LAS TRAMPAS QUE BLOQUEAN EL PROGRESO: EL DESEQUILIBRIO EN LAS INFRAESTRUCTURAS

Cáceres ya es una de las cuatro ‘islas’ interiores: ni barco, ni avión, ni AVE

Junto a Soria, Jaén y Ávila, está en el ‘mapa mudo’ de las comunicaciones. Los empresarios alertan de otra carencia igual de grave: la falta de suelo industrial

Panorámica de La Cervera. Sobreexpuesto, el cartel del Gobierno con la prohibición de uso instalado en 2022..

Panorámica de La Cervera. Sobreexpuesto, el cartel del Gobierno con la prohibición de uso instalado en 2022.. / EL PERIÓDICO

España está situada en el extremo suroccidental de Europa, frente a África, entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, una posición privilegiada que hace del Estrecho de Gibraltar la ruta marítima más transitada del mundo, una auténtica autopista por la que pasan 100.000 embarcaciones al año, el10% del tráfico internacional. Misma razón que explica que el Aeropuerto de Madrid Adolfo Suárez - Barajas esté considerado el mejor de Europa por algunos rankings y entre los 12 más destacados del mundo dada la ubicación de España y sus potentes conexiones aéreas con América Latina. También este país tiene la red ferroviaria de alta velocidad más extensa de Europa y la segunda en todo el mundo, tras China.

Pues bien, hay cuatro provincias que parecen pertenecer a la misma Antártida porque nada tienen que ver con este desarrollo de las conexiones que ha favorecido la estratégica posición de España. Se trata de Soria, Ávila, Jaén y Cáceres, territorios que se quedaron en el siglo XIX de las comunicaciones que han permitido a otras provincias oportunidades de progreso, de empleo, de vida...

Por su emplazamiento resulta lógico que todas estén fuera de cualquier ventaja marítima. Una lástima, porque al ser una península enclavada en pleno ‘meollo’ de Occidente, a lo que se unen las fuertes inversiones en estas infraestructuras, los puertos españoles registran el mayor volumen de tráfico de Europa. Son 8.000 km de costa en plenas rutas internacionales, con cinco puertos dentro del ranking de los 125 más importantes a nivel mundial: Valencia, Bahía de Algeciras, Barcelona, Las Palmas y Bilbao. El país ocupa el puesto 11 del mundo en tráfico de contenedores y tercero en Europa. El sistema portuario nacional alcanzó en 2022 una cifra de negocio de 1.190 millones de euros, un récord. Pero además, los cruceros son el maná de algunas ciudades costeras.

Ni barcas de recreo

En Cáceres no se pueden pedir buques donde no hay mar, pero es que ni siquiera ha habido inversiones para crear un triste paseo en el único río de la ciudad, anegado desde hace décadas por la suciedad. Y parece irrisorio que, como mínimo, tampoco hayan prosperado los sucesivos intentos de dotar al Rodeo de ¡barcas de recreo!

Podría entenderse que las ciudades interiores privadas del océano deberían tener algún tipo de inversión en comunicaciones, que compensara los sucesivos fondos que se gastan en los puertos. No parece el caso de estas cuatro provincias, que tampoco cuentan con una conexión aérea en condiciones. España tiene 46 aeropuertos públicos, 5 aeropuertos privados o autonómicos, y por cierto 23 bases o aeródromos militares. Nada en Soria, Ávila, Jaén o Cáceres.

El caso de Cáceres es bastante grave porque se trata de la única ciudad del país que ni siquiera dispone de un campo de vuelo próximo. Está completamente aislada de cualquier posibilidad de transporte aéreo de mercancías, correos o pasajeros en avionetas privadas (caza, congresos, avistamientos de aves...). Pese a ser el municipio más grande de España (1.750 km²) y la segunda mayor provincia (19.868 km²), nunca ha logrado materializar ningún proyecto en 50 años de intentos. Con La Cervera ya vetada por el Gobierno para el vuelo desde 2022 (ni siquiera se celebran las pruebas de aeromodelismo) y con la negativa medioambiental al proyecto de los Arenales, Cáceres no despega.

¿Y el tren? Se trata de la eterna promesa que sigue exasperando a los cacereños. Desde el pasado verano por fin se cuenta con un tren ‘rápido’ diesel que cubre Madrid-Cáceres en tres horas y media, aunque la sucesión de averías resta crédito al servicio. La nueva plataforma ferroviaria se encuentra ya electrificada y se espera que la alta velocidad (el AVE) se haga efectiva este verano, según las últimas previsiones del Gobierno, entre Badajoz y Plasencia, después de 20 años de proyectos. Pero ojo, porque entre Plasencia y Talayuela algunos tramos están todavía en obras, y desde ahí hasta Madrid ni siquiera se ha redactado el estudio informativo del trazado que seguirá el AVE. La alternativa de electrificar la actual plataforma ferroviaria de Talayuela a Toledo requerirá tres años solo en los primeros trámites. Las mercancías tampoco cuentan con un simple apeadero en condiciones en Cáceres, y están cercenadas hacia el norte desde el cierre ferroviario de la Ruta de la Plata.

La estación, por fin electrificada a la espera este verano del AVE.

La estación, por fin electrificada a la espera este verano del AVE. / EL PERIÓDICO

El PERIÓDICO se ha puesto en contacto con las dos organizaciones empresariales representativas de la provincia cacereña, y en ambos casos coinciden en la «absoluta» losa que la falta de comunicaciones ha supuesto durante un siglo para la provincia, lastrando por completo su desarrollo. Pero estos colectivos añaden otra carencia, más decisiva si ello es posible: la falta de suelo industrial.

Ni conexiones, ni empresas

«Si queremos que Cáceres prospere lo primero que necesitamos es suelo industrial. De nada vale un AVE, un aeropuerto u otras comunicaciones si no tienes terreno para que se implanten industrias. Careces de atractivo. El día que lleguen las infraestructuras se habrá saldado una deuda importante con este provincia, pero antes hay que resolver esta deficiencia», afirma Diego Hernández, presidente del Círculo Empresarial Cacereño. Para ello recuerda la necesidad de suavizar la protección de zonas ZEPA, «que tanto limitan el desarrollo de la ciudad y que no parecen de sentido común. Hasta las fotovoltaicas han tenido que aparcar proyectos», lamenta.

Desde la Federación Empresarial Cacereña (FEC), su secretario, Pedro Rosado, insiste en esta carencia. «No es posible que el término municipal más grande de España, con unos Llanos enormes, no disponga de suelo industrial y ya ni siquiera puedan instalarse plantas fotovoltaicas, resulta completamente paradójico». Se trata, además, «de una de las provincias con menor capacidad industrial de España, y si además no cuenta siquiera con unas mínimas infraestructuras, no podemos esperar que vengan grandes empresas».

Rosado asegura que si la gigafactoría ha elegido Navalmoral, y la fábrica de diamantes sintéticos para semiconductores ha elegido Trujillo, «evidentemente ha sido porque les han podido facilitar el terreno que necesitan y por sus comunicaciones más fluidas hacia Madrid». Si la planta de baterías de Navalmoral hubiera encontrado hueco en la capital cacereña, «donde hay un proyecto de litio, porque litio sí tenemos, y además otro yacimiento muy próximo en Cañaveral, los 4.000 empleos de esa gigafactoría habrían equivalido a subir la población de Cáceres en unas 10.000 personas y llegaríamos a los 100.000 habitantes». Esta ciudad, prosigue Rosado, era «el lugar ideal», pero la falta de suelo y de conexiones «tiene consecuencias». La FEC espera que los responsables que dirijan el ayuntamiento y la Junta tras las elecciones, comiencen a subsanar en serio este escollo reduciendo las trabas medioambientales.

Años difíciles

El problema, agrega Diego Hernández, es que los proyectos que tiene Cáceres encima de la mesa «como la mina, el complejo budista o el polígono CC-Green», arrancarían mínimamente dentro de un par de años y las comunicaciones no presentan muchos visos de mejorar. «Mientras, las empresas deberán seguir pagando nóminas todos los meses y esta ciudad no lo pone fácil. Solamente disponemos del turismo, un sector que no supone tanto tirón por sí solo como para que Cáceres pueda vivir». De hecho, el Círculo se muestra extrañado por el «escaso presupuesto municipal» que se destina al área de Turismo pese a su peso.

Hay mucho que reivindicar, mucho que avanzar. «Desde el punto de vista empresarial no tenemos comunicaciones, no podemos sacar mercancías en tren, solo por carretera, y eso no resulta competitivo para las grandes empresas. Se nos ha dejado fuera de las plataformas ferroviarias, es una pena que en otros puntos de Extremadura se planteen incluso el tamaño de las terminales de mercancías y aquí ni siquiera exista un apeadero», puntualiza Rosado.

Hace una semana, este diario reveló la existencia de un estudio encargado por la Consejería de Transporte sobre las posibles ubicaciones de una terminal ferroviaria de mercancías en el entorno de Cáceres. «Resulta muy necesaria porque aquí no hay nada, ni un solo campo de vuelo no vaya a ser que se moleste algún animal. La naturaleza debe protegerse, evidentemente, pero de forma sostenible, salvo que queramos convertirnos en un parque natural sin población a muchos kilómetros a la redonda», reflexiona Pedro Rosado.

De hecho, Diego Hernández insiste en la «enorme» pérdida de oportunidades que supone la falta de infraestructuras: «ni plataforma logística, ni un ferrocarril de mercancías…». Cuenta la experiencia de su propia empresa, cuando en la crisis de 2008 decidieron abrir una sede en el puerto de Huelva «y nos salvó, porque donde hay mar hay actividad, personal, empleo…». Lástima que en ciudades de interior como Cáceres no se invierta en conexiones al menos una parte de lo que se destina a los puertos.

Y así sobrevienen las consecuencias, «empresas de Cáceres que comienzan a buscar una nueva prosperidad en Badajoz, donde llegan proyectos como Amazon, la fábrica de baterías y otras empresas a la plataforma logística, lo que además está incentivando la creación de un millar de viviendas. En Cáceres no se ven grúas. Hay que cambiar esta dinámica», indica el responsable del Círculo.

Ambos colectivos empresariales también destacan la «urgente» necesidad de que se arreglen los polígonos actuales, «llenos de deficiencias y de basuras», y de que Cáceres trace de una vez su propio plan de futuro con líneas claras. «En ese proyecto de ciudad, el ayuntamiento debería contar con los ciudadanos, con los barrios, con los empresarios… Y además debería incorporar una infraestructura básica en cualquier capital, el pabellón de Ferias, donde las empresas pudieran reunirse y representar la economía de la ciudad», concluye Hernández. 

Suscríbete para seguir leyendo