RADIOGRAFÍA DE LA PROSTITUCIÓN EN LA PROVINCIA: LA TRATA COMO BASE DE UN NEGOCIO QUE ESCLAVIZA

Cáceres, sexta provincia con más locales y pisos de alterne

Tiene 101, la mayoría pisos, una práctica en aumento que deja a estas mujeres todavía más desprotegidas. El consumo de prostitución aumenta también en la región por el temprano acceso al porno ‘on line’

Una mujer en una vivienda donde se practica la prostitución. Estos espacios pasan más desaparecidos que los clubes.

Una mujer en una vivienda donde se practica la prostitución. Estos espacios pasan más desaparecidos que los clubes. / EUROPA PRESS

Los datos son demoledores en España. Un estudio de la ONU lo sitúa como el país de Europa con mayor consumo de prostitución y el tercero del mundo. Un 39% de varones en edad adulta han pagado por servicios sexuales, que suponen 5 millones de euros al día según datos del Ministerio de Igualdad. Pero además, esta práctica sigue en ascenso aprovechando ese limbo en el que se mueve a falta de una regulación clara al respecto.

Y en medio de este panorama, Cáceres figura como la sexta provincia con más espacios donde se ejerce la prostitución, con 101, solo por detrás de Las Palmas de Gran Canaria (187), Baleares (159), Almería (130), Badajoz (129) y Alicante (110). Son datos recogidos por el Observatorio de Género y Datos Abiertos en el periodo 2012-2018, a partir de estadísticas del Ministerio de Interior. Esos 101 lugares hacen alusión tanto a clubes de alterne (los menos) como a viviendas particulares donde se ejerce la prostitución, viviendas que se han convertido en tendencia tras la pandemia.

Efectivamente, la crisis sanitaria y sus restricciones obligaron a cerrar los clubes que funcionaban enmascarados como locales de hostelería. Se impusieron horarios limitados que ahogaban un negocio que factura sobre todo de noche. Para escapar de las inspecciones y los controles, la prostitución comenzó a recluirse en pisos y unifamiliares, donde además ha encontrado la ventaja de una mayor ocultación para los proxenetas y los clientes, mientras las mujeres están aún más desprotegidas.

«El panorama no es bueno. Los datos indican que ha habido un descenso del número de clubes con la pandemia, aunque al mismo tiempo revelan que se han abierto más pisos. Extremadura fue de las últimas regiones en incorporarse a esta modalidad pero también está ocurriendo», desvela Flor Fondón Salomón, presidenta de la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX). «Llegamos a contar 27 clubes en la provincia de Cáceres antes de la pandemia, que se han reducido a 6. Quienes trabajamos con víctimas de trata sabemos que la persecución en un club es difícil, pero en un piso privado se complica mucho más», lamenta.

"Son mujeres en extrema necesidad, engañadas y captadas la mayoría en Nigeria, Colombia y Paraguay"

FLOR FONDÓN

— Presidenta Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX)

Aunque Flor Fondón considera elevada la cifra que el Observatorio de Género y Datos Abiertos otorga a Cáceres, explica que la situación estratégica de la provincia en un cruce de comunicaciones entre Portugal y España, y entre el norte y sur peninsular, favorece estos negocios, que se apostan en las vías principales de comunicación. La gran extensión y la dispersión geográfica de la provincia también contribuye. Además, el consumo de prostitución aumenta por todo el país. «Cada vez hay más víctimas y más delitos porque cada vez hay más puteros. Y lo peor: la clientela que más ha crecido son los jóvenes».

Esto ocurre por diversos factores, «principalmente por el inicio del consumo de pornografía ‘on line’ a edades muy tempranas, de lo que llevamos alertando tiempo desde ADHEX y desde otras organizaciones». De hecho, hay datos contrastados que revelan que «la primera vez que un niño visiona casualmente un vídeo porno tiene 8 años, y con 12 ya son asiduos al consumo de estos contenidos. Con 14-15 comienzan a buscar la prostitución». El acceso, prosigue Flor, es muy fácil, «porque junto a los vídeos les facilitan, puesto que todos estamos controlados, una dirección cercana a su domicilio donde puede entrar en contacto directo con la prostitución».

Telefonean cuando llegan

En los pisos privados, estas prácticas pasan ahora más desapercibidas para mayor indefensión de las mujeres. «Los clientes ni siquiera tocan al timbre: telefonean cuando llegan abajo para que les abra la madame, otra figura de la prostitución que suele estar obligada porque detrás casi siempre hay un hombre que se lleva las ganancias».

El propósito es que el negocio pase desapercibido en la comunidad de propietarios o el residencial, «pero al cabo de un tiempo se descubre porque hay movimiento constante a cualquier hora, sobre todo por la noche, y algunos puteros van bebidos, en mal estado», señala Flor. ADHEX recibe denuncias de vecinos por el trasiego y la incomodidad que provocan semejantes situaciones. Son precisamente ese tipo de denuncias las que motivan inspecciones policiales y la clausura de prostíbulos ocultos. El problema es que se han convertido en itinerantes: cierra uno y aparece otro.

En cualquier caso, las casas pasan más tiempo ocultas que los clubes abiertos de par en par bajo la apariencia de negocios de hostelería. Precisamente por esta calificación reciben inspecciones que pueden acabar con la detención de los responsables y el cierre del recinto.

Las víctimas

En cuanto a las mujeres, la mayoría son inmigrantes procedentes sobre todo de Colombia, Paraguay y Nigeria. También Marruecos. La inmensa mayoría son personas en extrema necesidad «que vienen engañadas, incluso extorsionadas, secuestradas y torturadas». Algunas son captadas ya del ámbito de la prostitución en su país de origen, sobre todo en Latinoamérica, pero les prometen que en España ganarán mucho más y que podrán volver a su casa en un par de años con un colchón económico. Al final están sobreexplotadas y gran parte del dinero se lo queda la red. Por cierto que muchas de las chicas del porno ‘on line’ también son víctima de trata.

ADHEX les ayuda a salir de ese infierno: les presta atención jurídica y social, les informa sobre los recursos que existen en Extremadura, y les deriva a la Casa de la Mujer u otras organizaciones de acogida. Además, la asociación forma a profesionales de la sanidad, la judicatura y los cuerpos policiales para que sepan detectar esos casos y activen los protocolos de intervención en Extremadura.

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Solo hay un modo de acabar con la prostitución: «Que no haya clientes». Así lo explica Flor Fondón Salomón, presidenta de la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX). «Llevamos muchos años incidiendo en que sin demanda no hay oferta», afirma. Y en este camino, el primer paso «indiscutible e innegable» es la abolición de la prostitución. «En un país igualitario, que se dice de derecho y que procura la igualdad entre mujeres y hombres, no se puede mantener la prostitución en ese limbo que se permite». De hecho, ya existe una proposición de ley presentada por el PSOE que tiene este objetivo.

Además, prosigue Flor Fondón, «la abolición debe ir acompañada de unas medidas de atención a las víctimas, de sensibilización a los jóvenes con una educación sexual e igualitaria con perspectiva feminista desde Primaria, y por supuesto de penalización al consumidor de prostitución». Suecia siempre se pone de ejemplo ya que aplica un sistema abolicionista desde 1999, «y en este largo recorrido se ha demostrado que se reduce muchísimo la trata, hasta tal punto que en ese país el 85%-90% de los hombres ya no consumen prostitución, y los pocos que lo hacen están muy mal vistos y además son condenados (se les imponen multas)», subraya.

En el marco europeo, Suecia, Noruega, Islandia y Francia tienen leyes que prohíben pagar dinero por servicio sexuales. Hungría considera directamente ilegal la prostitución. En cambio, Holanda, Alemania y Dinamarca la permiten con distintas condiciones para las propias mujeres. 

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