El Periódico Extremadura

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requiere modificar el plan de trabajo y espera la aprobación de la dirección general de trabajo

El amianto retrasa la demolición del Madruelo

Estaba previsto que se derribara este mes. El contrato contempla cuatro meses de plazo. Las tejas y el aislamiento del tejado están adheridos a la placa de amianto

Imagen del estado en el que se encuentra el Madruelo, esta semana. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

El amianto condiciona el futuro del Madruelo. La demolición se adjudicó a una empresa murciana en marzo y la Junta anunció que sería en agosto cuando arrancaría el derribo. Finalmente, y a falta de una semana para que concluya el mes, las tareas apenas han avanzado. En las últimas semanas, los operarios han retirado las ventanas y piezas de forma manual y tan solo una parte del tejado.  

La razón de la demora en los trabajos, esgrime la consejería, se encuentra en que una vez comenzado el proceso del derribo se ha advertido de la presencia de amianto en la cubierta. La retirada de este mineral, presente en multitud de edificios de antigua construcción, requiere un plan especial para trasladarse.

De esta forma, la Junta tramitó un primer proyecto para autorizar su retirada y arrancaron los trabajos. No obstante, una vez comenzadas las tareas, se ha observado que este material está presente en otras superficies de la cubierta, por tanto, ha sido necesario modificar el plan inicial de retirada del amianto, que se encuentra a la espera de su aprobación por la Dirección General de Trabajo.

En concreto, la consejería expone que «la cubierta central del edificio no se ha desmantelado aún, ya que en el proceso de derribo se ha descubierto que tanto la cobertura de teja cerámica y el aislamiento están adheridas a la placa de amianto». 

La adjudicación para esta primera fase del proyecto que comprende exclusivamente la demolición del edificio se realizó por 300.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Una vez que se concluya esta primera fase, se adjudicará una segunda en la que se contempla ya la construcción de un nuevo edificio en el solar para albergar la colección de la fundación La Fontana. Son más de 2.000 instrumentos musicales de prácticamente todos los continentes y una colección de cerámica española de más de 10.000 piezas.

En conjunto el proyecto cuenta con una inversión de seis millones de euros y la previsión que maneja la Junta es que el museo esté activo antes de 2026. La fórmula que han elegido para que la colección llegue a Cáceres es de comodato, similar a la del museo Vostell, es decir, que las piezas siguen perteneciendo a la colección Folch Rusiñol pero se ceden a la ciudad para que las exponga. En un primer acuerdo se cederán por 25 años, hasta 2050, no obstante, el contrato permite que esta fecha se amplíe. 

Más aparcamiento

En un principio la previsión es que el museo se ubicara en el palacio Toledo-Moctezuma pero tras la negativa de los archiveros a trasladarse al hospital Virgen de la Montaña, la Junta planteó una nueva ubicación. Fue el ayuntamiento el que cedió a la administración regional la parcela aunque se quedó con una parte para construir un aparcamiento de veinte plazas. 

De manera paralela a este párking, los pliegos del proyecto del futuro museo contemplan también una zona de estacionamiento para coches de 5.000 metros cuadrados en una parcela anexa y que conectara a través de un túnel con la calle Tenerías, vía a la que da entrada al Madruelo. El museo se encontrará ubicado en los aledaños del arrabal cacereño junto al futuro hotel de lujo del Palacio de Godoy. 

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