Los políticos figuran en los primeros puestos de las encuestas que preguntan por los problemas de España y probablemente suceda lo mismo en cualquier otro país democrático, porque en las dictaduras no es posible ese juicio. Son objeto de insultos en cualquier conversación e incluso no falta quien se atreve a dedicarles una feroz crítica pública a pesar de haber sido beneficiado por ellos. La realidad es que la crítica a los políticos y la desafección de una parte considerable de la población hacia ellos no es nueva. Ya Platón se quejaba de sus actuaciones hasta el punto de que gran parte de su obra la dedicó a elaborar una constitución y un régimen político y a señalar las virtudes que debía tener quien se dedicara a dirigir la gestión de la ciudad, la polis. Con frecuencia se escuchan críticas acerca de la formación académica de la que carecen la mayoría de los políticos y a mi siempre me ha parecido que no es ese el problema pues en cada institución existen decenas de técnicos perfectamente capacitados para realizar su labor y los políticos no deberían tratar de ocupar su lugar sino servirse de ellos. El político debe hacer política pero no tiene porqué estar capacitado para construir hospitales o carreteras o escuelas sino para decidir si los dineros han de invertirse en una de esas cosas y en cual y en qué lugares. Para saber si un puente es necesario en tal pueblo no hay que ser ingeniero de caminos. Por eso Platón les exigía que conocieran la verdad y la justicia y, en un exceso, para salvaguardar su honestidad les alejaba del matrimonio y del cuidado de los hijos, como si la esposa y la prole fueran la causas de la corrupción. Antes de ser tan críticos y a veces injustos con los políticos deberíamos pensar de qué sociedad han salido pues no sería extraño que fuera nuestro pariente, nuestro vecino, nuestro compinche. De manera que la clase política quizás es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, la que busca la manera de defraudar a Hacienda, procura no pagar IVA y tiene en un lugar destacado de su historia a los pícaros.

El autor es profesor