LA HORA DE LA MÚSICA POPULAR: UN ABUNDANTE LEGADO CON MUCHAS HORAS DE ESTUDIO Y TRABAJO

‘El Redoble’, marca registrada

Cáceres tiene una riqueza folklórica que empieza a valorarse. El 40º aniversario del grupo ‘El Redoble’ llena talleres, conciertos y ‘quedadas’

Traje de gala de Cáceres con el mantón de ocho puntas, piezas aquiridas en anticuarios especializados. El Redoble es el único grupo que las posee en España.

Traje de gala de Cáceres con el mantón de ocho puntas, piezas aquiridas en anticuarios especializados. El Redoble es el único grupo que las posee en España. / EL REDOBLE

«Un pueblo que no conozca sus canciones tradicionales, de dónde vienen, lo que narran y cuentan sus letras, es un pueblo sin identidad». Así lo explica Alonso Redondo, uno de los componentes del grupo ‘El Redoble’, que en 2022 celebra su 40º aniversario. Y esta reflexión, válida para cualquier territorio, lo es más para Cáceres, cuyo folklore tiene tal riqueza musical y de indumentaria que despertó la admiración de los investigaciones internacionales hace ya un siglo, cuando llegaban con los primeros sonógrafos para registrar aquellas canciones centenarias. Muchos ciudadanos desconocen hoy semejante legado, pero eso está cambiando. El folclore vive una etapa de especial divulgación: la música de raíz recupera la admiración de la sociedad, y cacereños de todas las edades llenan los talleres para aprender a bailar el auténtico himno local, ‘El Redoble’.

Son varias las circunstancias que han confluido para que el folclore suba el volumen. La Asociación Cacereña ‘El Redoble’, convertida en una enciclopedia de este gran acervo, con una labor de investigación que nunca para, ha puesto en marcha una intensa sucesión de actividades por su aniversario. De su mano, los talleres de folklore han llegado a las plazas, a las casas de cultura, a las sedes vecinales, a las piscinas... De hecho, ha animado la primera gran ‘quedada’ en la plaza Mayor. Su objetivo siempre ha sido el mismo: ni un cacereño sin conocer su tradición musical.

‘Macroquedada’ el pasado septiembre en la plaza Mayor.

‘Macroquedada’ el pasado septiembre en la plaza Mayor. / LORENZO CORDERO

A ello se une la divulgación en redes sociales, hoy, curiosamente, las mejores aliadas de un patrimonio centenario. Pero también influye el auge del folclore tras demasiado tiempo relegado por el peligroso concepto de lo ‘moderno’. «Hace unos seis años que percibimos esta recuperación, y fenómenos como ‘Tanxugueiras’ han sido realmente contributivos», subraya María Fernanda Sánchez, alma máter de 'El Redoble' durante décadas y una de las mayores especialistas en indumentaria tradicional. Por último, un apoyo especial del ayuntamiento y la diputación ha hecho posible esta espiral en Cáceres. «Es justo reconocerlo», afirman desde ‘El Redoble’, que agradece la singular labor de la edil de Cultura, Fernanda Valdés, artífice del primer programa ‘Folk Barrios’. Es tan entusiasta del mismo que se arranca a bailar la jota local en talleres y escenarios.

Hasta Soraya Arnelas acabó su reciente actuación en Horteraliacon el popular ‘Redoble’. «Vemos una mayor presencia del folklore, diría que está de moda, las redes sociales son muy influyentes», destaca Alonso Redondo. Ya era hora, «porque la riqueza del folklore cacereño es muy muy importante tanto por su música como por sus letras y su indumentaria», apunta Raúl Merino, presidente de la asociación ‘El Redoble’. «Tenemos uno de los trajes más importantes de España, el galano de montehermoseña, que junto a otros como los de Lagartera, Llanes, Salamanca o Carbajales de Alba ocupa un lugar de honor en el Museo Nacional del Traje», recuerda María Fernanda.

Miembros de la asociación en uno de los actos de la ciudad.

Miembros de la asociación en uno de los actos de la ciudad. / CEDIDA POR 'EL REDOBLE'

El colectivo ‘El Redoble’ preserva la herencia recopilada en el último siglo. «Cuando en 1932 el estadounidense Kurt Schindler vino a España financiado por la Universidad de Columbia para realizar el primer trabajo de campo, quedó impresionado en particular por el folklore de la provincia de Cáceres. Recogió más de 300 canciones que tenemos la suerte de conservar», indica Alonso Redondo. Veinticinco años después llegaría otro estadounidense, Alan Lomax, con una visión más globalizada de la música tradicional, «y volvió a enamorarse de la provincia de Cáceres». Paralelamente, en aquella época ya realizaba su ingente labor el reconocido folclorista placentino Manuel García Matos, que recopiló cancioneros, danzas, música, coreografías…

«Queda mucho por estudiar"

Y esa profusión de la geografía cacereña, con zonas de extraordinaria tradición como Montehermoso, La Vera, Valle del Jerte o Los Llanos de Cáceres (Arroyo, Cáceres, Casar de Cáceres…), ha confluido en el trabajo que hoy realiza la Asociación ‘El Redoble’, todo un referente en la provincia, aunque extiende su ámbito a buena parte de Extremadura. La mayoría la conoce por sus recitales, por sus puestas en escena, pero su labor de recopilación e investigación es impagable. «Todavía no hemos devuelto a la sociedad todo lo que nos ha dado, tenemos una deuda contraída con el pueblo cacereño en particular, que tratamos de satisfacer con estas investigaciones», afirma Alonso Redondo. «Queda mucho por descubrir, por enseñar, por divulgar…», sostiene el presidente, Raúl Merino.

La asociación ‘El Redoble’ se creó en 1982 a partir de un grupo de miembros de la Escuela Municipal de Canto y Danza. Tomó el nombre de la jota más característica de Cáceres. Su trabajo le ha convertido en una especie de biblia del folklore de la provincia, que representa en los festivales más reconocidos de España, e incluso por otros países. «Nuestro arraigo y nuestras raíces son cacereñas, vivimos su cultura, sus tradiciones, es una identidad que ya forma parte de cada uno de nosotros», reconoce María Fernanda, quien ha presidido el colectivo durante la mayor parte de su trayectoria. Todos están en el grupo por auténtica vocación, solo así aguantan jornadas maratonianas de autobuses los fines de semana y sacrifican parte de sus vacaciones para investigar, ensayar, actuar, divulgar…

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Baile regional durante el certamen Jato, este otoño en la plaza Mayor. / CEDIDA POR 'EL REDOBLE'

Fernanda es el ejemplo. Aunque la edad le ha obligado a tomárselo con más calma, ama el folclore desde niña, cuando tuvo que hacer el servicio social en Sección Femenina. Reconoce que aprendió bastante, incluso la llevaron a México con 16 años (aquello requirió el beneplácito de ciertas instancias por la identidad de izquierda de sus padres). Luego ejerció varios cargos públicos como concejala en el ayuntamiento de Cáceres y diputada en la Asamblea y la Diputación, pero siempre tuvo el folklore entre sus prioridades. Por su parte, Alonso Redondo confiesa compartir la misma pasión. Forma parte de una generación posterior, pero sintió la vocación muy pequeño y a los 5 años ya estaba subido a un escenario, pese a que no le venía de tradición familiar. Además, pertenece a otros grupos como ‘Cerandeo’.

Trabajo pueblo a pueblo

A todos ellos les va en la sangre. Solo así se explica la labor que realizan. Además de los continuos ensayos en su sede de Los Fratres, desarrollan «un trabajo de investigación que empieza por un trabajo de campo, pero no termina ahí, nos gusta ser serios», puntualiza Alonso. Detrás hay una labor más intensa «de contraste, de lingüística…». Han pasado muchas jornadas en un municipio y luego en otro, aprendiendo, entrevistando, cotejando los testimonios… De este modo, su repertorio incluye canciones de prácticamente toda la región, «unas con danza ritual, otras con baile, y algunas sin ninguno de estos elementos».

Mención especial merece la indumentaria tradicional del grupo, que ha recuperado incluso trajes en desuso, y cuida este apartado «con todo lujo de precisión y con el máximo respeto». Según la responsable del mismo, María del Mar Guerrero, la asociación tiene unos veinte trajes tradicionales de distintos municipios para todo el cuerpo de baile, cada uno de ellos completo. Cierto es que ha contado durante décadas con la experiencia de María Fernanda, especialista en la materia, cuyo libro, ‘Recuerdo vivo de indumentaria tradicional’, lleva dos ediciones agotadas (lo ha digitalizado la Diputación Provincial para que pueda ser de consulta general). Trabajó incluso con la investigadora María Ángeles González Mena para hacer posible la apertura del Museo Pérez Enciso de Plasencia. De hecho, llegó a recuperar un traje completamente perdido que era el de gala de Cabezabellosa, con su dengue rojo y su mandil negro de terciopelo, raso, puntillas… ‘El Redoble’, por supuesto, lo ha subido a los escenarios.

 «La indumentaria requiere una investigación muy laboriosa», desvela. «Hay que ir a los pueblos, quedar con mucha gente, recorrer las casas, lograr que te abran sus arcones, bucear en documentos…», dice María Fernanda. Y luego hay que mostrar el máximo respeto. «No se puede salir a un escenario a divulgar las danzas y las canciones de Extremadura vestido de cualquier manera. En ‘El Redoble’ distinguimos seriamente entre lo que son ancestros (ritos y mitos) y lo que es folklore popular», precisa Alonso.

Telares en los que se fabrican las piezas especiales que el grupo cacereño utiliza para componer sus trajes.

Telares en los que se fabrican las piezas especiales que el grupo cacereño utiliza para componer sus trajes. / CEDIDA POR 'EL REDOBLE'

Dicho más claro: «No puedes llevar el traje de un municipio para bailar cualquier cosa», incide María Fernanda. «Debe haber una armonía entre canto, danza y traje, es un trabajo de investigación que se pone sobre el escenario», resume Raúl Merino. De hecho, para la celebración del 40 aniversario han tenido que crear un taller de costura a fin de sacar adelante las novedades previstas: el traje de diario de Montehermoso o el traje de Santa Amalia, «y todo en un tiempo récord».

Ahora viene la segunda parte: los paños empleados son auténticos, nada de fieltros. Se encargan directamente a telares de Béjar o de León. Además, los trajes típicos de la parte de Badajoz que linda con Castilla La Mancha llevan también tejidos hechos en telar, al igual que las polleras clásicas usadas desde Trujillo hasta Guadalupe. Ahora mismo, en ‘El Redoble’ barajan un muestrario de una fábrica de paños castellana para futuros vestuarios.

Noche "indescriptible"

Y así han llegado a su 40º aniversario, un año lleno de actividades en el que han disfrutado especialmente con sus recitales o sus clases de ‘Folk Barrios’ (se han llenado). La jornada central tuvo lugar el 19 de noviembre, con un gran espectáculo en el Gran Teatro. «Vinieron antiguos componentes de distintos lugares. Fue indescriptible, un cúmulo de sensaciones, una emoción que no hemos sentido nunca», relata Alonso Redondo. Por supuesto no faltó la jota de ‘El Redoble’, la apoteosis. Una marca registrada que está en el genoma de miles de cacereños. 

La asociación, que ya recibió la Medalla de Extremadura en el año 2005 por su trayectoria, tiene unos cincuenta miembros en el grupo de exhibición (encargado de los recitales) pero suma más socios. Ofrece escuela infantil y también de mayores (‘La Escuelina’). Todo lo financia con sus propios fondos, que surgen de su propio esfuerzo. El 40º aniversario ha sido un impulso más hacia el medio siglo. Y allí estarán, redoblando en cada escenario.