blog del cronista

Isabel la Católica y Cáceres (III)

En julio de 1477, la reina concedió a Cáceres unas ordenanzas para lograr la pacificación

Santos Benítez Floriano

Santos Benítez Floriano

La única torre de la muralla construida en la época de los Reyes Católicos fue la Torre de los Púlpitos. Se levantó en el XV para la defensa de la Puerta Nueva. Las garitas o púlpitos le dan un aire cristiano. Es la única torre unida con un arco puente del siglo XVIII a un edificio interior de la muralla con el Palacio de Mayoralgo.

El 9 de Julio de 1477, la Reina Isabel la Católica concedió a Cáceres unas Ordenanzas para lograr la pacificación de la tierra y la represión de los bandos y parcialidades de la Villa, en la que se dan normas sobre la construcción de edificios y modificación de las casas fuertes. Ello trajo consigo la correspondiente impronta sobre el trazado urbano, con medidas como el desmoche de las torres palaciegas y la imposibilidad de levantar nuevas, así como la clausura de elementos ofensivos-defensivos de los palacios: saeteras, troneras, etc.

De ese mismo día tenemos la Ordenanza determinando la constitución que habría de tener el ayuntamiento, estableciendo los cargos que habrían de regir el mismo y dando las normas para su elección; así mismo contamos con el Acta de la Ceremonia de nombramiento y constitución del Concejo de la Villa.

La organización política del Concejo Cacereño, el primer gobierno municipal, a partir de esa fecha, estaría formado por Doce Regidores, con carácter perpetuo (mitad con caballeros del linaje de arriba y la otra mitad con la del linaje de abajo), un Procurador y un Escribano perpetuos, cuatro Contadores, cuatro Fieles, un Mayordomo, un Alférez y un Procurador del Común de la dicha tierra.

Ese día la Reina recibió a todas las Autoridades de la Villa y según se cuenta mientras le son leídos los capítulos de las Ordenanzas que su Alteza les había dado para un Buen Gobierno de Cáceres, fueron aceptadas bajo juramento por los 96 caballeros y escuderos en representación de la ciudad.

En 1479 volvió de nuevo la Reina a Cáceres y esta vez estuvo acompañada del rey Fernando al objeto de intentar neutralizar los ataques de Portugal a Castilla; en ambas ocasiones se alojaron en el Palacio de los Golfines de Abajo propiedad de su Camarero Mayor Sancho de Paredes Golfín.

Estando en Guadalupe les llega la noticia del fallecimiento del Rey Juan II de Aragón, padre de Don Fernando, y deciden que en Santa María la Mayor de Trujillo tenga lugar un funeral en memoria de D. Juan II, que murió a los 81 años, muy longevo para aquellos tiempos y con su muerte se produce la unión de Castilla y Aragón.

Por fin el 27 de Febrero llegan a Cáceres y lo primero que hizo Don Fernando fue jurar cumplir el Fuero Local y los Privilegios de la Villa, como dos años antes realizara Doña Isabel la Católica. Pocos días después, la Reina Isabel se traslada a Alcántara para negociar la paz con Portugal, quedando Fernando en Cáceres desde donde empezó a tomar decisiones ya como nuevo Rey Aragonés, afrontando entre otros los problemas surgidos entre Navarra y Aragón, con continuas disputas limítrofes.

Durante su estancia en Cáceres los Reyes Católicos atendieron las quejas del vecindario cacereño, sobre todo de los judíos que se sentían maltratados por los “cristianos viejos” y otra serie de asuntos corrientes que afectaban al concejo cacereño. 

El 28 de Abril regresó la Reina a Cáceres para desde aquí intentar solucionar el problema con las huestes portuguesas y, por fin, el día 18 de Mayo se marcharon de nuestra ciudad camino de Trujillo y ya no volvería a la Villa….. (Continuará).

*Cronista oficial de Cáceres