cuero o en piel. También hacemos grabados personalizados tanto en metal como en piel (hay productos de cualquier tipo, llaveros entre ellos). Todo lo que realizamos son elementos artesanos, hechos a mano y con sello de calidad, avalado por la Junta de Extremadura. Asimismo, realizamos envíos por toda España. Si alguien quiere encargar algo y no puede venir a Cáceres a por él, desde aquí lo podemos enviar perfectamente», relata Jabato.  

Un reclamo

A juicio de Gloria, «el Helga de Alvear le da un atractivo turístico a toda la ciudad porque el museo está atrayendo a otro tipo de turista, diferente al visitante que venía antes a Cáceres. Es quizás un turismo cultural, que se diferencia del que nosotros llamamos mochilero, donde las personas vienen solo a ver los edificios y zonas más importantes del casco histórico sin profundizar en ellas, es decir, no entrando en los monumentos y verlos solo de pasada, desde el exterior. Tener un museo de arte contemporáneo en la ciudad y tan a mano interesa mucho y está haciendo una labor bastante encomiable para darle a la ciudad todo lo que se merece en materia de arte y cultura», asevera mientras ultima otra de las piezas que ofrecerá a sus clientes desde un lugar privilegiado, la calle Pizarro: convertida ya en cuna del arte contemporáneo.

Los dueños del taller mostrando sus productos. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ