El Periódico Extremadura

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SEGURIDAD CIUDADANA: UNA NUEVA AGRUPACIÓN DARÁ COBERTURA EN SITUACIONES DE RIESGO Y MULTITUDES

Protección Civil: Cáceres se refuerza para eventos y SOS

El municipio se suma por fin a este movimiento internacional de apoyo en catástrofes, emergencias, grandes citas... Los voluntarios recibirán formación y estarán cubiertos por un seguro, pero nunca sustituirán a los profesionales

La Asociación ARA se integrará plenamente en la nueva Agrupación de Protección Civil de Cáceres. Ya se están organizando los voluntarios, el vestuario, la formación, otros recursos... CARLA GRAW

El pasado 20 de octubre quedó oficialmente constituida la Agrupación de Protección Civil de Cáceres por el Pleno Municipal, unos trámites que se iniciaron durante la anterior legislatura, interrumpidos por la pandemia, que ahora por fin llegan a buen puerto. Todos los ciudadanos que lo deseen pueden ya inscribirse en una de las organizaciones más valoradas internacionalmente, con presencia en la mayoría de los países desde su nacimiento en 1949, a raíz del Protocolo 1 del Tratado de Ginebra sobre Protección a las Víctimas tras los desastres de la II Guerra Mundial. Curiosamente, Cáceres ha tardado más de 70 años en constituir su agrupación, cuando en España ya funcionan unas 1.500, y en Extremadura todos los municipios de cierta envergadura disponen de la suya. Era una asignatura pendiente que acaba de subsanarse.

¿Pero qué funciones tiene Protección Civil? Según el Reglamento de la Agrupación Local de Voluntarios de Cáceres, publicado en el BOP de 3 de julio de 2018, los voluntarios colaborarán en «el estudio y la prevención de situaciones de grave riesgo colectivo, catástrofe o calamidad pública, y en la protección y socorro de las personas y los bienes cuando dichas circunstancias se produzcan». También ayudarán a la reparación de los daños una vez acaecidas esas incidencias graves, y a corregir las causas para que no vuelvan a suceder. Y pueden ser requeridos en otras emergencias (siniestros, búsqueda de desaparecidos...), siempre bajo la supervisión del responsable del operativo.

Para ello, los voluntarios recibirán formación según la planificación del Ayuntamiento de Cáceres y la Junta de Extremadura, ya que sus funciones son competencia del Gobierno autonómico. Esta formación tiene diversos niveles: básico (primeros auxilios...), perfeccionamiento, reciclaje, especialidades... Unos programas serán obligatorios (preparación inicial) y otros de libre asistencia, y se computarán a efectos de méritos.

Así, los voluntarios estarán listos para sus deberes: cooperar en cualquier misión de rescate, ayuda o evacuación en situaciones de riesgo como incendios, olas de calor y frío, terremotos, inundaciones, sequías o amenazas nucleares, químicas...

Además de estas catástrofes, que afortunadamente no resultan nada habituales y menos en el municipio de Cáceres, la agrupación también participará en diferentes actividades y eventos que en el municipio sí son continuos: festivales multitudinarios, manifestaciones religiosas que abarrotan las calles, sucesivas pruebas deportivas, desfiles, ferias...

Todo ello gestionado por Ignacio Blanco, policía local en segunda actividad con 35 años de servicio en el cuerpo, que ha sido designado coordinador de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Cáceres. En realidad llevaba años organizando su puesta en marcha, hasta su reciente nombramiento oficial coincidiendo con la luz verde del Pleno. En principio se desplazó a Plasencia, Lugo o Fregenal de la Sierra para estudiar las distintas estructuras de estas agrupaciones, unas más limitadas y otras con distintas especialidades (subacuáticas, forestales, montaña…), a fin de redactar los primeros informes que permitieran alumbrar la organización en Cáceres.

«Fuimos tomando ideas y avanzando en su creación, pero llegó la pandemia, que centró todos los esfuerzos, y se interrumpió el proceso. Es importante que desde 2018 contamos con un pilar básico: el reglamento que regula todo su funcionamiento», explica. «Ahora que se ha aprobado la constitución de la agrupación, y que está en periodo de exposición pública, queda realmente la parte más importante: su puesta en marcha efectiva», declara Ignacio Blanco.

Así es el arranque

La sede se ubicará en principio en la oficina policial de Aldea Moret, recientemente restaurada, si bien el ayuntamiento adquirirá una nave. Ya están inscritos 25 voluntarios procedentes de la Asociación ARA, que quedará integrada en Protección Civil (DYA y Cruz Roja también han colaborado). Existe otro listado de personas que individualmente han decidido dar el paso. Ignacio Blanco ofrece todos estos detalles mientras muestra el prototipo de uniforme (muy completo) que llevarán los voluntarios, en los colores corporativos (naranja y azul). El desembolso corresponde al ayuntamiento, que ha dispuesto una primera partida anual de 30.000 €.

También se estudia la dotación de vehículos, y hay que adquirir desfibriladores, balizas, linternas… «Nos gustaría estar operativos a medida que avance 2023, si bien todo requiere un proceso», señala el coordinador, con larga experiencia en incidencias, emergencias y eventos, que lleva años embarcado en la creación de la agrupación («empecé antes de la pandemia y me gusta acabar lo que empiezo»), y ahora afronta la fase más crucial: llegada de los voluntarios, formación y equipamiento. Cuando el colectivo lleve un tiempo de rodaje, podría plantearse la creación de distintas especialidades que ahora simplemente se barajan. De hecho, tendrá voluntarios expertos en telecomunicaciones y otros que se preparan como guías caninos para rescates.

Lo que Ignacio Blanco quiere dejar claro es que los voluntarios nunca realizarán las tareas de los servicios profesionales de emergencia. «El reglamento les asigna unas funciones importantes de apoyo, que en ningún caso suplantarán las de los sanitarios, bomberos o cuerpos de seguridad», aclara. Tareas que el voluntario asumirá de forma libre y solidaria, sin contraprestación económica. Un seguro cubrirá cualquier daño que pueda sufrir o que pueda causar en su intervención.

¿Quién puede inscribirse?

Los ciudadanos mayores de edad con una formación mínima de Educación Primaria. No deben padecer enfermedad, problema físico, psíquico o sensorial que les impida ejercer las funciones de su destino o puesto específico. En caso de voluntarios de avanzada edad o con discapacidad, las actividades que se les encomienden se ajustarán a sus circunstancias. También pueden apuntarse los mayores de 12 años con el consentimiento de sus padres o tutores.

Los aspirantes no deben tener antecedentes penales por delitos de violencia doméstica o de género, por atentar contra la vida y la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del cónyuge o de los hijos, o por delitos de tráfico de personas. También deberán entregar una declaración de no hallarse inhabilitados para las funciones públicas, y de aceptar el reglamento. 

Superado el periodo de formación básica teórico-práctica sobre las funciones y los planes de Protección Civil de Extremadura, iniciarán un periodo en prácticas de 2 a 6 meses, y al finalizar se les nombrará voluntarios operativos. Tendrán deberes concretos, como comunicar a sus mandos los hechos que supongan un riesgo para las personas o bienes, y guardar la confidencialidad de la información recibida.

«Siempre están dispuestos a ayudar»

«Son hombres y mujeres altruistas, que siempre están dispuestos a ayudar a los demás, que no miran ni reparan si es festivo o fin de semana. Muchas veces la sociedad no reconoce la labor que desempeñan, aunque ellos no lo hacen por conseguir ningún mérito. Están ahí cuando se les necesita. La prueba ha sido la pandemia».

Así describe Ignacio Blanco, el nuevo y primer coordinador de Protección Civil de Cáceres, el perfil de los voluntarios que ya se están inscribiendo, muchos procedentes de ARA, una asociación que trabaja en cuestiones similares. «Siempre han hecho una gran labor, pero en el confinamiento fueron muy importantes. Se coordinaron para atender a las personas que más lo necesitaban cuando nadie salía a la calle. Muchos formarán parte de Protección Civil», indica este policía local veterano, que entró en el cuerpo en 1987, es oficial desde 1997 y siempre ha estado vinculado a unidades operativas en la calle. Ahora, en segunda actividad, es el responsable de la Sección de Logística y Armamento de la Jefatura, y a la vez se ha formado para ejercer como coordinador de Protección Civil en la Academia de Seguridad Pública de Extremadura.

Ignacio Blanco coordinará la nueva agrupación. CARLA GRAW

Conoce la ciudad como la palma de su mano, las posibles incidencias, la azarosa agenda de eventos. Por ello valora los cometidos de la nueva agrupación. «Si volviera a ocurrir una pandemia, que por supuesto nadie queremos, ellos serían los encargados de coordinar todo el apoyo a los ciudadanos y las labores de asistencia, aunque nunca suplirán a los profesionales de emergencias, nunca se les expondrá directamente al peligro», afirma. 

«Sientes la vocación desde niño»

Uno de los ejemplos de voluntariado en Cáceres es Juan Cambero. Ingresó en ARA con 16 años porque le encantaban las comunicaciones y las emergencias. «De hecho era menor y me tenía que acompañar mi padre». Tras años colaborando con los servicios de seguridad en todo tipo de eventos (culturales, deportivos…) y en situaciones de emergencia (prevención de siniestros, búsqueda de desaparecidos...) es hoy, a sus 48 años, presidente de ARA en Cáceres. Incluso ha enfocado su vida profesional a este ámbito, ya que trabaja como técnico de emergencias sanitarias del Soporte Vital Básico de Trujillo (SES).

Juan se integrará con su organización en la nueva Agrupación de Protección Civil de Cáceres. «Por un lado siento cierta pena porque ARA pasará a un segundo plano, pero sin duda es un avance muy importante. Toda la tarea del voluntariado pasará a depender del ayuntamiento, dentro de Protección Civil Extremadura, con formación de la Dirección General de Emergencias. Crearemos un grupo más grande, con más recursos, para seguir con nuestra labor», reconoce.

Juan Cambero, presidente de ARA, se integra en Protección Civil CARLA GRAW

Porque, según Juan, «ser voluntario es una vocación que tienes realmente desde niño, desde que sientes esa llamada. Inviertes tu tiempo libre, faltas a las cañas con los amigos, a veces sacrificas incluso a la familia. Diría que todo ello sin recibir nada a cambio, pero no es así... ¡Claro que recibes una gratificación tremenda!», confiesa.

De todos estos años, las situaciones más delicadas y a la vez emocionantes se han producido en la pandemia. «La labor del voluntariado ha sido tremenda. En ARA, en pleno confinamiento, cuando se conocía muy poco del virus, creamos un programa para llevar la compra a las personas vulnerables y llovieron los voluntarios, de hecho tuvimos que seleccionar a los de menor riesgo, y el resto apoyó de una u otra forma». Fueron más de 600 servicios «y nadie resultó contagiado porque aplicamos el protocolo que seguía en mi trabajo», revela Juan satisfecho.

Además se siente pagado por la sociedad: «Nos quedamos sin fondos en la pandemia y la gente se volcó». Ellos lo hacen siempre, ahora desde un nuevo colectivo.

«Donde nos necesitan, allí estamos»

También Esperanza Muñoz Pozuelo es un perfecto ejemplo del perfil que se está gestando en Protección Civil. Hace quince años se dirigía al Circuito de Jerez en coche para no perderse uno de los mayores eventos deportivos del país, cuando se topó con un accidente. Un chico estaba malherido: tenía graves lesiones en una pierna. «Lo recogí y lo acerqué a un centro sanitario. Desde ese momento sentí inclinación por ayudar a los demás en situaciones complicadas». Esperanza Muñoz Pozuelo tenía entonces 35 años y contactó con la Asociación ARA para ver la posibilidad de entrar como voluntaria. «Hice el curso de primeros auxilios y me pusieron a prueba en una carrera en Cáceres y en el control de la entrada al baloncesto. Desde entonces no he parado de colaborar», cuenta sonriente.

Esperanza Muñoz, una de las primeras mujeres en entrar en la nueva agrupación. CARLA GRAW

Esperanza se convertirá en una de las primeras voluntarias en ingresar en Protección Civil Cáceres a sus 50 años. No será muy distinto de lo que hace hasta ahora, porque dedica prácticamente todos los fines de semana, incluso algunos días laborables, «a ayudar en todo lo que nos solicitan desde el ayuntamiento y desde otras instituciones como la Diputación Provincial. Colaboramos en Womad, en Semana Santa, en la feria… Donde nos necesitan, allí estamos», subraya. «Hemos ayudado incluso a buscar personas desaparecidas, tratamos de atender a todos los ayuntamientos que nos llaman», señala. De hecho, Esperanza ha comenzado a formarse como guía canina en previsión de que Protección Civil pueda crear una unidad específica.

Lo mejor de todo es la recompensa: «Yo me siento pagada solo con el hecho de ayudar a la sociedad. Además, hay momentos especiales que te hacen sentir que siempre merece la pena, como aquella chica que estaba en muy malas condiciones en el Womad y tuvimos que reanimarla, casi devolverla a la vida, hasta que llegaron los servicios sanitarios». Pero existen más gratificaciones, especialmente la buena relación entre los compañeros, «en realidad nos llevamos como hermanos». Sin duda, el mejor comienzo para la nueva agrupación.

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