un caso que invita a no perder la esperanza

El cacereño que estuvo 42 días en coma: «Ya no me cabreo por nada»

Javier Villa González sufrió un aparatoso accidente de moto que lo dejó postrado en la cama de un hospital durante mes y medio. Al despertar afrontó su proceso de recuperación y rehizo su vida como vigilante de seguridad

Javier Villa, en su puesto de trabajo, en unas obras ferroviarias de Sabadell.

Javier Villa, en su puesto de trabajo, en unas obras ferroviarias de Sabadell. / EL PERIÓDICO

Cuando Javier Villa González (Helechosa de los Montes, 1988) despertó del coma no sabía lo que le había pasado. Este cacereño de corazón y de adopción sufrió un aparatoso accidente de moto en febrero del 2009 que le provocó un traumatismo craneoencefálico y una discapacidad en la pierna izquierda. Además le tuvieron que realizar una toracotomía para tratarle un neumotórax. Tras el susto de los primeros días después de 42 en coma, tuvo mucha suerte, ya que pudo no haberlo contando. «No recordaba absolutamente nada. Sólo sé que estaba con el ciclomotor por un polígono de Talavera de la Reina y el siguiente recuerdo que tengo es el de una cama del Hospital Virgen de la Salud, en Toledo», rememora el joven a este periódico.

«Después de pasar casi un mes y medio en coma, yo ya no me cabreo por nada. Estoy en un estado de tranquilidad y de paz, de decirme que tengo que disfrutar de la vida lo máximo que pueda cada día, que nadie de los que me rodean lo pasen mal por mi culpa. Todo puede cambiar en un momento», apunta Villa. Las secuelas pudieron llegar a ser muy graves pero por suerte, su cerebro empezó a recobrar poco a poco todas sus funciones. Supo quién era, reconoció a sus familiares, comenzó hablar...

Enseguida algo nuevo sucedió. Despertaron sus ganas por querer ser vigilante de seguridad y escolta. Su historia está escrita a base de esfuerzo y amor por su profesión. Su espíritu inquieto nada más recuperarse le llevó a Madrid, donde cursó su formación y cumplió su sueño. Allí trabajó en centros comerciales, después en una planta fotovoltaica de Talavera de la Reina (Castilla La Mancha) y en Renfe (Barcelona). Ahora está empleado como guardián en unas obras ferroviarias en Sabadell. Siempre llega al curro con las pilas cargadas, una gran sonrisa y una tremenda energía.

De acuerdo a los datos de los expertos, la recuperación del coma es un proceso lento que puede tardar meses o años y a lo largo de los cuales solo una minoría de pacientes es capaz de mostrar respuestas, a menudo difíciles de detectar. Los cuidados se basan en prevenir infecciones, como la neumonía, y mantener un buen estado físico, mediante el suministro de una nutrición equilibrada y fisioterapia. También ayuda la estimulación neurológica. El de Javier es, sin duda, uno de esos casos que invitan a no perder la esperanza.