SE CUMPLEN TREINTA AÑOS DE COOPERACIÓN A MILES DE KILÓMETROS

Del campo a la universidad: el milagro de Aldea Moret en Perú

La barriada ya ha sufragado 145 becas (9 años cada una) para dar un futuro a niños sin recursos

Una delegación de Aldea Moret visita el hogar de una de las niñas becadas.

Una delegación de Aldea Moret visita el hogar de una de las niñas becadas. / CEDIDA

Rosibel Anaís lleva cinco años desenvolviéndose como arquitecta en Lima. Gladys Virginia terminó sus estudios universitarios y trabaja en la administración de empresas. Milagros de Jesús optó por la vida religiosa e ingresó en la Congregación de las Hermanas Dominicas. Todos recibieron la ayuda de Aldea Moret cuando fueron niños, un programa de becas denominado ‘Mayo con Perú’ que les permitió acceder a una formación cualificada en Primaria, que les puso en bandeja la Secundaria y que les facilitó por tanto el paso a la universidad, una quimera para muchas familias peruanas. Se cumplen ahora 30 años del inicio del proyecto y en este tiempo la barriada cacereña ya ha abonado la enseñanza de 145 niños.

«Sin ir más lejos, en el curso actual que acabamos de comenzar en marzo, el colegio parroquial San José de Chincha Alta tiene 575 alumnos, de ellos 104 con becas, y 30 sufragadas desde la parroquia de San Eugenio, de Aldea Moret», dice muy agradecida Marilín Caraza Cobos, directora del centro y responsable directa del programa de becas. Marilín ha viajado a Cáceres para agradecer esta solidaridad. «Con treinta años de perspectiva ya se ven claramente los beneficios del proyecto: tenemos antiguos alumnos que son ingenieros, maestros, informáticos o simplemente padres y madres de familia que tienen ocupaciones dignas con las que sacan adelante sus hogares», explica.

5º de Primaria del colegio San José, en Chincha Alta. Una buena formación de base garantiza el futuro en Perú.

5º de Primaria del colegio San José, en Chincha Alta. Una buena formación de base garantiza el futuro en Perú. / CEDIDA

 «Lo importantes es que la formación escolar que reciben les pone el futuro en sus manos, luego pueden optar por lo que ellos quieran porque ya tienen la base», señala el párroco de Aldea Moret, Miguel Ángel González. Y eso en Perú no es nada fácil ni habitual. En esta zona de Chincha Alta, en la costa del Pacífico, a 200 kilómetros al sur de Lima, como en muchas otras áreas del país, el nivel de pobreza sigue tan alto que muchas casas ni siquiera pueden recibir ese nombre. Las familias sobreviven con poco y menos en entorno rurales, dispersos, donde la educación pública aún no se ha desarrollado lo suficiente. Estos niños, que viven entre necesidades, no pueden desplazarse para acudir a clase. Están prácticamente abocados al fracaso escolar.

De ahí la labor de colegios parroquiales como el de San José, que ofrece una educación sólida en Chincha Alta, más barato que los privados pese a que debe pagar a todos sus profesores y todos sus recursos. Los alumnos salen con un nivel de formación que les permite superar holgadamente la Secundaria e ingresar en la universidad, muchos de ellos trabajando a la vez que estudian. Las becas de Aldea Moret financian toda la educación de la niñez y ponen así los cimientos de su porvenir académico y personal. Cabe destacar el afán de los padres peruanos por priorizar la formación de sus hijos: para ellos se trata de un tesoro. «Saben que ahí está el futuro», señala Miguel Ángel González.

Marilín Caraza, la directora, con uno de los alumnos.

Marilín Caraza, la directora, con uno de los alumnos. / CEDIDA

El sistema de becas no solo les permite ir al colegio durante nueve años (tres de Infantil y seis de Primaria), además les supone un acompañamiento en distintos ámbitos. Así, el programa cubre parte del material escolar, ofrece clases de refuerzo y habilidades los sábados a los niños que las necesitan y además incluye talleres para madres y padres donde aprenden un oficio que les ayuda a mantener la economía familiar: cocina de repostería, calzado, costura y confección… Además, si la familia atraviesa serios problemas económicos, la parroquia de Fátima (a la que pertenece el colegio) hace un seguimiento.

Porque la solidaridad no depende del bolsillo. Hay quien tiene poco y da mucho. Hay quien tiene mucho y da poco. Y eso es lo que ocurre con el programa ‘Mayo con Perú’, pilotado por la parroquia de San Eugenio de Aldea Moret y al que además ayuda el colegio Diocesano, el colegio Gabriel y Galán de la propia barriada, la Asociación de Vecinos Santa Lucía y personas individuales que aportan su cuota.

Cómo colaborar

Se aplica un sistema de apadrinamiento colectivo, de modo que si una donación falla, otra pueda cubrirla. El dinero va directo, sin intermediarios. Existen además acciones colectivas como el taller solidario de Aldea Moret que elabora productos cuya venta también contribuye a las becas. Se trata en definitiva de un programa abierto a las donaciones, que pueden realizarse a través de la cuenta de CaixaBank ‘Mayo con Perú’: ES97 2100 3850 7613 0044 0202.

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