Millones de catedrales decoran las calles de todo el mundo, pero las de España son verdaderamente excepcionales. Catorce de ellas, de diferentes estilos y épocas, han sido distinguidas por la Unesco. Extremadura hace acto de presencia en una lista que se ha convertido en uno de los principales alicientes turísticos de cada ciudad.
La Concatedral de Santa María de Cáceres es el templo cristiano más importante de la capital cacereña y desde el año 1957, posee el rango de Concatedral. Su origen se remonta al siglo XIII como templo románico pero su destrucción hizo que se planteara entre los siglos XV y XVI una nueva iglesia, de estilo tardogótico. El templo está construido en sillería dorada y el exterior destaca por la sobriedad típica de la arquitectura medieval española.
La web de National Geographic explica con detalle el uso del templo: "Empezó a erigirse en el siglo XIII tras la reconquista de la ciudad, como lugar de enterramientos para los nobles de la época. En el banco de piedra que aún puede verse frente a la portada se reunía el Concejo al toque de las campanas, para tratar asuntos de la villa. Los nobles adquirían sepulturas en el suelo y en los lucillos del muro para su descanso eterno: cuanto más cerca del Altar, mayor prestigio del difunto."
Entre los espacios más destacables, están las dos portadas del templo, pero sobre todo, la principal, y más característica que da acceso desde la Plaza Mayor. Una vez dentro, el gótico es visible en sus tres naves (del Evangelio, nave central y nave de la Epístola). Cabe destacar la presencia del Cristo Negro, escultura gótica del siglo XV muy venerada por el pueblo cacereño.
El retablo mayor de esta capilla es una de las joyas del templo y del renacimiento español, elaborado en madera de cedro y roble. En el exterior, eleva su altura la torre de tres cuerpos trazada por el maestro Pedro de Ybarra y ejecutada en tal solo dos años, entre 1554 y 1556.