día de la mujer y la niña en la ciencia | ana gallardo ingeniera informática

«No tienes que ser friki para dedicarte a la informática»

Ana Gallardo.

Ana Gallardo. / LORENZO CORDERO

Es una excepción a la norma. En el último año se matricularon en la Universidad de Extremadura 18.000 estudiantes, más mujeres que hombres (10.000 frente a 8.000). A pesar de que la balanza de matrículas se decanta notoriamente sobre las mujeres, en la Escuela Politécnica de Cáceres esa balanza se invierte. Es una de las facultades en las que hay más diferencias. Del millar de estudiantes, 904 son hombres y tan solo 182 son mujeres. Esto se traduce en que solo uno de cada diez estudiantes que aspira a graduarse en alguna carrera técnica es mujer. Más se acentúa esta distancia --si cabe-- en ingeniería informática en la que apenas representan un 8% del alumnado. 

En ese porcentaje y en esa excepción a la norma se encuentra Ana Gallardo (Madrid, 1977). Y además por partida doble. Porque es licenciada en ingeniería Informática en la Universidad de Extremadura y además, ejerce como tal en la propia Escuela Politécnica, de modo que conoce bien su situación, primero fue como estudiante y ahora como parte de la plantilla. Ella como buena representante de una realidad con grandes reivindicaciones participa en las actividades que ha programado Cáceres con motivo del Día Internacional de la Mujer y la niña en la Ciencia que se celebra este viernes, 11 de febrero. 

«Tú ves lo que hace una arquitecta o una jueza pero no sabes qué hace una informática, es más abstracto»

Ese día impartirá charlas a los alumnos del Al-Qazeres y Norba Caesarina bajo el título ‘¡Qué pereza la informática!’. También está previsto que a las 11.00 horas coordine una yincana en el campus orientada a niños de 8 a 12 años para desterrar prejuicios y promocionar las carreras técnicas como accesibles. Esa edad es determinante porque según estudios internacionales, a los 10 años se elige futuro de forma inconsciente basándose en los estímulos que reciben del exterior, en multitud de ocasiones basados en estereotipos de género. 

Ana podrá dar ejemplo de no haber seguido los impulsos de la sociedad. De familia extremeña, nació en Madrid aunque regresó joven a Valdetorres y a Don Benito. Reconoce que de niña quiso ser maestra pero una allegada le recomendó que probara con la Informática y con este condicionante se matriculó. «Nunca había usado un ordenador y me vine aquí», pone de manifiesto. Primero estudió Ingeniería Técnica Informática y continuó con Ingeniería Informática en la Escuela Politécnica de la Universidad de Extremadura.Paradójicamente, recuerda que en su etapa como universitaria había más mujeres que en la actualidad. «Llegué a Cáceres en 1995 y cuando yo estudié, en España, el 25% éramos mujeres», pone de relieve. 

Ahora ejerce administradora de sistemas en la propia universidad, otra rareza puesto que las bajas cifras de alumnado se reflejan en la realidad laboral. Apenas hay un 25% de mujeres en activo en este ámbito. Y no es por falta de talento. Ahí menciona a Concha Monje, una investigadora extremeña especializada en robótica de su generación que trabaja como profesora titular en la Universidad Carlos III. 

En términos de representación femenina, asegura que «es demoledor pasear por la escuela politécnica». Gallardo asegura que los estereotipos son «determinantes» a la hora de decantarse por una carrera como la suya. «Tú ves lo que hace una arquitecta o una jueza pero no sabes qué hace una informática, es algo más abstracto, menos tangible y luego socialmente está muy vinculado a personas marginadas o con un prototipo determinado que vemos en las películas y en las series, hay falta de visibilidad». Es ella la que destierra estereotipos en primera persona. «Yo no utilizo el ordenador en mis tareas diarias y soy una excelente profesional, no tienes por qué enredar con tecnología ni tienes que ser un friki para dedicarte a la informática». 

Deja sobre la mesa una clave que no se visibiliza:«la parte humana que tiene la tecnología». «La tecnología es transversal para el desarrollo y que no haya mujeres estudiando informática nos presenta un panorama peor del que tenemos, si no hay representación femenina en la lógica que se programa en la Inteligencia Artificial (IA), en esa programación no está representada una parte de la realidad», concluye.