Las lluvias que están cayendo este fin de semana sobre la capital cacereña están llenando de nuevo el aljibe tardorromano ubicado bajo el Museo de Cáceres. Resulta espectacular ver el agua filtrándose desde la parte superior hasta el depósito. El video ha sido subido esta mañana por David Holguín, concejal del Ayuntamiento de Cáceres, y ya lleva 8.000 reproducciones.
Y es que la estación meteorológica ubicada en La Covatilla (Salamanca), a pocos kilómetros de la provincia de Cáceres, ha registrado hoy la mayor precipitación acumulada y la mayor racha de viento del país, según refleja la web de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) consultada por Europa Press. Los datos, obtenidos hasta las 9.30 horas del domingo reflejan una precipitación acumulada en la estación bejarana de 23,4 milímetros por metro cuadrado (m/m), y por detrás Guijo de Granadilla, en Cáceres (18,4).
Un aguacero que está dando vida al aljibe cacereño, situado en el subterráneo del Palacio de las Veletas, hoy Museo de Cáceres, que a mediados de octubre apenas conservaba ya agua por la sequía de los últimos meses. Se trata de uno de los mejores aljibes hispanomusulmanes conservados en la Península Ibérica, una "colosal obra oculta en la compleja trama del casco monumental cacereño", concebida en el periodo de la dominación musulmana con el fin de tener reservas de agua para todo el año.
Una tradición bizantina
Según explica el propio museo, Cáceres se ha caracterizado siempre por sus problemas para el abastecimiento de agua, de ahí la existencia de numerosos aljibes subterráneos en el casco histórico. "Los musulmanes, grandes arquitectos del agua, de las sombras y de la frescura, son en este sentido herederos directos de la tradición bizantina. A partir de ella difunden en Occidente, aunque con dimensiones más reducidas, el modelo de las grandes cisternas destinadas a la conservación de agua que existen en Constantinopla", detalla.
En al-Andalus fue habitual la construcción de aljibes en los castillos y fortalezas como elemento necesario para garantizar el suministro de agua ante un eventual asedio militar. Por ejemplo, prosigue el museo, las cisternas de los castillos de Medellín, Trujillo y Montánchez se deben a esta práctica. A tenor de los datos disponibles, la cronología del Aljibe de Cáceres lo sitúa en los siglos X-XI, fecha que se baraja en la actualidad para la construcción del primer recinto defensivo musulmán de la ciudad, frente a las interpretaciones anteriores que preferían atribuir la construcción al período almohade (segunda mitad del siglo XII a comienzos del XIII).
Estos aljibes continuarían en uso tras la conquista cristiana y se conviertieron, bajo patios y claustros, en un elemento propio del nuevo modelo urbanístico bajomedieval.
