el blog del cronista

Isabel la Católica y Cáceres

Fue una mujer que no había nacido para reinar pero tuvo sus oportunidades y las supo aprovechar a fondo

Santos Benítez Floriano

Santos Benítez Floriano

Isabel y Fernando fueron los principales protagonistas del tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna en Europa y en palabras de su nieto Felipe II a Fernando: «A este le debemos todo», yo estoy seguro que el Rey Prudente quiso decir: «A estos les debemos todo». En la segunda mitad del siglo XV es donde Isabel lleva a cabo, junto con su marido Fernando, la gran tarea que convirtió a España en la primera potencia política de su tiempo; obra política de alcance universal que se inserta plenamente en la Europa del Renacimiento.

Una mujer nacida para la política y para alentar grandes empresas; pero también una Reina Protectora de las artes y de las letras, que no en vano su efigie, junto a Fernando, está en el medallón que adorna la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca, con este lema en su orla escrito en griego clásico: “La Universidad para los Reyes y los Reyes para la Universidad”.

Podría sorprender lo poco que se sabe de la infancia de Isabel, cuando era Infanta de Castilla, tanto mientras vivió con su padre Juan II (muerto en 1454), como durante los años que pasó con su madre, la ya Reina viuda, en Arévalo. Está claro que se trataba de una Infanta de Castilla, por lo tanto en la línea sucesoria al trono tras su hermanastro Enrique IV y su hermano Alfonso, pero nadie pensaba en ella porque Enrique IV ya jugaba un papel político de primer orden cuando era Príncipe de Asturias.

No tenemos ni siquiera el acta de bautizo; por su principal investigador Tarsicio de Azcona, sólo tenemos el dato del nombre de su nodriza, María Lopes, portuguesa, que recibió 10.000 maravedíes porque, según él, «le dio a su Alteza de su leche». 

Todo ello explica por qué Isabel siempre tendió a mantener buenas relaciones con el reino portugués, bien dándole sus hijas Isabel y María en matrimonio, bien siendo generosa, a la hora de superar dificultades diplomáticas, para asentar una buena y duradera paz entre ambas coronas, como lo haría en el Tratado de Tordesillas de 1494.

Isabel la Católica ha sido uno de los personajes más importantes de nuestra historia, con muchas luces y pocas sombras, pero recordemos que no hay luz sin sombra ni sombra sin luz.

Fue una mujer que no había nacido para reinar, pero como señala Fernández Álvarez, tuvo sus oportunidades y las supo aprovechar a fondo, logrando hechos de gran trascendencia como el final de la Reconquista o el sueño del “Nuevo Mundo”, que fueron posible gracias a su decidido apoyo; y además se casó con el Hombre que quiso saltándose todas las rígidas normas de la época.

Entre las sombras está la Santa Inquisición, instalando en Guadalupe uno de los primeros Tribunales, que posteriormente sería ubicado en Llerena.

Los cientos de documentos del reinado de los Reyes Católicos son uno de los que más abundante huella documental han dejado en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres y representan un gran legado histórico para conocer la relación de los Reyes con la Villa de Cáceres.

Un gran corpus documental formado por Reales Cédulas, Reales Provisiones, Cartas, Actas, Expedientes, etc. que nos hablan del buen hacer y delicado tacto de los Reyes Católicos que consiguieron que se llevaran a cabo decisiones que fueron de capital importancia para la Villa de Cáceres como el de conseguir una burocracia eficiente, la consolidación del poder político y económico que culminó configurando la oligarquía local, el fin de las banderías nobiliarias (continuará).

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