EL FUTURO QUE LLEGA: INICIATIVAS EN PROCESO

2023: arranca el año tecnológico de Cáceres

Durante los últimos tiempos se ha hablado mucho de ellos, pero 2023 será el ejercicio decisivo para su desarrollo en Cáceres. Proyectos punteros en energías renovables, datos, medicina de futuro y biotecnología afianzan su implantación

Edificio principal del complejo que albergará el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético, en el Cuartillo.

Edificio principal del complejo que albergará el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético, en el Cuartillo. / CEDIDA

Cáceres está situada en plena autopista digital, en medio de los nodos de conexión marítima intercontinental de fibra óptica que unen América con Europa a través de Bilbao y Sines. Además, tanto la provincia como el término municipal van a convertirse en uno de los lugares del continente con más MW instalados de energía verde. Son dos de los principales ganchos que han favorecido la llegada de potentes proyectos caracterizados por una fuerte base tecnológica, que tendrán en 2023 un desarrollo crucial.

Destacan el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE), el ecopolígono CCGreen, la Bioincubadora y un avanzado programa de medicina personalizada. Todos, a su vez, ponen el germen para la llegada de nuevas iniciativas. 

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El CIIAE avanza en varios frentes e inicia ya sus investigaciones

Descarbonizar el planeta, es decir, sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables, no podrá hacerse hasta que la energía conseguida a través de instalaciones solares o eólicas tenga la posibilidad de almacenarse y transportarse. Todavía no resulta factible a gran escala. Y precisamente esas soluciones son las que se van a estudiar en el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE) proyectado en Cáceres, un espacio de referencia internacional y de importancia tan capital que comenzará a funcionar entre enero y febrero de este 2023.

De hecho, hay que admitir que existen pocos precedentes de un proyecto tan costoso y tan complejo que se resuelva con tal ligereza. Para avanzarlo se ha suscrito un convenio con la Escuela Politécnica, donde el CIIAE establecerá una sede provisional que empezará ocuparse este mismo mes por investigadores, ingenieros, informáticos... A la vez progresan los trámites del gran Complejo Científico Tecnológico del CIIAE, en la parcela de 11 hectáreas cedida por la diputación en el Cuartillo. Será su sede definitiva y se ultimará en 2025. La inversión (74,6 millones) llega del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Plan de Recuperación y Resiliencia (15 millones los aporta la Junta).

Pero vamos por partes. Primero, las obras. La Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital, a través de FUNDECYT-PCTEx, ya ha firmado el contrato con la UTE formada por Gévora Construcciones y Sacyr Construcción tanto para la redacción del proyecto como para la ejecución material de las obras del complejo del Cuartillo. Según explica el secretario general de Ciencia, Tecnología, Innovación y Universidad, Jesús Alonso, responsable de llevar a buen puerto el centro, dicho contrato se ha suscrito por 22,5 millones de euros (en 2021 ya hubo un desembolso de 29,3 millones). «Hemos querido hacerlo de forma conjunta para avanzar lo más rápido posible», señala.

Así, el proyecto se entregará en junio de 2023 y comenzarán entonces las obras. Los trabajos de urbanización (en principio 4 hectáreas) estarán en septiembre 2024; la planta piloto (4.000 m2) en abril de ese año; el edificio principal de investigación (7.100 m2) en febrero de 2025; y la incubadora (1.100 m2) en abril de 2025.

Como estas investigaciones no pueden esperar, desde el presente mes se irá incorporando el personal a la sede provisional para desarrollar sus primeras actividades científicas, hasta tal punto que los 130 profesionales ya estarán a final de año a pleno rendimiento. Para ello se ha formalizado un convenio con la Uex y se adecuarán 500 m2 de laboratorios y 230 m2 de despachos en la Politécnica, que además se dotarán de equipamiento científico y tecnológico, mediante una obra que habrá concluido el 28 de febrero. 

La contratación también va a buen ritmo. Ya se han ofertado 73 puestos para los tres departamentos del CIIAE y la planta piloto: 22 plazas de investigador sénior, 15 de investigador junior, 15 de predoctorales, 3 de técnico máster sénior, 10 de técnico máster junior, 7 de técnico nivel 1, y 1 de técnico nivel 2. En estos momentos se preseleccionan las candidaturas para la fase de oposición. Las primeras incorporaciones serán en enero.

En cuanto al equipamiento científico, ya se han publicado 13 licitaciones por 16,3 millones, a los que se sumarán 15,4 cuando se perfile el proyecto definitivo. Por cierto que se ha celebrado la primera Comisión de Seguimiento Hispano-Lusa, ya que se trata de un centro internacional de ámbito ibérico. 

Además, la Junta de Extremadura publica estos días la primera convocatoria de investigación público-privada (5 millones de euros) para desarrollar proyectos en el ámbito del almacenamiento energético entre empresas, investigadores del CIIAE y la Universidad de Extremadura. La cuantía estará entre los 400.000 y los 900.000 euros en función del número de empresas que participen en cada proyecto.

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CCGreen: trámites decisivos

Cáceres tendrá el primer centro de datos libre de carbono de toda Europa y uno de los mayores de España, con una capacidad de 70 MW IT y una tecnología pionera. ¿Pero qué es un centro de datos? Infraestructuras que hacen las veces de almacenes gigantes para guardar los millones de datos que las empresas generan en móviles, ordenadores... El de Cáceres llevará por nombre CCGreen y está promovido por Ingenostrum, una de las mayores ingenierías de Europa. 

No existe en la ciudad una parcela del tamaño que necesitan los siete edificios del ‘data center’, por eso el proyecto requiere desarrollar un suelo urbanizable programado que ya estaba previsto como suelo industrial junto a Capellanías. Durante 2022 y 2023 se están realizando dichos trámites, cruciales para el proyecto. «Calculamos que a finales de 2023 o principios de 2024 podríamos iniciar la obra de urbanización», explica Salvador Andrés González, director del proyecto. Además, confía en simultanearla con la construcción de los dos primeros edificios del ‘data center’. 

El recinto podrá ponerse en marcha con esos dos primeros edificios, independientes unos de otros. Serán obras muy rápidas al aplicar diseños prefabricados con materiales reciclados. Y pese a su complejidad interior (potente equipamiento eléctrico, seguridad férrea, hardware…), Salvador Andrés González calcula que «a finales de 2024 o principios de 2025 podría estar operativo».

La primera fase de CCGreen incluirá la creación de dos plantas fotovoltaicas anejas: una de 400 MW conectada a la red y otra de 130 MW de autoconsumo, que dará energía 100% verde al centro, de ahí que sea libre de carbono. También un lago para refrigerar el recinto mediante otra solución sostenible: el agua procederá de la depuradora impulsada por bombas de energía limpia.

En total, el polígono CCGreen tendrá unas 200 hectáreas. En la construcción, progresiva hasta 2030, habrá picos de unos 1.200 trabajadores. Además, Ingenostrum prevé desarrollar otros proyectos, entre ellos una gran planta de almacenamiento termoeléctrico con sales fundidas, solución novedosa para conservar la energía procedente de renovables hasta su consumo. De hecho, Ingenostrum ha iniciado contactos con el CIIAE, especializado en tales avances.

Precisamente, otra ventaja de la llegada de distintos proyectos científicos y tecnológicos a la ciudad es que juntos suman más. «En Ingenostrum apostamos por Cáceres por estar en medio de los nodos de interconexión de fibra que unen Europa y América, y por su potencial en energía verde», destaca el director, convencido de que estos recursos suponen «una palanca clave» para atraer proyectos.

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La Bioincubadora echa a andar

En el polo biotecnológico del campus de Cáceres también se está poniendo en marcha otro espacio de inversión millonaria, con un importante potencial en el campo biosanitario. Se trata de la Bioincubadora de Cáceres, de gestión público-privada entre Extremadura Avante y la empresa Gamma Health.

Denominada ‘The Bioroad’, ha sido concebida para ofrecer una carta de más de treinta servicios destinados a ayudar a empresas y emprendedores a sacar adelante sus productos o procesos de valor añadido, en el área de las ciencias de la salud (las nuevas tecnologías permiten desarrollar numerosos avances en biotecnología relacionados con teleasistencia, telemedicina…). Para ello, ha comenzado a ejecutar su plan estratégico. Ya trabaja en la captación de ‘startups’ y en la promoción de sus infraestructuras y servicios, tanto en el ámbito nacional como internacional.

Según explica Abel Mendoza, representante de la entidad, recientemente se han realizado unas jornadas «en las que pudimos conocer de primera mano proyectos muy atractivos a nivel internacional interesados en pasar por nuestra incubadora. En estos momentos nos encontramos inmersos en el estudio de su idoneidad para una posible aceleración y futura inversión». En dicho foro, además, la bioincubadora presentó su entorno promotor de ‘startups’ biotecnológicas a empresas de India, Colombia, Argentina, Uruguay, Canadá o Grecia. Y también detalló las potencialidades de Cáceres, donde confluyen distintas entidades que generan un entorno propicio para los proyectos biotecnológicos: FUNDECYT-PCTEX, Avante, Centro de Cirugía...

El recinto puede incubar hasta ocho empresas a la vez (dos años) y además dar soporte a otras iniciativas que solo necesiten puntualmente ciertos servicios. Para ello dispone de seis laboratorios de incubación tecnológica, dos laboratorios comunes de investigación, tres talleres-bio y otras dependencias, además de mentores, directores de proyectos, partners o inversores.  

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Hacia la medicina personalizada

Los avances de los últimos años (inteligencia artificial, supercomputación, robótica, bioingeniería, nanotecnología…) están permitiendo la generación y el análisis masivo de datos que revolucionan los tradicionales sistemas y dispositivos de diagnóstico de enfermedades, pronóstico y terapia. La integración de estas herramientas supondrá el mayor paso para conseguir una medicina personalizada, es decir, la que aplicará las estrategias que mejor se adapten a cada persona para su curación.

Por ello se han creado los denominados Planes Complementarios en el Área de Biotecnología Aplicada a la Salud, mediante 30 millones de euros en ayudas concedidas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología a través de los fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia. Han permitido gestar el mayor consorcio estatal de biotecnología para la salud hasta la fecha. En él participan desde Extremadura el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres, junto con tres socios que invertirán una partida de aproximadamente 5 millones: Fundación Computaex, Fundesalud y Universidad de Extremadura. Son entidades dotadas de recursos tecnológicos de última generación que permiten desarrollar investigaciones de tan elevada exigencia.

Según explica la responsable de comunicación del consorcio en Extremadura, María Resurrección López, dichos socios trabajarán en las seis líneas que contemplan estos planes: Plataforma Brem de criomicroscopía electrónica aplicada a la medicina personalizada (Línea 1), Implementación y Análisis de Bases de Datos en Medicina de Precisión (2), Plataforma de Cribado de Fármacos y Análisis Interacciones Fármaco-Diana (3), Desarrollo de Modelos Biológicos para Cribado y Estudio de la Actividad de Moléculas Terapéuticas (4), Desarrollo de Nanofármacos, Biodistribución, Toxicidad y Acciones Terapéuticas en Modelos de Patología (5), y, finalmente, Técnicas y Procesos para Terapias Avanzadas y Dirigidas, Formación Quirúrgica y Robótica Médica (6).