Cáceres ya es una ‘City Break’

Lo explicamos. Un ‘city break’ es un viaje de corta duración (3- 5 días) a destinos urbanos para conocer sobre todo su cultura (patrimonio histórico, museos...), pero también para disfrutar de una buena gastronomía, de un festival de música o teatro, descansar, comprar y tener alguna experiencia en plena naturaleza. Se trata de una tendencia viajera que se ha consolidado como segmento sobre todo desde la crisis de 2008, y especialmente desde la pandemia: no hace falta esperar al verano y acabar siempre en la playa; es posible salir fines de semana largos y vivir experiencias distintas en espacios diferentes. Ayudan a romper (‘break’) la rutina, pero generalmente no rompen el presupuesto doméstico.

Evidentemente, son viajeros en su mayoría nacionales, ya que se trata de turismo de cercanía, accesible, rápido... Y Cáceres lo tiene todo para encajar en esta tendencia, de hecho ha encajado. Así lo avalan las cifras de turismo y el lento pero progresivo aumento de las pernoctaciones. Se trata de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, declarada Tercer Conjunto Monumental de Europa, con una cocina cuya calidad no deja lugar a dudas desde su declaración en 2015 como Capital Española de la Gastronomía, pero además con una de las mejores ofertas europeas de arte contemporáneo, con el término municipal más extenso de España (1.750 km²) y con la segunda mayor provincia (19.868 km²), por tanto con diversidad de espacios naturales de los que disfrutar.

«Cáceres es ya una ‘city break’, un destino que permite planificar un viaje rápido, incluso la semana previa, sin necesidad de hacer trámites ni una maleta complicada», explica Alejandro Picardo, director del Hotel Extremadura y vocal de la Asociación Empresarial Cacereña de Hostelería y Turismo (Aecathur). «Estas experiencias se producen cuando ves que el siguiente fin de semana tendrá buen tiempo y puedes añadirle uno o dos días. En definitiva, cambias de aires para conocer nuevas experiencias, haces una pausa en la rutina», agrega.

Realmente, los datos confirman que un 23% de los turistas ha realizado su reserva en la capital cacereña justo el día antes. Un 28% lo hace con una antelación de 2 a 7 días; un 24%, de 8 a 30 días; y finalmente un 13%, de 31 a 90 días.

2022 posicionó a Cáceres entre los mejores destinos de interior

Cáceres está a mano de muchos lugares, se sitúa en un radio de 200 o 300 km. de Madrid o Sevilla, permite un golpe de improvisación. «Irte a Roma, Nueva York o Berlín ya te exige tramitar pasajes de avión y encontrar un hotel de última hora. Ir a un musical en Gran vía te obliga a coger las entradas meses antes… Mientras que Cáceres resulta accesible», detalla Alejandro Picardo.

Así es. Una maleta con vaqueros, camisas y camisetas. Llenar el depósito del coche y poco más. «Sales a las cuatro de la tarde de Madrid un viernes, y a las ocho ya estás tomando relajadamente la cerveza aquí en la plaza Mayor», comenta Alejandro Picardo. Un destino que además «garantiza pasarlo bien, un lugar cómodo, con posibilidad de reservar a última hora». Porque en Cáceres no suele haber problemas para contratar una habitación o un restaurante un par de días antes.

2.400 plazas de hotel más apartamentos

La ciudad se ha forjado un amplio parque de alojamientos, sobre todo de 4 estrellas. Tiene más de 30 establecimientos hoteleros que suman casi 2.400 plazas, y 346 apartamentos. «Solemos llenar en las cuatro grandes fechas, que son Semana Santa y puentes de Mayo, el Pilar y la Constitución. También mayo comienza a ser complicado por la sucesión de Womad, la festividad madrileña de San Isidro, la feria de San Fernando...». Pero fuera de esas fechas, afirma Picardo, «siempre es posible encontrar una habitación».

Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de Extremadura (Aptuex), también han comprobado esta tendencia. «Muchas estancias ya no son de un día y medio, sino de dos o tres, incluso más largas porque vienen a visitar Cáceres y también sus alrededores», desvela María Fernández, presidenta del colectivo. «Ocurre sobre todo en primavera y otoño, cuando la gente prefiere el turismo de interior, porque en verano muchos van de paso a las playas, de norte a sur o viceversa», detalla.

Basta decir que la primavera va viento en popa. «Hay muchas reservas, se nota bastante este año después de un enero más flojo. En abril registramos prácticamente lleno. Mayo y junio llevan buenas previsiones», señala María. El turismo ‘city break’ conlleva además un buen nivel de gastos: «Utiliza los restaurantes, visita otros municipios, deja beneficios en sectores como las compras...».

Por cierto que los visitantes que pernoctan en la ciudad «son un 65% parejas de todas las edades, desde matrimonios de 70 años a parejitas de 23», señala la presidenta del sector de los apartamentos. Sin duda, un perfil bastante flexible para organizar escapadas rápidas en un corto margen de tiempo. Otro 17% viaja a Cáceres en familia (uno o dos hijos), un 8% lo hace solo y el 10% en grupo.

La ciudad tiene otra ventaja importante. Un fin de semana largo e improvisado no puede suponer una quiebra económica. Para la mayoría de las personas debe ser, sobre todo, medianamente asequible. Y Cáceres todavía juega en esa división. «No es una ciudad cara. En Madrid a diario ya no encuentras habitación por menos de 200 euros», señala Alejandro Picardo. En Cáceres, la tarifa media durante 2022 fue de 76 euros.

En cuanto a la gastronomía, «tenemos muy buenos restaurantes donde comer estupendamente por un precio coherente con su calidad, y otros muchos más económicos pero donde quedas muy satisfecho. En Madrid te tienes que plantear ya un mínimo de 40 euros por cabeza para empezar a comer bien, mientras que en Cáceres por 20 o 30 euros pruebas un jamón y unas cerezas que no las hay allí, además de otros platos exquisitos», destaca Alejandro Picardo. Los apartamentos oscilan entre 250-600 euros por tres noches, pero todo está subiendo poco a poco. Algunos fines de semana especialmente demandados no bajan ya de 400 euros.

¿Por qué vienen?

«Este tipo de turistas no solo eligen un destino por un reclamo, sino por varios, y Cáceres tiene una oferta amplia, ha avanzado mucho, no es una ciudad monotemática sino poliédrica: historia, gastronomía, naturaleza... Al final la gente se siente atraída por el conjunto», subraya Jorge Villar, concejal de Turismo.

De hecho, Helga de Alvear se ha convertido en una baza clave. El turismo que busca las ‘city break’ es un turismo que busca preferentemente la cultura «y en Cáceres, la apertura de este museo nos introduce en el vector del arte contemporáneo, nos hace situarnos en esa liga del viajero que piensa en Bilbao o en San Sebastián. Con Helga, unida al Museo Vostell y a la Casa Museo de los Caballos, nosotros tenemos mucho que decir», destaca el edil, quien afirma que las ‘city break’ están pasando de ser grandes destinos urbanos a otros de tamaño pequeño o mediano. «Somos un lugar cercano para hacer una escapada larga de 3 a 5 días, donde combinar la visita al patrimonio con los eventos del calendario cultural, con ese concepto gastronómico que nos avala y con desplazamientos a Trujillo, Mérida, Monfragüe…», detalla el edil.

Ése es otro gran imán: la naturaleza... «Por ejemplo, el Cerezo en Flor atrae a numerosos viajeros hasta Cáceres, la búsqueda de setas, la berrea en otoño, la ornitología...», enumera Alejandro Picardo. «La provincia tiene muchos entornos y muchas opciones para planificar un fin de semana largo, con amplia oferta y sin complicaciones. El turismo de experiencias está bastante desarrollado», rubrica.

Aunque las ‘city break’ comenzaron a definirse como tales en la anterior crisis, la pandemia ha venido a consolidarlas. «Hoy se buscan destinos más cercanos, más casuales, más inmediatos... », puntualiza el edil, quien los califica como «productos más pasionales», que además casan con un nuevo concepto de las vacaciones: no solo de playa y verano vive el hombre. 

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