Dos empresas han presentado su propuesta definir cómo se derribará el bloque C de Aldea Moret. Fue en septiembre cuando, tras doce años de espera y amagos sobre su futuro, el ayuntamiento dio un paso adelante para su demolición, la opción que se ha barajado con mayor frecuencia. Así, el consistorio sacó a licitación la antesala de la demolición, el informe que debe elaborarse y que determinará en qué condiciones se tirará el edificio.
Tras agotarse la fecha para presentar ofertas, el pasado 14 de octubre, el concurso se ha saldado con dos propuestas. Será el próximo 31 de octubre cuando está previsto que se celebre la mesa de contratación en la que se abrirán los sobres, se analizarán las propuestas y se hará una primera adjudicación. El presupuesto es de 37.000 euros y el plazo de ejecución son 180 días, es decir, seis meses.
Una vez que se elabore este proyecto, saldrán a licitación las tareas de derribo a las que se presentarán las empresas relacionadas con las demoliciones. Coincide este proceso con el derribo también de un edificio histórico, el Madruelo, para dejar libre el solar en el que se instalará un museo de instrumentos.
En el caso del bloque C, será un concurso de ideas, tal y como avanzó el propio alcalde Luis Salaya hace unas semanas, el que determinará qué se hará con el solar que quede libre. Los vecinos del barrio ya han dado el visto bueno a que se tire ya que se encuentra en un estado de ruina, tapiado y sin posibilidades de ser rehabilitado.
Mayor debate ha suscitado el futuro de la parcela, ya que no hay acuerdo sobre su uso. Hay posturas que defienden que sea tan solo un aparcamiento y otras que piden que sea una zona verde, pero que cuente con vigilancia las veinticuatro horas para que no sea vandalizada. De la misma forma, han pedido que se rehabilite la zona deportiva anexa al inmueble.
Marcado por la crónica negra
El derribo del bloque C pondrá fin a un edificio marcado por la crónica negra. El inmueble ha sido escenario de multitud de incidentes violentos, el más notorio, cuando una vecina de la ciudad fue hallada emparedada entre sus muros en 2006. Fue desalojado y tapiado en 2010 tras el compromiso municipal del gobierno de Carmen Heras. Desde entonces mucho se ha especulado sobre su futuro. El actual alcalde Luis Salaya lo incluyó entre sus compromisos electorales para el primer mes de legislatura si ganaba las elecciones.
