el blog del cronista

Sequía

En tiempos pasados la sequía iba unida a todo un proceso de crisis de subsistencia

Fernando Jiménez Berrocal

Fernando Jiménez Berrocal

Tal como pinta el presente año, nos encontramos ante un periodo de sequía al que nos conduce un clima cambiante y caprichoso del cual dependemos, antes y ahora. Llueve poco y necesitamos cada vez más agua, tanto para el consumo humano como para el desarrollo de la agricultura y la ganadería. En tiempos pasados la sequía iba unida a todo un proceso de crisis de subsistencia, cuyos principales indicadores eran la carencia de productos básicos, como el pan o la carne, que extendían la hambruna entre las clases populares. 

En el año 1500 , los  Reyes Católicos por medio de una Real provisión fechada en Granada el 30 de agosto, ya habían facultado a la villa cacereña para la creación de una casa de la harina, cuya misión principal era el control del trigo que se molturaba en los diferentes molinos harineros repartidos a lo largo de la ribera del Marco. El objetivo era poder atender las necesidades de la villa en épocas de sequía. En 1504, los mismos monarcas conceden a Cáceres la creación de una alhóndiga, con la finalidad de socorrer a los vecinos y principalmente a los labradores en épocas de escasez, para que el hambre no hiciese acto de presencia. En 1505, ante la sequía que azota a los campos cacereños, donde las cosechas habían sido tan escasas que «en las más partes se cogería poco más de la simiente…». la reina Juana autoriza se busquen remedios para apaciguar el hambre que se avecina , entre ellos un empréstito de 40.000 maravedíes, para hacer acopio de pan para el mantenimiento de los vecinos. Como podemos observar la sequía era uno de los problemas más graves al que los concejos se enfrentaban cíclicamente. 

Durante siglos, ante los tiempos de sequía, se recurría a las rogativas como único remedio para que la lluvia hiciese acto de presencia y calmase las penas de los vecinos, rogativas que a veces eran previas al tiempo de sequía, cuando el problema se veía venir por la falta de lluvias en invierno y primavera. Durante el siglo XVII se tienen constatadas en la villa cacereña hasta 53 rogativas en años diferentes. Cuando al problema de la sequía se sumaban otros factores, como las temidas plagas de langosta y el azote de algún brote epidémico, la crisis de subsistencia estaba servida; aumento de mortalidad, estancamiento económico, aumento de precios, demografía negativa y hambruna generalizada. Las consecuencias de las sequías eran el preludio de tiempos adversos.

Entre 1733/34, fue tan calamitoso el periodo de sequía en España que se dicta una orden del rey Felipe V, que establece una moratoria para que todos los labradores del reino no paguen ni los créditos pendientes ni los arrendamientos de tierras ni «otras particulares obligaciones que hayan contraido..». Medidas de choque para paliar los efectos de la sequía cuando esta afectaba a todos los territorios de la Corona. 

Al tiempo presente, según tengo leído, ya hay poblaciones de Extremadura donde se están haciendo rogativas a los santos locales para que proporcionen el agua tan necesaria para la vida. También, en la vieja villa, aprovechando la estancia anual de la patrona en la concatedral , hay quienes le imploran para que las nubes hagan acto de presencia y rieguen los sedientos campos del llano cacereño. A ver si puede ser.

*Cronista oficial de Cáceres 

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