Mil kilómetros en 36 etapas. La mochila a la espalda solo con ropa básica, productos de aseo, capa de lluvia, un saco por si acaso, agua, bebidas de sales, frutos secos y un pequeño botiquín con lo mínimamente prioritario (paracetamol, tijeras, tiritas...). En invierno inician la ruta a las 6.30 de la mañana. En verano, a las 4.30. Son los amos del camino, los peregrinos ‘cum laude’ que transitan de sur a norte por la Vía de la Plata, el principal eje de comunicación del oeste peninsular desde hace más de dos mil años, cuando las legiones romanas ya lo utilizaban. Pero los Caminos Jacobeos son más que un gran reto: ofrecen la posibilidad de disfrutar de trayectos menores en Las Hurdes, Granadilla o Ambroz, de llevar el turismo a la misma puerta de los municipios y de avanzar paso a paso contra la despoblación.

Por las oportunidades que brindan, la Diputación de Cáceres acaba de poner a punto los tres caminos jacobeos que discurren por la provincia, tanto para los peregrinos de largo recorrido como para quienes deseen pasan un día, dos o tres disfrutando de ellos, a pie, en bici, a caballo... Se trata de la Vía de la Plata o Camino Mozárabe, la espina dorsal de la andadura jacobea desde el sur peninsular; la Vía de la Estrella, una alternativa que cruza grandes paisajes de La Raya; y el trazado Galisteo-Riomalo de Abajo, una opción por Las Hurdes que acaba de ponerse a punto. «No son simples recorridos», afirma la responsable de Turismo de la diputación, Patricia Valle Corriols. «Al carácter histórico se une su importante patrimonio natural y paisajístico (muchos tramos discurren por vías pecuarias y romanas, geoparques y parques naturales), la cultura y la gastronomía de los lugares que atraviesan.

Además, estos caminos tienen mucho potencial por delante. Los últimos datos revelan que durante 2021 pasaron por la Oficina del Peregrino de Santiago un total de 178.912 personas de unos 170 países (todavía muy por debajo de las cifras prepandemia). De ellos, 4.046 lo hicieron por la Vía de la Plata (un 2,3%), que se sigue posicionando como la séptima y última de las grandes rutas de peregrinaje a Compostela. Hay por tanto mucho trecho por recorrer. «De ahí el proyecto de ponerlos en valor porque generan economía, fomentan la cohesión social y ofrecen alternativas de desarrollo sostenible en zonas donde el objetivo final es el reto demográfico», destaca Patricia Valle.

El proyecto, denominado ‘Caminos Jacobeos del Oeste Peninsular’, ha sido llevado a cabo por la Diputación de Cáceres, que se integró hace dos años en la red transfronteriza del mismo nombre, junto con doce entidades de Cádiz, Huelva, Córdoba, Pontevedra, Zamora, Sevilla, Badajoz y Portugal. Su objetivo consiste en la recuperación, conservación, señalización y difusión de las rutas. Cabe recordar que la UE incluye estos caminos entre sus principales valores culturales y paisajísticos. Repasamos uno a unos los tres de la provincia, interconectados entre sí.

1. Galisteo-Riomalo de Abajo acaba de ultimarse

La recuperación de este camino, que casi se había perdido en la memoria, ya es una realidad. Varias poblaciones de Cáceres y Salamanca llevan años manteniendo encuentros para rescatarlo. La Diputación Provincial acaba de anunciar que las obras de señalización del Camino Jacobeo del Oeste Peninsular Galisteo-Riomalo de Abajo han concluido, poniendo en valor una ruta de 112 kilómetros en la que se funden calzadas romanas con vías pecuarias y el extraordinario paisaje de Las Hurdes.

El recorrido se inicia en la Vía de la Plata o Camino Mozárabe (el principal que conduce a Santiago), a la altura de Galisteo, y va cruzando la zona norte de la provincia hasta conectar con la Alberca, ya en Salamanca, donde se puede hacer parada en la Peña de Francia, para continuar hasta Galicia. Transcurre por trece poblaciones cacereñas: Galisteo, Montehermoso, Aceituna, Santa Cruz de Paniagua, El Bronco, Palomero, Casar de Palomero, Caminomorisco, Huerta, Cambrón, Cambroncino, Arrolobos y Riomalo de Abajo.

Los trabajos han sido financiados por el programa Interreg V-A España-Portugal con 100.500 euros, y ejecutados por la empresa Vacceo Integral de Patrimonio. Han consistido en un proyecto de acondicionamiento, señalización (paneles informativos, balizas direccionales, avisos de cruces, limitación de velocidad y aviso de peligro por la proximidad de un lugar frecuentado por peatones) e interpretación de este camino para facilitar el tránsito y para dar a la vez información a los usuarios. También ha sido homologada como ruta por la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (incluye señalización horizontal de marcas FEDME).

2. Vía de la Estrella: una senda por descubrir

Las labores de recuperación, señalización y divulgación también han llegado a la Vía de la Estrella, con el fin de promocionarla como ruta de peregrinaje pero también de senderismo, en suma, como un producto turístico de primer orden con varias particularidades. La primera es muy curiosa, porque este itinerario tiene su inicio en la propia capital cacereña, a partir de la Vía de la Plata. Hay dos hipótesis para explicar su denominación, bien porque atraviesa la Sierra de la Estrella, bien por su arranque en el Arco de la Estrella de Cáceres. El recorrido corresponde al de la antigua calzada romana ‘Iter ab Emerita Bracaram’, que unía Emérita Augusta (Mérida) y Norba Caesarina (Cáceres) con Bracara Augusta (Braga).

RADIOGRAFÍA: ASÍ SON LOS PEREGRINOS

Los últimos datos aún están lejos de recuperar las cifras prepandemia. Si en 2019 hubo 327.378 peregrinos en la Oficina de Santiago, durante 2021 se quedaron en 178.912. Esto es lo que dicen las estadísticas:

  • El número de hombres (90.128) ya es similar al de mujeres (88.784).
  • La inmensa mayoría llega a pie (167.730) y también los hay que lo hacen en bicicleta (10.781), a caballo (199) o a vela (165).
  • Una gran parte (79%) peregrina por religión unida a otros motivos, y un 20% no está movido por ninguna finalidad religiosa.
  • Por edades, el 58% tienen entre 30 y 60 años, un 26% menos de 30 años y un 16% por encima de los 60.
  • El 55% llega por el Camino Francés. Detrás, el Portugués (19%), Inglés (6%), Primitivo (6%), Norte (5%), Costa Portugal (4%) y Vía de la Plata (2,2%).

Se trata de una alternativa para llegar a Santiago atravesando los parajes de La Raya. Discurre por Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Brozas, Villar del Rey, Alcántara y Piedras Albas, donde se convierte en transfronteriza con Portugal. Atraviesa la parte norte del país luso, de sureste a noroeste, acabando en la ciudad lusa de Braga, donde entronca con el Camino Portugués. Su encanto lo forman los territorios que el peregrino va atravesando a su paso, como el Monumento Natural de Los Barruecos, el Parque Natural y Reserva de la Biosfera del Tajo Internacional, el Geoparque Unesco Naturtejo o el Parque Natural de la Sierra de la Estrella.

Pero además, esta vía que comenzó a recuperarse hace una década permite al caminante disfrutar de municipios con un importante patrimonio como la propia capital cacereña, Alcántara, el puente de Segura o el foro de Centum Cellas. Y ahí está la paradoja: recorridos del pasado que suponen a la vez una baza de futuro para zonas especialmente castigadas por el descenso de la natalidad y la marcha de su población.

3.  Vía de la Plata: la gran ruta jacobea del sur

La capital cacereña se sitúa justo al final del primer tercio de la ruta posiblemente más dura para llegar a Santiago: la Vía de la Plata, también conocida como Camino Mozárabe (permitió la huida de la dominación árabe hacia el norte mediante un conjunto de itinerarios procedentes de Andalucía, que entroncaban con la Vía de la Plata a la altura de Mérida). Se trata de la principal senda de peregrinación del oeste español y de ella salen los otros dos caminos jacobeos que alberga la provincia.

Es pura historia. Aunque se tiene constancia de que ya la transitaban los tempranos pobladores de la Península (tartesios, fenicios...), su primera documentación como calzada data del año 139 a.C., cuando el cónsul Quinto Servilio Caepio fundó el campamento de Castra Servilia muy cerca de Cáceres, que supuso el germen de lo que sería la ciudad.

La institución provincial también ha trabajado en la Vía de la Plata con el fin de promocionarla a través de distintas herramientas, un proyecto para los tres caminos cacereños que ha supuesto más de 400.000 euros. Y es que la provincia alberga las tres mayores etapas de dicha vía, de las 36 oficiales que conforman esta gesta hasta la catedral de Santiago: Mérida-Alcuéscar (36,4 km.), Alcuéscar-Cáceres (38,2 km.) y Carcaboso-Aldeanueva del Camino (38,6 km.). Trazados durísimos en la gran aventura de Sevilla a Santiago, que los peregrinos curtidos consiguen cubrir en tres meses.

A su paso por Cáceres las piernas llegan ya cansadas después de 300 kilómetros, pero además la climatología no tiene clemencia. Luego les esperan las etapas hasta el Embalse de Alcántara, Grimaldo, Carcaboso, Aldeanueva del Camino y Calzada de Béjar, ya en Salamanca. La Vía de la Plata sigue luego por tierras charras y zamoranas. En esta última provincia, llegados al municipio de Granja de Moreruela, la mayoría coge el desvío del Camino Sanabrés que les lleva en trece días a Santiago. Los menos continúan por la Vía de la Plata hasta Astorga para enlazar con el Camino Francés y enfilar hacia Compostela. Allí, cada cual encuentra su compensación.