HIJO PREDILECTO

Homenaje al primer psicólogo de Cáceres

El ayuntamiento reconoce la figura del docente y humanista Miguel Antonio Luceño Rubio

Acto de homenaje al Catedrático Antonio Luceño en Cáceres.

Acto de homenaje al Catedrático Antonio Luceño en Cáceres. / CARLAGRAW

Nació en 1926 en Camino Llano y llegó a ser una de las figuras más relevantes de Cáceres para la docencia y el humanismo. Fue profesor de Psicología en la Escuela de Magisterio de Cáceres, de la que llegara a ser su director, catedrático del Instituto El Brocense y de Magisterio. Pero es que, además, fundó la tuna y fue el primer director de PROA. Y el primer psicólogo de la provincia; por lo que le tocó abrir muchos caminos.

Destacó en el terreno de la docencia por ser "uno de los pocos profesores eméritos de la Universidad de Extremadura (UEx), explican sus familiares, además de promotor de actividades culturales y de ocio. Incluso escribió tres libros dedicados a su ciudad: "Cáceres, el susurro de las piedras", "La casa solitaria de los pilares y otros relatos" y "La cueva de la becerra y otros relatos".

Hijo Predilecto

Todo ello llevó a que su familia iniciara una campaña de recogida de firmas para conseguir su nombramiento como Hijo Predilecto de Cáceres. Han tenido que pasar varios años desde que se iniciara la petición, pero este miércoles se ha hecho palpable en un acto-homenaje en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cáceres.

Han sido muchos antiguos alumnos, vecinos de Cáceres y familiares los que llevan años expresando el deseo de que su ciudad le otorgue esta distinción póstuma, preferiblemente con la denominación "Catedrático Antonio Luceño".

Asistentes al acto-homenaje del Catedrático Antonio Luceño en Cáceres.

Asistentes al acto-homenaje del Catedrático Antonio Luceño en Cáceres. / CARLAGRAW

Han estado presentes miembros de la corporación, su esposa, hijos y y nietos, que han destacado su aportación a la ciudad en distintos ámbitos, que ha continuado en el tiempo después a través de su alumnado. El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha señalado que “es un acto relevante. Es la decisión de que pase a formar parte de la galería de personas que ha aportado mucho a esta ciudad, de mirarnos en su figura y reconocer y dar trascendencia a su vida y obra”.

Ha destacado su enorme aportación, “la aportación de un buen hombre, trabajador, sabio y un gran humanista que deja una huella en distintos ámbitos. Y que además tomó una gran decisión, el ejercicio del magisterio en un sentido amplio; el magisterio es la generosidad en sí misma, una decisión no solo de aportar mucho sino de ayudar además a que otros puedan desarrollarse y seguir ese camino”.

El Catedrático Antonio Luceño.

El Catedrático Antonio Luceño. / CEDIDA

“La aportación de la Escuela de Magisterio es obvia en la ciudad, y en una ciudad como ésta mucho más que en otras, donde lo que se hizo y ha supuesto no solo la obra de escuela sino de quienes han salido de ella”, ha incidido, “la transformación de una ciudad a ser una capital cultura y de más desarrollo, la oferta cultural es un bien en sí mismo, y hace disfrutar más a los cacereños y cacereñas y tener una vida más plena aquí”.

 “Esto lo tenía claro Luceño, en su obra y en lo más importante de su obra que son los alumnos y discípulos que han escogido su legado; y que a lo largo de la evolución de vuestras carreras ha permitido que su aportación no quedara solo en su vida sino que continuara mucho después”, ha destacado Salaya. 

Su hijo Agustín ha destacado que “fue pionero, formó a muchas generaciones, y procuró durante toda su vida mejorar la ciudad educativa y culturalmente"

Su viuda ha destacado su amor por Cáceres.

Su viuda ha destacado su amor por Cáceres. / CARLAGRAW

Amor por Cáceres

En el acto ha participado su viuda Agustina Mardones; su hijo Agustín Luceño; sus nietas Irene, Patricia y Sofía, y sus amigos Teófilo González Porras y Rafaela Díaz Villalobos. Su viuda ha agradecido este reconocimiento, y destacado su amor por la ciudad; por el magisterio y sus alumnos; por su calle, Camino Llano, y su barrio; y por la Virgen de la Montaña de la que fue hermano de carga.

Su hijo Agustín ha destacado que “fue pionero en muchas cosas, formó a muchas generaciones, y procuró durante toda su vida mejorar la ciudad educativa y culturalmente, pues pensaba que así mejoraría la ciudadanía en todos su aspectos”.

Fue vocal en el Tribunal de Menores como primer psicólogo de la provincia, cofundador del centro PROA y director y secretario de la Escuela de Magisterio. Y destaca el haber conseguido, junto a otros cacereños, que se crease la UEx con dos semidistritos, “luchó por ello en unas dificilísimas negociaciones”.