La policía asegura en su declaración en el juicio por el robo en la bodega de Atrio que la tarjeta del teléfono de Dumitru se activó desde el móvil de Priscila y que la visualización de la cámara demuestra que en el momento en el que Dumitru cargaba con las botellas, éste realizó una llamada al teléfono que Priscila, lo que los situaría en el lugar de los hechos.

Los agentes han indicado que se tomaron huellas y vestigios en la suite donde se alojaron. Se obtuvieron dos huellas debajo de un mueble de la tele. Las huellas se pasaron a los peritos. También se recogió ADN.

Se obtuvieron en el dormitorio, el cuarto de baño y la marca de un posible guante que había junto al tirador de la cisterna. Igualmente las muestras se realizaron en la tapa del water y en el propio retrete.

El cuarto de servicio y el carrito de limpieza se analizaron con resultado negativo.

Todo esto se realizó en la habitación 107 y luego se trasladaron a la bodega.

Los policías obtuvieron vestigios y ADN en la bodega. Y hablaron con la señora de la limpieza que limpió la habitación. Ella manifestó el estado de la habitación, la cama desecha, el albornoz mojado en unas bolsas y unas botellas de agua.

La limpieza del cuarto no se terminó de realizar puesto que ya habían llegado hasta el hotel los agentes de la policía. Esa limpieza se habia iniciado antes de que los dueños del hotel se percataran del robo.

La primera inspección la realizaron los agentes de la Policía Nacional de Cáceres y luego continuaron los de Madrid.

La noche de los hechos hasta en tres ocasiones Priscila y Constantin mantuvieron conversaciones telefónicas la noche del robo, según ha confirmado el funcionario de Policía Nacional de Cáceres, instructor de las diligencias desde noviembre y que ha coincidido con el policía instructor de principio a fin de ese atestado.

También ha corroborado que el teléfono de Priscila se dejó de usar a las dos de la mañana de la noche del robo. "Lo tiraron, como se dice en el argot policial".

Tres conversaciones: Dar salida a las botellas en Estados Unidos

Según otro de los funcionarios policiales, autor del atestado del estudio de los teléfonos intervenidos, hay tres conversaciones: la primera sobre la muerte de una hija del acusado y otras en las que se habla sobre los vinos, sobre la posibilidad de darles salida en Estados Unidos o sobre cambiarlos por un coche porque "les estaba costando trabajo colocar las botellas".

Esas charlas muestran que en noviembre de 2021 ya estarían los acusados en los Países Bajos, donde estarían buscando vivienda. Aparece incluso en un SMS el alquiler en un piso en La Haya de alto coste, aunque "no tenían solvencia".

En una cuenta de ING tenían 14.000 euros.

Esas conversaciones las mantuvo Dumitru con otro hombre de nombre Marcos.