Tras el último suceso, las pintadas en la estatua ‘El Redoble’, el concejal de Infraestructuras, Andrés Licerán, confirma que Cáceres sigue siendo «una de las capitales de provincia con menos vandalismo y más seguridad ciudadana de toda España».
No se puede hablar de un aumento de casos porque «no tenemos ningún dato que refrende un aumento para poder afirmarlo». Cree que el posible revuelo que hay entre la población se debe a que los cacereños no están acostumbrados a este tipo de actos y que «se queme un contenedor o se pinte una estatua llama mucho la atención a la ciudadanía». Solo tiene una explicación, se esta dando en «ocasiones puntuales, lo que normalmente no pasaba».
«No tenemos una constancia de que el patrimonio cultural este especialmente afectado en Cáceres»
Ante ello, «la policía lo que está haciendo ahora es volcar sus esfuerzos en que esto siga así», para ello, aclara, «se hace un seguimiento muy exhaustivo, sobre todo con las pintadas, para poder averiguar quién son los autores».
Licerán expresa que se suele respetar la ciudad monumental y que el patrimonio cultural no se ve «especialmente afectado», por lo que no supone un problema para el turismo.
Las sanciones
Pena por daños al patrimonio cultural
- El artículo 323 del Código Penal dice que «será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a veinticuatro meses el que cause daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos». La multa variará en función de si se pueden cuantificar o no el coste de los daños. Los menores de edad, de entre 14 y 18 años, deberán cumplir con la pena impuesta bajo la Ley de Responsabilidad del Menor. Se le abrirá el correspondiente expediente y se le aplicarían las medidas necesarias.
Castigo por el deterioro de bienes públicos
- Las sanciones por dañar mobiliario público, como pueden ser contenedores, papeleras, farolas, bancos u otros dependerán de la cuantía de la tasación que se adjunte al informe policial y procedimiento judicial. Si se superan los 400 euros, el castigo será de entre seis meses y dos años de cárcel, mientras que si superan esta cifra, pueden llegar hasta los tres años de prisión. El uso del fuego o de sustancias nocivas e inflamables conlleva más peligrosidad y riesgo por lo cual, las penas se van a elevar hasta los cinco años de privación de libertad.
«El incivismo hay que corregirlo desde la base»
Los vecinos coinciden en que pintar estatuas daña gravemente el patrimonio cultural y la imagen de la ciudad. Apelan a la educación como la mejor fórmula para evitarlo
Los cacereños coinciden en algo, Cáceres no es la ciudad con más vandalismo del territorio nacional, pero, por motivos que desconocen, de forma ocasional actos que en ocasiones se tornan en inseguridad. Los últimos hechos han girado en torno a las estatuas, pero también se dan pintadas y destrozos en el mobiliario urbano.
La cacereña Paloma de Pablo cree que hay gente que invierte parte de su tiempo en dañar lo público. «La gente no protesta, parece que todo vale y te adaptas a ello». A su juicio, y ante esta situación, las autoridades, dice, «son pasivas».
Otras vecinas, como Cristina Leirachá, piensan que «es gamberrismo» que a veces es un mecanismo que se utiliza como manifestación de protesta.
Independientemente de quiénes sean los autores de los hechos, los actos repercuten en el patrimonio cultural y a su vez en el turismo, que puede llevarse una imagen equivocada. «Una ciudad como esta debería estar mucho más cuidada, en el sentido de vigilancia y de limpieza», concluye Leirachá.
Las autoridades competentes no responden de forma eficaz y «los vecinos se pueden quejar, pero no pueden actuar», afirma Chema Gallego, otro cacereño consultado por este diario.
«La noche es joven y todos hemos sido jóvenes, hemos estado pasándolo bien de fiesta», comenta Gallego. «Se puede causar daño material, pero puede pasar al humano» y hay que corregirlo «desde la base» para que exista civismo y se pueda convivir con «tranquilidad» en cualquier rincón, incluso, en zonas periféricas.
Las instituciones no prestan atención al problema
El presidente de las asociaciones de vecinos pide más presencia de policía
El problema latente entre los vecinos no recae únicamente sobre los actos vandálicos, que suelen ser puntuales, sino en la falta de actuación de las autoridades. Para José Antonio Ayuso, presidente de las asociaciones de vecinos de Cáceres, no se trata de que falten medios en la policía local, más bien «en que cumplan con su deber» porque «parece que está desaparecidos».
No es esta la única queja que refleja sobre las instituciones públicas. La atención por parte del ayuntamiento está dejando que desear en su opinión, pues llevan mucho tiempo esperando una reunión con la concejala de Seguridad, María José Pulido, para transmitirle algunas quejas, pero les «dio con las puertas en las narices» a él y las asociaciones.
Los vecinos no suelen protestar públicamente si no es algo que les influye directamente en sus bienes privados, prefieren mirar a otro lado. Pero ahora, con las redes sociales y observando que las quejas grupales son las únicas atendidas, las usan para protestar en grupos como Fotodenuncia en Facebook «donde, de vez en cuando, hacen caso», asegura.
Ayuso cree que suele ser gente joven la que lleva a cabo estas «chiquilladas o gamberradas», por el hecho de que «se aburren, se les va un poco, van pasados...», pero nada mas lejos de ahí. «Cáceres es una ciudad tranquila. Siempre hay problemas, porque los tiene que haber», subraya, pero no cree que haya tantos. Suelen concentrarse en dos o tres zonas, donde más que vandalismo, en lo que se refiere a dañar bienes materiales, hay carreras de coches ilegales o ruidos.