En mitad de la tormenta judicial y mediática por el caso del robo millonario de las botellas de la afamada bodega de Atrio, sus gestores mantienen la mirada puesta en varios proyectos.

Uno de ellos es la Fundación Atrio, que se anunció en 2020 con la intención de desarrollar su actividad a fines sociales, como la creación de una escuela de música para menores, con edades comprendidas entre los 2 y los 7 años.

Así lo ha expresado el chef de Atrio, Toño Pérez, en un encuentro al que asistió el Periódico Extremadura durante una entrega de premios en Montánchez. “Ahora estamos inmersos en un proyecto muy ilusionante para nosotros: la Fundación Atrio. El objetivo es hacer proyectos culturales en la ciudad de Cáceres, en intramuros; y también en nuestro territorio, en Extremadura”, expresa el alma de uno de los templos gastronómicos del país.

“Y vamos a empezar con algo que a nosotros, a nivel personal, nos fascina, que es la música. Queremos crear una pequeña escuela de música para que todos los niños de la ciudad, con edades comprendidas entre los 2 y los 7 años, puedan absorber en esas edades tan tempranas los beneficios de la música. Porque esto, a los pequeños, les coloca las cabezas, les hace mucho bien a la hora de abordar materias como las matemáticas y los idiomas”.

La Fundación Atrio financiaría esa escuela musical que, previsiblemente, se ubicaría en el palacio en el que se ubicó la antigua sede de la Unidad de Carreteras en la plaza de los Golfines.

“Entendemos que la única forma de cambiar y de progresar en esta sociedad es a través de la cultura”, sostiene el chef.

La adquisición del antiguo palacio de Carreteras se realizó en 2019, por 1,2 millones de euros (en subasta pública). Esta adquisición se sumó entonces a la casa de los Paredes-Saavedra, un edificio situado a pocos metros del hotel, que adquirieron en el 2017 para rehabilitarlo como pisos turísticos de lujo y que todavía está pendiente de inauguración

Un palacio con poca historia

El antiguo palacio de Carreteras no es histórico, data del siglo XX, pero su situación es privilegiada: frente a la concatedral de Santa María y en el epicentro del casco antiguo de Cáceres.

El inmueble fue construido en 1962 aunque su fachada, protegida por Patrimonio, luce varios elementos históricos del siglo XVI: tres escudos y una portada barroca procedente del antiguo seminario de Obispo Galarza que fue demolida. Se edificó con mampostería, granito y forja similares a las construcciones del siglo XVI para que se adecuara al entorno.

La demarcación de Carreteras del Ministerio de Fomento ocupó el espacio más de 40 años hasta que su falta de operatividad por la distribución de los espacios (calefacción antigua e instalaciones obsoletas) y las continuas averías obligaron a desalojarlo.