Dice el villancico y no se confunde: «Navidad, dulce Navidad». Porque estas fechas tan especiales son más que luces de colores, regalos, portales de Belén, Papá Noel o Reyes Magos. Son también el momento perfecto para reunirse alrededor de una mesa y disfrutar de la compañía de familia y amigos, llenar los estómagos de esos platos que se preparan durante horas con cariño y esmero y dejarse llevar por los postres típicos navideños, olvidándose de contar las calorías. 

Pastas de té (renos, estrellas, ángeles...) en la Pastelería Isa. LORENZO CORDERO

La Navidad más dulce de Cáceres está, sin duda alguna, en su repostería. Lo artesano y lo cercano llevan tiempo cotizando al alza en la gastronomía. En los próximos días, los obradores de las pastelerías cacereñas están a toda máquina elaborando sus manjares. Algunos lo hacen apostando fuerte por la tradición; otros dan un paso más y presentan en estas fechas la evolución de muchas recetas de antaño. Por eso, El Periódico Extremadura te propone tres establecimientos de la ciudad donde la confitería es un arte y sus productos (turrones, mazapanes, roscones, trufas, pastas de té, pasteles, tartas, polvorones, bombones, rosquillas, árboles de hojaldre…) alcanzan altas cotas de una excepcional calidad. Verlos y no probarlas será decisión complicada. Se nos hace la boca agua. Y nunca decepcionan. 

Roscón de Reyes para chuparse los dedos en la Pastelería El Horno. LORENZO CORDERO

Siempre es buen momento para llenar la despensa de sabrosos alimentos, pero es que en este periodo del año las opciones se multiplican exponencialmente. Hay, por un lado, confecciones acordes al calendario, como turrones, polvorones, mazapanes, y roscones, y por otro, auténticos iconos de la región (palmeras de chocolate, bizcochos, bambas, bollos suizos, galletas, magdalenas, napolitanas, saladitos...) que van más allá de fechas. En Navidad, tanto unos como otros tienen su espacio en las mesas. La cuestión está en preparar tablas que incluyan un poco de todo, pues en la variedad está el gusto. Un plato con turrones cortados y colocados jugando con su forma y llamativos colores, una fuente con polvorones, bombones y pasteles, y otra con tartas y mazapanes que son casi centenarios y resultado del buen oficio y la imaginación de los reposteros. Todos tienen su momento y las comidas y cenas navideñas lo propician

Las bambas de la Pastelería Isa, imprescindibles en el itinerario de la plaza Mayor de Cáceres desde 1952

Los dulces de Noelia Minguez y su equipo, siempre sorprenden. LORENZO CORDERO

Una de las reposterías que no falla nunca y cada año reúne a más adeptos esperando en fila su turno es la Pastelería Isa, en la plaza Mayor. Su escaparate (un sinfín de irresistibles productos a los que hincarle el diente) deja boquiabiertos a los viandantes que se adentran y transitan el casco viejo. Un pequeño local al que acuden tanto cacereños como foráneos para degustar sus afamados dulces. En Navidad, es frecuente ver a decenas de personas entrando y saliendo del establecimiento para adquirir sus codiciados mazapanes con formas originales, turrones, pastas de té (renos, estrellas, ángeles y árboles navideños), trufas con virutas de chocolate, yemas, roscón de Reyes (una exquisitez digna de reyes con un sabor inconfundible)...

La Pastelería Isa se ha labrado un prestigio avalado por la calidad de todos sus productos, que siguen elaborándose día a día de forma artesanal. Vidal Arias la fundó en 1952, la confitería más antigua de Cáceres. Noelia Minguez es la tercera generación. ¿Su secreto? «Recetas artesanales, ingredientes de primera y una atención de 10 a su fiel clientela», afirma con orgullo.

Minguez es poseedora de una felicidad multiplicada por el número de sonrisas manchadas de chocolate que salen de su negocio, con el fin de endulzarse el estómago a base de pastelitos, palmeras, magdalenas de aceite de oliva, perrunillas, tartas, pan de Cádiz... Y por supuesto prueben la especialidad de la casa, las bambas. «A la gente le encanta y es algo que nos identifica mucho», dice. Cruzar el umbral de su puerta, le introduce en un espacio que abre los sentidos a todos los niveles

El Horno, esencia de sabores y la mejor materia prima en la avenida Antonio Hurtado

El propietario de El Horno, Juan Carlos Luna, posa con su esponjoso roscón de Reyes. LORENZO CORDERO

Siempre a mano. Todo lo que pueda comprar en la Pastelería El Horno estará hecho íntegramente a mano. Está ubicada en la avenida Antonio Hurtado, por lo que, en estas fechas, los olores más dulces (fragancia a mazapán, chocolate, mantequilla, saladitos...) llenan las aceras de una de las arterias de la capital cacereña. Con la Navidad tan cerca, el propietario del negocio, Juan Carlos Luna, muestra a este diario los postres típicos que él mismo elabora en su obrador. Un establecimiento donde el roscón de Reyes es un arte. Esponjosos, golosos y con un sabor que atrapa desde el primer bocado. Luna y su plantilla de trabajadores disfrutan cocinando estos platos especiales para las fiestas, época en la que reciben muchísima demanda. «Todo dulce de Navidad es especial por su materia prima de calidad y su cuidada elaboración. Realizamos las preparaciones siempre al día, se crean al momento, por eso no pueden ser más frescas. El trabajo durante diciembre y la primera semana de enero es muy intenso porque las ventas se disparan», manifiesta.

Lugar cómodo y acogedor para desayunar o merendar. Pero no solo de roscones y mazapanes vive El Horno. En la diversidad de su oferta además resaltan: cruasanes, roscas de yemas, bollitos suizos, ensaimadas de Mallorca, magdalenas de aceite de oliva (también las hay para personas diabéticas), tostadas (jamón, salmón o agucate)... No hay mejor manera de terminar una buena comida que con un dulce, por lo que los golosos no pueden dejar de visitar esta pastelería. También trabajan por encargo. Se adapta a cualquier necesidad del consumidor, ofreciendo múltiples combinaciones en sus raciones, tamaños y sabores. 

Chef Alia Pastry Shop, tarta de queso y roscón de Reyes con sello propio en la Virgen de la Montaña

El joven pastelero Álvaro Holgado, en su establecimiento, muestra sus manjares. LORENZO CORDERO

Chef Alia Pastry Shop (localizado en la avenida Virgen de la Montaña) no necesita presentación. Pastelería artesana y creativa. Álvaro Holgado es el alma del negocio. Aquí el postre navideño más destacable, por su variedad, es la tarta de queso. Sus sabores tan atrevidos, las texturas sorprendentes, las presentaciones cuidadas (es capaz de fabricar casas de jenjibre con el tejado nevado y su árbol de Navidad. El interior de la vivienda lo decora con luces...) y sobre todo, el trabajo constante que hay detrás de todo lo que hace junto a su equipo le ha llevado a conseguir lo que perseguía, el éxito en su profesión. «El mejor consejo para hacer una buena tarta de queso», explica Holgado, «es usar ingredientes de buena calidad. Parmesano, Idiazábal, Torta del Casar, quesos de la Serena, cremosos, un buen curado de Ibores... La clave es ajustar muy bien la cocción. Cada tarta está personalizada para cada cliente», señala.

Es la tarta de queso extremeña del momento, la que llama la atención en todas las fotos y paladares. Igualmente entre sus productos navideños resaltan pequeños tarros de tarta con sabor a turrón de Suchard o de Ferrero Rocher, galletitas decoradas con bonitos detalles y, cómo no, el tradicional roscón de Reyes (muy tiernos, versátiles y apetitosos).

La fama de sus roscones no es para menos. Si vas a darte una vuelta por el paseo de Cánovas y te apetece merendar, no dudes en pasarte por esta pastelería que, además de saciar tus deseos de dulce, te envolverá en un ambiente especial al aspirar el aroma que se desprende de sus hornos.