Un libro (¿y una escultura?) para Gómez Becerra en Cáceres

Llegó a ser presidente del Gobierno, incluso ocupó durante la primera mitad del siglo XIX la jefatura de los tres principales poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial. Los franceses estuvieron a punto de fusilarle en Cáceres por defender los intereses de la villa (de la que fue corregidor), los absolutistas le obligaron a exiliarse a Malta y el general Narváez lo desterró. Todo por su férrea defensa de liberalismo progresista para acabar con el Antiguo Régimen y abrir paso a los derechos y libertades. Álvaro Gómez Becerra, el cacereño con más poder político e institucional de la historia, no tenía un libro dedicado íntegramente a su trayectoria hasta la presentación, este jueves, del libro ‘Álvaro Gómez Becerra. Político liberal y constitucionalista’, escrito por José Luis Pérez Mena y José Antonio Ramos Rubio. Forma parte de la colección ‘Reflexiones Liberales’, en la que los dos autores ya han editado tres publicaciones sobre figuras extremeñas de la relevancia de Diego Muñoz Torrero, José María Calatrava y Juan Muñoz Chaves (Tau Editores).

El acto se ha celebrado en el salón de conferencias de la Diputación de Cáceres situado en el nº 10 de la calle Pintores, ante la presencia de diversos representantes institucionales y de la esfera social y académica. El diputado delegado del Área de Reto Demográfico y Turismo, Álvaro Sánchez Cotrina, ha recogido la idea de plantear la creación de una escultura sobre este cacereño ilustre, que tiene una calle, pero no una estatura que recuerde su figura en la ciudad que le vio nacer y donde redactó el primer periódico: ‘La Asociación de Cáceres’. Lo elaboraba manualmente en su casa de Sancti Espíritu (la primera imprenta no se abrió hasta 1820 en Santo Domingo) y lo exponía en una tienda de General Ezponda. 

El cacereño con más poder de la historia

Durante el acto, presentado por Santos Benítez, cronista oficial de Cáceres, han intervenido los dos autores, así como el catedrático Sixto Sánchez-Lauro, que ha prologado la obra, Fernando Jiménez Berrocal, también cronista oficial y director del Archivo Histórico Municipal de Cáceres, y David Holguín, concejal de Cooperación y Participación Ciudadana.

El currículo de Gómez Becerra no podría repetirse: fue Ministro de Gracia y Justicia en 1835, diputado en Cortés por Cáceres, magistrado del Tribunal Supremo, presidente de las Cortes Constituyentes en 1836, presidente del Senado en 1842 o presidente del Consejo de Ministros en 1843. Además, ejerció como último líder de las Cortes de Cádiz y tuvo un papel esencial en la Carta Magna de 1837.