El ascensor de Obispo Galarza vuelve a estar limpio. Sin duda, una imagen mucho más acorde con su uso público por parte de ciudadanos y turistas, que el deplorable aspecto que presentaba hasta hace unos días, lleno de graffitis y de suciedad. Su deterioro era tal que suscitaba incluso rechazo a la hora de utilizarse.
La mejora ha sido posible gracias a la insistencia de un ciudadano, Miguel Ángel Portillo Cambero, gerente de una empresa del sector de los eventos y secretario de la organización de autónomos UATAE Extremadura, que a título personal puso una queja hace tiempo en el ayuntamiento. «A la gente ya le daba asco hasta darle a los botones. Tuve visita de fuera y me avergoncé cuando entramos en el ascensor», reconoce. Tanto el ayuntamiento como los dueños del edificio se achacaban la responsabilidad de la limpieza, pero finalmente los titulares de Conyser, que forman parte de la propiedad del recinto, han decidido asumirlo. «Se comprometieron y han cumplido, han corrido con los trabajos, ya es una realidad», señala Miguel Ángel Portillo.
Este ascensor, que comunica la plaza de Obispo Galarza con la terraza mirador situada en la última planta del parking, fue construido con el propósito de ofrecer un recurso turístico a los visitantes, que así accedían rápidamente a las vistas privilegiadas de la parte superior, pero también con el fin de que las personas con movilidad reducida pudieran salvar la pendiente que comunica Galarza con la zona de la plaza de Italia.
La infraestructura se edificó con cargo al segundo paquete del Plan E en 2011, y requirió un presupuesto superior a 155.000 euros. Tardó meses en ponerse en marcha y su inauguración oficial tuvo lugar en enero de 2013, con un horario de funcionamiento en principio de 8.00 a 24.00. Entre medias hubo cierta polémica por su cobertura con un gran graffiti que emula un gorro de montehermoseña, a propuesta del ayuntamiento, ejecutado por el colectivo urbano Navegantes. Aunque obtuvo el visto bueno de la Comisión de Seguimiento del Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico, y agradó en general a la ciudadanía, no todos estuvieron de acuerdo, como el Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, que en una carta remitida al ayuntamiento calificó de «atentado» este grafitti que cubría una fachada de hormigón con placas que cambiaban en función de la luz.
Averías y filtraciones
Además, el ascensor sufrió sucesivas averías y filtraciones de agua. Muy pronto, en 2014, dejó de funcionar por falta de puesta a punto, a la espera de que el ayuntamiento sacara un concurso para la conservación de distintos edificios municipales. No se reactivó hasta 2017, con la entrada en servicio de la nueva contrata de mantenimiento de elevadores. Con el fin de evitar actos vandálicos, como los que siempre ha sufrido, se introdujo un reloj temporizador para interrumpirlo de 00.00 a 7.00 horas. No obstante, durante los últimos años ha vuelto a ser blanco de los graffitis y la suciedad, tanto que ha necesitado otra limpieza.
