PETICIONES PARA LAS ELECCIONES DEL 28-M: TURNO DE LA TERCERA EDAD

Habla el 20% del censo cacereño: los mayores requieren más servicios

Acostumbran a dar mucho y a pedir poco, pero la tercera edad necesita locales mejor dotados, subvenciones más efectivas, una oficina de ayuda telemática y aseos públicos

Un grupo se dispone a dar uno de sus paseos saludables desde la plaza de Toros. La tercera edad reivindica más bancos en las calles de las afueras para descansar.

Un grupo se dispone a dar uno de sus paseos saludables desde la plaza de Toros. La tercera edad reivindica más bancos en las calles de las afueras para descansar. / EL PERIÓDICO

Si los 25 concejales del Ayuntamiento de Cáceres fueran elegidos por grupos de edad, a los mayores les corresponderían cinco. Si las subvenciones sociales se distribuyeran en la ciudad atendiendo a este mismo criterio, el colectivo que supera los 65 años se llevaría 2 de cada 10 euros, incluso más... Pero la realidad parece muy distinta. Son la generación que más ha dado y la que menos pide. Por ello, el Periódico EXTREMADURA invita a este colectivo, cada vez más numeroso, a exponer sus necesidades a los partidos que se presentan a los comicios del próximo 28 de mayo, para que la corporación municipal que salga elegida pueda satisfacerlas en la legislatura 2023-2027. Como verán, no plantean grandes edificios, ni costosas infraestructuras, ni desembolsos millonarios; solo demandas asequibles.

Y ello pese a que el informe realizado por el Negociado de Registro y Estadísticas del Ayuntamiento de Cáceres, basado en los datos existentes en los ficheros del padrón municipal a fecha 1 de enero de 2022, revela que los mayores de 65 años suponen ya un 21,2% de la población de la capital cacereña (2 de cada 10 ciudadanos). Superan claramente a los menores de 18 años, que se quedan muy lejos en el censo: representan un 17,3%.

La tendencia es clara. La pirámide poblacional de Cáceres perdió en realidad su forma de pirámide hace tiempo. Cada vez se estrecha más en su base por la falta de nacimientos. Los últimos datos indican que en Cáceres viven 20.997 mayores de 65 años, y el número de centenarios ya no resulta excepcional, porque 35 personas han logrado superar el siglo de vida (27 son mujeres).

Se trata además de un colectivo con necesidades muy especiales y concretas no solo por su edad, sino por sus condiciones. En España, 1 de cada 4 hogares es unipersonal. Esto supone que casi 4,8 millones de personas viven solas y de ellas más de 2 millones superan los 65 años. En concreto, 1 de cada 10 viviendas (10,7%) está habitada por un mayor sin compañía. En Extremadura, ese porcentaje se sitúa en torno al 12%. Por ello, se trata de la franja de edad que necesita más lugares en común, más actividades para relacionarse, más iniciativas para no caer en la soledad, más talleres para no quedarse atrás en una sociedad que innova cada día.

Desde el Hogar de la Peña del Cura (el más numeroso de Cáceres con 4.700 asociados), Inmaculada Cordero es el vivo ejemplo de que los mayores llevan tiempo rompiendo los estereotipos que retrataban la ancianidad. Maestra jubilada, no se pierde un partido del Cacereño, su gran pasión, porque fue tesorera del club y la primera mujer del país en ocupar este cargo en el fútbol. En su hogar no se para, hay actividades de todo tipo retomadas tras la pandemia, pero en general sí echan de menos algunos servicios en la ciudad, que proponen a los partidos para que los incluyan en sus programas.

Una imagen del pleno del Mayor, donde los más veteranos de la ciudad exponen sus demandas y puntos de vista

Una imagen del pleno del Mayor, donde los más veteranos de la ciudad exponen sus demandas y puntos de vista / EL PERIÓDICO

«Lo principal que necesitamos en Cáceres es una oficina atendida por personas que nos informen de ciertos aspectos de internet, como bancos y compras, porque los mayores tenemos problemas con la informática. Sería un lugar donde pudieran explicarnos por ejemplo una carta que nos ha enviado el banco o cómo realizamos un pago». Y es que la tercera edad se siente excluida de los nuevos sistemas que se imponen para todo, desde sacar dinero del banco o consultar el saldo, hasta comprar la entrada de un espectáculo. «Para nosotros es un problema muy grande. Tenemos que recurrir a los familiares y no todo el mundo los tiene a mano, además la tercera edad quiere ser independiente y no estar siempre mostrando sus cosas», subraya.

Sin tropezones

Otro tema que les preocupa especialmente es la situación del pavimento en las calles de la ciudad, «hay muchas baldosas levantadas». De hecho, hace unos días este periódico recogió el caso de un anciano accidentado al que tuvieron que dar doce puntos a lo largo de toda la palma de la mano.

Sin dejar las calles, «también necesitaríamos más bancos en ciertas zonas, especialmente en la periferia, donde hay avenidas muy largas pero pocos sitios donde sentarse», indica Inmaculada, que ha recopilado las demandas entre sus compañeros del hogar. Y si hablamos de carencias, una de las más evidentes es la falta de aseos públicos. «Para los mayores supone un problema serio. Tienes que entrar en un bar a la fuerza y desde la pandemia nos gusta menos esta solución, además te obligas siempre a tomar un café que a lo mejor ni te conviene ni te apetece», se sincera.

Respecto al transporte urbano, la Peña del Cura pidió hace tiempo los rótulos informativos en las paradas para poder calcular cuándo venían los autobuses. «Agradezco que nos hicieran caso, las paradas ya están bastante bien en el centro, pero se debería ir completando en otros puntos porque es un avance importante», afirma Inmaculada.

Por otro lado, desde este hogar ubicado en La Madrila recuerdan que algunas asociaciones de la tercera edad aún no tienen sede, «y necesitan un lugar donde realizar sus actividades, donde reunirse». Porque mucha gente vive sin compañía «y notamos bastante la soledad a estas edades». De hecho, los mayores han comenzado a recuperar poco a poco su vida social tras la pandemia, si bien todavía no plenamente. «Aquello fue un palo tremendo y seguimos con un poco de miedo, algunos con serios problemas físicos tras pasar la enfermedad», lamenta Inmaculada. «Aún no es lo mismo, los mayores hemos perdido un montón», se apena.

Pese a ello, la Peña del Cura ya ha reactivado sus dos grupos tradicionales de teatro, los talleres de manejo de teléfonos móviles, pintura en tela, pintura al óleo, encuadernación, bolillos, mantenimiento de la memoria o gimnasia.

Al sur de Cáceres, en la Asociación de Mayores La Bondad, una nueva directiva se ha hecho cargo del colectivo y de la sede tras la marcha de Antonio Calvo, un histórico entre la tercera edad cacereña. El nuevo presidente, Félix Cordero, señala como principal reclamación para los partidos que optan a las urnas, la dotación de unos locales adecuados donde los mayores puedan desarrollar su asociacionismo.

«Al que no le falta la cafetería, le faltan otras infraestructuras. No necesitamos mucho, sino poco, pero ese poco que sea efectivo, que no tengamos que andar de acá para allá para una pequeña ayuda o para arreglar una gotera. En definitiva, unas instalaciones en las que puedan disfrutar los mayores», señala Félix Cordero, quien recuerda que otros municipios con menos población tienen «sedes bien dotadas».

Locales dignos

No se trata de adaptar recintos por todo lo alto, ni mucho menos, «solo lugares en condiciones donde organizar dominó, cartas, rana, tomar un café, hacer gimnasia, charlar y organizar algunos talleres importantes como el de internet, porque muchas personas necesitan apoyo. Y esto requiere unos recursos», argumenta.

Por eso se precisa «la colaboración del ayuntamiento y de otros organismos si fuera conveniente, para que doten sus presupuestos de unas partidas que permitan mantener estas instalaciones». Y además facilitar y agilizar los trámites de las subvenciones. «La burocracia es tremenda para que al cabo de los meses por fin lleguen mil euros que dan para poco».

CLos trámites telemáticos y por internet se han convertido en el gran problema a estas edades, porque ellos quieren ser independientes.

CLos trámites telemáticos y por internet se han convertido en el gran problema a estas edades, porque ellos quieren ser independientes. / EL PERIÓDICO

Ciertamente, los locales de la tercera edad no presentan su mejor imagen. Algunos han sufrido un serio varapalo al tener que abonar recientemente una multa a Hacienda de 6.001 euros (la mitad por pronto pago) por celebrar bingos, una práctica que la Asociación de Empresarios de Bingos de Extremadura ha señalado por competencia desleal. Colectivos de mayores como Aldea Moret o La Bondad (ocupan recintos de propiedad municipal) necesitaban esta actividad para ayudar a sus socios con los viajes, los bailes, el servicio de podología, la peluquería… Ahora no es posible y tienen que ajustar su funcionamiento.

Félix Cordero y su equipo están en ello. Acaban de tomar las riendas de La Bondad. Ya se han restaurado los cursos de móviles, costuras o sevillanas. Ahora se centran en recuperar la cafetería y el baile. «No podemos de momento tener ninguna queja del Instituto Municipal de Asuntos Sociales porque nos está apoyando en los inicios. Hemos llegado aquí para luchar todo lo posible con el objetivo de hacer de la Asociación de La Bondad un lugar agradable donde estemos a gusto».

Y es que los mayores, recuerda Félix, forman el colectivo que más requiere un lugar de encuentro, «porque mucha gente vive sin compañía». Pero por lo demás, «Cáceres es una ciudad muy bonita donde podemos vivir tranquilos. Lo dicho, lo único que nos falta es un poco de mayor atención para disponer de locales mejor preparados».

De hecho, la Asociación de la Tercera Edad de Aldea Moret está atravesando una situación muy delicada debido a los problemas con el local, de titularidad municipal, situado en la plaza Primero de Mayo. Allí, durante más de una década, la propia asociación ha pagado agua, alcantarillado, electricidad, mantenimiento, pintura, arreglos... El bingo que organizaba ayudaba a cubrir estos gastos, pagar unos veinte bailes al año, reducir el coste por cabeza de cada viaje y financiar otros servicios. Pero al tener que cerrarlo en 2022, y afrontar además una multa de más de 3.000 euros, el colectivo se ha visto obligado a parar todas sus actividades, incluso a decirle a la peluquería y al bar que funcionaban dentro del local, que ya no es posible pagarles la luz. De hecho, la compañía eléctrica ha cortado el suministro, la peluquera ha claudicado y el bar ha seguido funcionando con velas.

Sin luz, sin actividades...

Así lo cuenta Lorenzo Salor, presidente del hogar, que durante largos años se ha esforzado por hacer la vida más agradable a los mayores de Aldea Moret. Al no tener luz, la sede está prácticamente invalidada y hasta Lorenzo se tiene que llevar los papeles a casa para poder hacer los trámites con su ordenador y tratar de seguir organizando al menos los viajes que tanto les gustan, sobre todo en verano a lugares fresquitos de Extremadura. «Parece ser que el ayuntamiento podría empezar a hacerse cargo de la luz, como lo viene haciendo con otras asociaciones», dice esperanzado.

Así las cosas, resulta evidente la petición de los mayores de Aldea Moret, que coinciden con La Bondad en la necesidad de unos locales en condiciones. También precisan subvenciones más rápidas y mejor dotadas que puedan suplir la falta absoluta de ingresos que ha supuesto el fin del bingo, y actividades financiadas desde Asuntos Sociales. No piden más que otros colectivos. De hecho, ellos han sabido mantenerse por su cuenta durante años. Ahora ya no es posible. «Hay gente mayor sola en casa que necesita volver a relacionarse, lo necesitan de verdad», recuerda el presidente.