El Periódico Extremadura

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los efectos de las precipitaciones en cáceres

El comercio de Cáceres tras la borrasca: «Es la peor inundación que recordamos»

La propietaria de ArteMura, en Pintores, solicita ayudas tras la inundación de su establecimiento. Bares y empresas del centro se vieron afectadas. «Se nos caían los baldosines», dicen Los Rebollo

Gema María Carrero, propietaria de ArteMura, posa ayer tras la inundación sufrida. CarlaGraw

Fue poco más de 60 minutos de lluvia intensa, pero la tromba de agua que durante la hora de la siesta de este pasado sábado cayó en Cáceres, especialmente sobre las calles del centro, dejó huella. Apenas pasaban las cuatro de la tarde, cuando las precipitaciones sorprendieron a los cacereños y turistas que disfrutaban del fin de semana. En un abrir y cerrar de ojos, las terrazas de los bares volaban y todos los transeúntes tuvieron que refugiarse en interiores. El chaparrón proporcionó un amargo despertar a la propietaria y las trabajadoras de la tienda ArteMura (souvenirs, bolsos de piel, tazas, camisetas, pendientes, imanes...), ubicada en la calle Pintores, que ya ha vivido en otras ocasiones una situación similar a la de hace varios días. «Es la peor inundación que recuerdo. La conjugación de las fuertes lluvias y la acumulación constante de los excrementos de las palomas en los canalones del tejado y el desagüe del patio se traduce en que siempre entra el agua en el almacén», lamenta a El Periódico Gema María Carrero, la dueña del establecimiento. 

«Al llegar nos encontramos la trastienda del local patas arriba. El agua entró por el patio y hemos perdido una parte del género de la campaña navideña. Llevo mucho tiempo aguantando que esta zona se me llene de agua, soportando olores, ruidos... Viene una empresa a limpiar las plumas, las heces y retirar los huevos de estas aves, además nosotras limpiamos a diario, pero al poco tiempo aparece todo otra vez lleno de excrementos y ya estamos agotadas. Gastamos bastante tiempo y dinero en solucionar el problema, pero la situación no solo no ha cambiado sino que ha empeorado. Le he mandado escritos al ayuntamiento para que nos ayude pero no me hace ni caso. Han pasado de mí olímpicamente», cuenta.

ArteMura sacando agua el sábado. LORENZO CORDERO

A falta de cuantificar los daños materiales, pues también resultó afectada la pintura de varias paredes, la empresaria señala que el problema más grave es que de prolongarse un poco más la tromba resultaría inviable seguir trabajando en dichas dependencias: «El invierno todavía no ha comenzado. Si esto pasó con lo que llovió esta vez, que fue intenso, pero duró poco más de una hora, no quiero pensar qué puede pasar en un día muy lluvioso. El consistorio debe tomárselo en serio y acometer ya alguna acción urgente para erradicar esta plaga de palomas», dice la damnifica con resignación.

Es el ave más antigua entre las que aparecen como símbolo en la Biblia. Va asociada a la paz, al descanso e incluso representa al Espíritu Santo. Aunque la paloma que carga con tanta historia, supone hoy un gran peligro para numerosos vecinos, los edificios y el patrimonio monumental en la capital. «Está en juego nuestra salud. Hace un tiempo me resbalé limpiando y tuvieron que operarme de un pie. No quedé bien y este miércoles volveré a pasar por el quirófano. Soy autónoma, ¿quién se hace cargo de todo este tema sanitario?», se pregunta Gema.

Las sombrillas de Los Ibéricos, en procesión: virales. CarlaGraw

Pintores y Moret

Algunos puntos próximos a Pintores como la calle Moret volvieron a quedar anegadas en poco tiempo, con verdaderos ríos de agua que dificultaban el paso de peatones. «El peor momento —asegura un camarero de la Tapería Los Ibéricos, Adolfo Valdellos— fue cuando las lluvias consiguieron arrastrar las sillas y las sombrillas de las terrazas. Parecía que estaban procesionando. Los chubascos dejaron escenas muy llamativas que se han hecho virales en Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp... Las escaleras de Alzapiernas parecían unas auténticas cataratas por el enorme caudal de agua que bajaba desde la calle Parras hacía Moret. Tremendas escenas».

Ferretería Los Rebollo, también afectada. CARLAGRAW

Del mismo modo, las condiciones climatológicas provocaron pequeñas inundaciones en otros establecimientos cercanos, como sucedió en la emblemática ferretería Mateos Rebollo, donde la lluvia ocasionó daños en su negocio. «Cada vez que llueve mucho cruzamos los dedos y cuando por la tarde vi cómo llovía me imaginé lo que iba a pasar», indica el trabajador Ismael Cambero. Al final, sus temores se cumplieron. Cuando se acercó a la tienda, se encontró con baldosines levantados, tuvimos que estar limpiando y sacar el agua del local. Al parecer, apunta, «hay un problema con las filtraciones en las paredes, que no pueden soportar toda la lluvia que cae».

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