El «primo» de Helga

El gran museo de Colecciones Reales a punto de abrir en Madrid comparte fisonomía, concepto y funcionalidad con el centro de arte cacereño. Tuñón y Mansilla ponen la firma

Galería de Colecciones Reales (Madrid). Sus características compatidas con el Museo Helga de Alvear de Cáceres son evidentes.

Galería de Colecciones Reales (Madrid). Sus características compatidas con el Museo Helga de Alvear de Cáceres son evidentes. / CEDIDA

Hace mucho tiempo, muchas décadas, que España no estrenaba un recinto de la importancia de la Galería de las Colecciones Reales. Abrirá sus puertas el próximo 28 de junio, 25 años después de ser concebido y 17 años después de iniciadas las obras. Será otro gran reclamo de Madrid a la altura del Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con unas 700 obras de arte atesoradas por los Austrias y los Borbones, las dinastías que han reinado en España desde el siglo XIV. Albergará desde magníficos carruajes hasta esculturas, armas o pinturas de Velázquez, Goya o El Greco, procedentes de los Reales Sitios (Palacio Real, El Escorial, Aranjuez, La Granja...).

Lo curioso para cualquier cacereño que se asome estos días a los primeros reportajes sobre el coloso madrileño (40.000 m2), ya listo, es descubrir su gran parecido con el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear. Son como hermanos. «Yo diría más bien como primos», puntualiza Emilio Tuñón, arquitecto autor del proyecto cacereño junto con Luis Moreno Mansilla (fallecido en 2012), ambos a su vez responsables del mayúsculo proyecto madrileño.

Tuñón, ganador del Premio Nacional de Arquitectura 2022, que le entregó la ministra Raquel Jiménez en la propia capital cacereña, con la que tiene una conexión especial y donde ha firmado obras como el Relais & Châteaux de Atrio y el nuevo hotel del Palacio Paredes-Saavedra, explica la relación entre Colecciones Reales (concebido en 1999) y Helga de Alvear (2005). Ambos son edificios de arquitectura contemporánea aunque alberguen arte histórico (el primero) y arte contemporáneo (el segundo). Pero sobre todo, «los dos están en el límite de la ciudad». Helga se sitúa entre el casco viejo y la ciudad nueva; la Galería de Colecciones Reales en el Campo del Moro, junto a la Catedral de la Almudena y al Palacio Real. «Ambos también se encuentran en un desnivel y son ampliaciones de edificios anteriores», detalla el arquitecto.

Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear (Cáceres).

Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear (Cáceres). / CEDIDA

Precisamente, Tuñón y Mansilla se especializaron en resolver estas situaciones, en integrar espacios tan complejos: pasado con futuro, entornos históricos con la ciudad contemporánea… ¿Cómo lo hacen? Tanto Helga como Colecciones Reales comparten esa iconografía tan destacada de columnas en fachada, un «elemento de verticalidad» capaz de «establecer vínculos» tanto físicos como simbólicos entre espacios, entre épocas…

Ahora bien, aclara Tuñón, el museo madrileño «presenta un muro de 2,5 metros que tiene por fuera un pilar de piedra de 1 x 1 metro, y por dentro otro de hormigón de 1 x 1, y en medio una galería». Helga ofrece unos pilares de 60 centímetros de profundidad que forman un muro, sin esa cantidad de vanos. De modo que ambos edificios no son hermanos, pero sí familia.

El arquitecto, que nunca ha escatimado en palabras sobre las posibilidades de Cáceres, desvela que su próximo proyecto estaría muy relacionado con la sede de la Fundación Atrio, creada para contribuir a la mejora del patrimonio y la calidad de vida de las personas a través del arte y la música. Dicha sede estará en la anterior Demarcación de Carreteras, en el corazón del casco antiguo, frente a la concatedral de Santa María y el Palacio de los Golfines. De momento, no desvela más. 

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