La Mesa de Contratación, en su reunión de este lunes ha adjudicado la redacción del proyecto de derribo del Bloque C en la calle Ródano a la empresa Eneas Servicios Integrales SA, por un importe de 69.254,02 euros y un plazo de ejecución de 3 meses desde la firma del contrato. El concejal de Infraestructuras, Andrés Licerán, señaló que «es un paso más hacia el derribo de este edificio de más de 6.832 metros cuadrados y más de 21.000 metros cúbicos de volumen. En la propia redacción del proyecto se marcarán los plazos para poder derribarlo, así como el coste del mismo».

Un proyecto que supondrá la recuperación social y urbanística de un entorno muy degradado, indicó Licerán, y que «se llevará a cabo un proceso participativo para diseñar el espacio que quedará cuando se derribe, porque queremos que los vecinos y vecinas también sean protagonistas de este proceso tan importante y tengan un edificio acorde con sus necesidades».

El concejal de Infraestructuras, Andrés Licerán. EL PERIÓDICO

El concejal recordó que, además, supondrá el cumplimiento del compromiso que adquirió el alcalde Luis Salaya con Aldea Moret durante la última campaña electoral de derribar este monumento a la precariedad social y de iniciar los trabajos para recuperar todo el entorno».

Cierre del bloque C en 2010. FRANCIS VILLEGAS

El bloque C se desalojó y cerró durante la legislatura de Carmen Heras, siendo concejala de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro, ambas del PSOE, partido que ayer no hizo mención a este importante detalle. Ha sido el edificio más conflictivo de la ciudad. Fue levantado en el año 1987. Formó parte de un proyecto fallido a nivel político y social en el barrio de Aldea Moret. Tras años siendo escenario de vandalismo y violencia, fue desalojado también en un compromiso municipal de la entonces alcaldesa Carmen Heras y tapiado en 2010. Desde entonces se ha especulado sobre si debía derribarse o no y se mantiene en estado de ruina y abandono.

Interior del Bloque C. EL PERIÓDICO

Carmen Heras junto a los exconcejales Elviro, López y De la Calle. EL PERIÓDICO

Casas, pasillos y escaleras del Bloque C, el edificio más castigado por la droga, la delincuencia y la marginación de la ciudad desde su construcción en 1987, quedaron vacíos en diciembre de 2010, tres años después de que la anterior legislatura, gobernada por el PP y presidida por José María Saponi, decidiera iniciar la tramitación para derribar el edificio después de que en su interior apareciera una mujer emparedada que llevaba meses muerta.

El desalojo de los vecinos no fue ni mucho menos pacífico. En octubre, la concejala de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro, lanzó un ultimátum a los inquilinos para que dejaran sus casas y ocuparan las que el ayuntamiento les había concedido. En cambio, muchos de los habitantes se negaron a marcharse porque no estaban satisfechos con sus nuevas viviendas, situadas en el entorno de Aldea Moret. La situación del inmueble de la calle Río Ródano llegó a ser insostenible. Hasta tal punto que en septiembre la empresa Conyser sacó del edificio 15.000 kilos de basura.

Finalmente, en diciembre todas las familias tanto legales -a las que se les concedió otra vivienda social-- como los ilegales --a los que se les envió órdenes judiciales de desahucio- habían abandonado el inmueble que fue su hogar durante veinte años. Ahora el edificio se encuentra tapiado y vallado.

Futuro del bloque

El futuro uso del Bloque C ha sido objeto de debate En principio se pensó en derribarlo y dejar vacío el espacio que ocupaba, después se decidió tirarlo y construir una plaza como homenaje al olvido de lo que en su parcela existió. Incluso los vecinos de Aldea Moret hicieron sus peticiones acerca del futuro del edificio: un parque infantil, una cárcel, un geriátrico o un centro de salud. Y ahí sigue, a la espera.