La soledad, la que no se elige sino que te viene impuesta, es un drama de terribles consecuencias, especialmente para las personas mayores. Si a eso se añade la falta de recursos económicos, la pena aumenta. Las cifras envuelven nombres y apellidos que van más allá de los números, «pero los servicios sociales deben atender tanto en la vida como en la muerte», argumenta la concejala María José Pulido, que no puede sustraerse de una realidad que a todos parte el corazón.
En Cáceres hay 1.646 personas mayores de 65 años que viven solas (al menos así lo arrojan los últimos datos conocidos de 2019), un fenómeno que por la distribución de la pirámide poblacional es día a día más visible. «Cada vez hay más personas mayores y cada vez hay más personas mayores que viven solas», indica Pulido, que habla de la necesidad que al ayuntamiento le ha llegado de tener que replantear las políticas sociales.
«Los hay que viven solos voluntariamente, pero existen muchos que lo hacen de modo obligado, bien porque no mantienen vínculos con su familia, bien porque la han perdido o porque tampoco tienen una relación con la vecindad», expresa la responsable del Instituto Municipal de Asuntos Sociales.
El caso de la avenida de Alemania
El último caso registrado en Cáceres ha sido el del hombre de 63 años que fue encontrado muerto la mañana de la víspera de Reyes en el piso donde residía en régimen de alquiler, ubicado en el número 5 de la avenida de Alemania. Al parecer llevaba varios días fallecido y los vecinos alertaron de la situación por el fuerte olor que desprendía la vivienda. Hasta el lugar de los hechos, y avisados por el 112, se trasladaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local. También de la Asociación DYA.
Según informó el Ayuntamiento de Cáceres, fue el Instituto Municipal de Asuntos Sociales el que se hizo cargo del sepelio puesto que no se encontraron a familiares del finado. De hecho, todavía el consistorio y los agentes policiales tratan de localizarlos, de manera infructuosa. El caso de este hombre se suma a una terrible estadística, la que arroja los datos de las personas a las que el consistorio ha tenido que pagar su funeral porque la familia, o no se localizaba, o no tenía medios para sufragarlo. En dos años: ocho sepelios. Así, en 2020 se abonaron tres entierros por importe de 4.192,35 euros. En 2021 fueron dos por 2.096,63 euros, uno de ellos un bebé, y este pasado 2022, han sido dos funerales por 2.202,20, uno de ellos un bebé. El 2023 se estrenó con la víctima de la avenida de Alemania.
Servicios
María José Pulido recuerda que la Junta de Extremadura trabaja en crear servicios de proximidad para que las personas mayores se mantengan en sus viviendas y, en este sentido, el propósito del ayuntamiento es mejorar sus condiciones de vida e incrementar la asistencia pública «para evitar la soledad absoluta».
Hay mecanismos con los que hacer más llevadero el aislamiento. Es el caso del servicio de catering, que hace posible entregar comida saludable a los usuarios. Los trabajadores sirven de puente, realizan en muchos casos una labor impagable porque hablan con ellos, les preguntan si se encuentran bien; en definitiva, se producen relaciones e interacciones que de lo contrario no tendrían lugar.
Los servicios sociales deben atender tanto en la vida como en la muerte
Ocurre lo mismo con el servicio de ayuda a domicilio o el de teleasistencia. Por eso, a lo largo de este año que acaba de iniciarse, el ejecutivo municipal continuará atendiendo a los mayores mediante terapias, labores de podología y de apoyo psicológico. «Así daremos soluciones a una problemática que es muy evidente», recalca la concejala.
Para que todo este proceso fructifique es muy importante la colaboración entre las administraciones y también requiere de mayor presupuesto. Pulido apunta un dato interesante, y es el que se refiere a la necesidad de efectuar cambios en la convivencia social, al menos «para que sepamos quién vive a nuestro lado o le ofrezcamos ayuda con discreción para que no sienta invadida su intimidad».
Cada vez más casos
La responsable municipal alerta del aumento de casos de esas personas que viven solas, «que rompen vínculos de modo obligado o que se ven abandonadas. La historia de vida personal de cada uno es complicada», lamenta. Hay veces en las que estas situaciones terminan de la peor manera: con funerales que acaba pagando el ayuntamiento. «No es una obligación, pero somos la administración que está más cerca del ciudadano», asiente.
Datos nacionales
En España hay cerca de 4,7 millones de hogares unipersonales, 2 millones de los cuales (el 42,5 por ciento) están habitados por personas mayores de 65 años. La proporción de mujeres de edad avanzada que viven solas es significativamente superior a la de hombres: 1,4 millones frente a 0,6 millones, algo que se explica por la mayor mortalidad precoz de los varones. El 76,9 por ciento de las mujeres mayores que viven solas son viudas, frente al 43,2 por ciento de los hombres.
Vivir solo o sentirse solo
Podría pensarse que datos recientes proporcionarían una primera aproximación a la magnitud de la soledad de los mayores en España, pero cada vez son más las voces que proclaman que se trata de un problema de un calado mucho mayor, porque la clave no es la soledad objetiva (vivir solo), sino sentirse solo. Y eso, indiscutiblemente, es un drama.