El complejo ha levantado tanta expectación que ya tiene contratadas un buen número de comuniones para la próxima primavera y bodas en verano. La Huerta del Conde, construcción del siglo XIX que alberga 11.000 m² de jardines, 2.500 m² de residencia, capilla, piscina interior e invernadero con columnas ‘art decó’, se transformará en el mayor centro urbano de eventos de la ciudad en 2023. Los propietarios de B-nomio, Susana Mateos y Benjamín Caballero, invertirán 2 millones de euros para adecuar a los nuevos usos (celebraciones, foros, congresos...) este gran inmueble señorial, donde se reunía la élite de la sociedad local durante los años 30 para bailar, charlar y pasear.

Con este fin han suscrito un contrato de veinte años con la familia Gutiérrez-Ulecia Vigara, propietaria del inmueble, y se han puesto manos a la obra para completar los trámites municipales. «Queremos ser prudentes con el proceso pero podemos decir que el estudio de detalle ha avanzado mucho. Contactamos continuamente con los técnicos municipales para ir subsanando las deficiencias, y ya parece que estamos en la fase final, pendientes de respuesta para que lo aprueben», explica Benjamín Caballero. Dicho estudio debe pasar por Comisión de Desarrollo Urbano y por el Pleno. «El resto de los trámites serán en principio más sencillos», señala.

El desarrollo

De hecho, el propósito de los promotores, Benjamín y Susana, consiste en iniciar las obras antes de que acabe el año para atender todas sus reservas durante 2023. Acometerán las reformas en varias fases con objeto de que no perjudiquen el desarrollo de los eventos.

Como ya publicó este diario, el complejo albergará el restaurante B-nomio, que dejará su actual ubicación junto al Rodeo, pero además la Huerta del Conde será un centro para celebraciones y grandes citas. En primer lugar pretenden habilitar una amplia zona de 1.000 m² como restaurante, con 300 m² de cocinas en un atractivo espacio de cristaleras, con área chill out para tomar unas copas relajadas.

Desde el primer año los banquetes se podrán organizar en los jardines, con un acceso directo por la puerta tradicional a la zona del cóctel. También se iniciará lo antes posible la adecuación de un espacio interior de café concierto, destinado a música, bailes y ocio tras los distintos eventos, con capacidad para unas 350 personas.

Posteriormente se realizará la segunda fase de obras para habilitar los salones interiores en la zona del invernadero tropical y de la piscina (una pared completa puede abatirse y dejar el recinto abierto). También se pondrá a punto la antigua capilla, toda en madera.

Repaso a la historia

El complejo es una delicia. Fue construido en el siglo XIX sobre viejas edificaciones. De Gonzalo María de Ulloa y Ortega-Montañés, IX Conde de Adanero, pasó a su hermano, el VIII Marqués de Castro Serna, diputado en Cortes y senador. Su hija Matilde de Ulloa y Calderón, dama noble de la infanta María Luisa, se casó en 1891 con Ramón María Jordán de Urríes y Ruiz de Arana, Vizconde de Roda, y ambos dieron un impulso a este inmueble. Más tarde fue propiedad de la familia Chacón, y finalmente de Julián Gutiérrez-Ulecia y María del Carmen Vigara.