La gastronomía es cultura. Si hay un producto que acapara las cartas de los restaurantes y las preferencias de los clientes, la carne se lleva la palma en nuestro país y en nuestros fogones. Si a esto le añadimos el componente de una realización tradicional (a la brasa, la parrilla…) el resultado alcanza, en muchos casos, la excelencia. En Cáceres tenemos muy buenos ejemplos de ello. Por eso, antes de terminar el año, El Periódico Extremadura propone un templo culinario donde preparan con maestría este preciado manjar. Si uno se acerca al Restaurante De Diez, en la cacereña avenida Ruta de la Plata (R-66), se encontrará con el bendito problema de tener que elegir entre un buen puñado de razas de vacas, bueyes, cerdos...
«Trabajamos con materia prima gallega, extremeña, finlandesa… es la esencia de nuestra cocina. Alimentos de alta calidad. Tratamos cada pieza de manera individual atendiendo a sus particularidades», indica Miguel Zapata, uno de los propietarios. Él junto a su hermana, Alba, dirigen el negocio con gran éxito. Para dar en el clavo con la elección, consideran fundamental contar con un proveedor de confianza como en su caso es Discarlux.
Zapata explica con detalle que además de la calidad cárnica, hay otros factores para que su local tenga su parrilla de diez: «Usamos carbón de encina. Para lograr la brasa, hace falta una hora de tiempo aproximadamente, que es lo que tarda en caldearse. Esto le aporta a toda la comida un aroma irresistible».
Entre sus platos se pueden degustar cortes únicos y suculentos que encontraremos en su cámara de maduración como chuletas, chuletones, entrecots, solomillos, hamburguesas o costillas. También disponen de pescados, pulpo,... «Es un lugar muy tranquilo y singular, y eso propicia el disfrutar de forma distendida», concluye el joven. Se puede elegir el punto deseado: muy poco hecho, poco hecho, punto menos, punto, punto más y muy hecho.