Carlos González Galeano (Cáceres, 2005) tiene claras sus intenciones de conocer mundo y ayudar. Tras finalizar segundo de Bachillerato en el IES Profesor Hernández Pacheco (9,11 de nota media), un curso más corto de lo habitual y con gran exigencia, puesto que, con la Ebau en el horizonte, él sabe perfectamente que con constancia y esfuerzo se puede alcanzar el expediente deseado en la temida prueba. «Me gustaría estudiar una ingeniería», apunta el futuro universitario con una amplia sonrisa.

Pero desde hace varios meses la vida le tiene guardado un plan diferente para este verano. «Cuando me enteré del proyecto solidario que realiza España Rumbo al Sur, me atrapó por completo. Al instante comprendí la necesidad de su labor. Contribuyen a mejorar las condiciones de vida de los habitantes que residen en países subdesarrollados y cuyo principal objetivo es concienciar a los jóvenes sobre el voluntariado y la cooperación», explica.

Viajará junto a otros 139 chavales españoles (de entre 16 y 18 años) el próximo 19 de julio, rumbo a Senegal. Todos ellos tuvieron que pasar previamente una serie de pruebas. Además recibirán unas clases de supervivencia en la base de Cerro Muriano (Córdoba) antes de partir. Allí pasarán 20 días. «Siendo voluntario te entregas a las personas más necesitadas, pero seguro que será más lo que recibes y eso te llenará por dentro. Nos hará mejores seres humanos. Aprenderemos muchas cosas nuevas que por desgracia son incomprensibles desde España», cuenta a El Periódico Extremadura.

El viaje es autofinanciado hasta conseguir los 1.700 euros para formar parte de la expedición y aportar ropa, material escolar, medicamentos... «Estoy vendiendo pulseras, papeletas, sudaderas y voy a sortear una cena para dos personas en el Restaurante Torre de Sande (gracias a una colaboración de la Fundación Atrio) para ir sacando poco a poco el dinero», señala este joven, espejo de la solidaridad en el que el mundo conviene reflejarse.