Comienzan las obras de rehabilitación del Refugio de San Blas

Refugio San Blas, construido en 1934 junto a esta barriada de Cáceres.

Refugio San Blas, construido en 1934 junto a esta barriada de Cáceres. / CEDIDA

REDACCIÓN

Las obras de rehabilitación del antiguo Refugio de San Blas, ubicado en la Ronda del Matadero, acaban de iniciarse a cargo de la empresa Decoyes, por un importe de 37.814 euros y con un plazo de ejecución de 4 meses. El edificio tiene una superficie de 200 metros cuadrados y se encuentra dentro del Catálogo de Bienes Protegidos del Plan General Municipal de Cáceres.

El concejal de Infraestructuras, Andrés Licerán, ha señalado que “su origen está en tiempos de la II República, cuando el entonces alcalde de Cáceres, Antonio Canales, instó al ayuntamiento para la construcción de un refugio que paliara la presencia de la gran cantidad de desheredados que existían en la ciudad por aquellos entonces, y que buscaban cobijo en los atrios de las ermitas o al raso”.

Este refugio vio la luz en 1934. Hasta entonces las funciones de albergue las había hecho la cercana Ermita de San Vito, la cual ya por esas fechas se encontraba sin culto.

Este nuevo albergue sería diseñado por el arquitecto municipal Ángel Pérez. Aún se mantiene en pie en el mismo lugar. Tiene planta semicircular y techo abovedado, y funcionaba tanto como albergue para mendigos transeúntes para pernoctar el tiempo que estuvieran en la ciudad, como para aquellos que estaban en las calles de Cáceres, paliando en cierto modo sus carencias, puesto que estas nuevas instalaciones se encontraban dotadas incluso con cocina y estancias que se dividían en cuatro apartados: una para los hombres, otra para las mujeres, otro para matrimonios, y luego un apartado donde vivía el guarda del edificio.

Con el tiempo, el refugio dejó de prestar las funciones para las que fue construido y pasaría a convertirse en una vivienda más para familias humildes, hasta la desaparición de estas allá por los 90, fecha en la cual fue rehabilitado por el Plan Urban Calerizo, pero cerrado, tal como se puede ver en la actualidad.

En 2017, ha señalado el concejal, “sufrió un robo, y la vandalización y abandono posterior ha hecho necesaria esta recuperación del edificio que sufre humedades y filtraciones que impiden cualquier utilización del mismo”.

“La rehabilitación era de justicia, y permitirá poner a disposición de la ciudad un edificio singular y en un barrio como San Blas, tan histórico para nuestra ciudad”, ha aseverado Licerán.