Ambos le restan importancia porque es su trabajo aunque su gesto salvó una vida. Y salvar una vida siempre es un acto heroico. La actuación del agente de la Policía Local Francisco Rodríguez y del socorrista Víctor Téllez fue crucial para socorrer a tiempo a una mujer de 77 años que sufrió un infarto este lunes mientras se bañaba en una piscina de Cáceres.
De forma instintiva, ambos actuaron coordinados y afortunadamente lo que pudo convertirse en tragedia, hoy se queda en un susto. La bañista se recupera este martes en el hospital San Pedro de Alcántara, donde permanece ingresada. Un día después, ambos reciben la felicitación pública de bañistas, vecinos e incluso de la corporación municipal, que quiso trasladar su agradecimiento por lo que consideran una actuación ejemplar ante una emergencia.
Víctor tiene 23 años, prácticamente los mismos que Francisco lleva ejerciendo en el cuerpo de la Policía Local. El primero lleva dos años como socorrista de la piscina de Cáceres el Viejo y aún no se había enfrentado a una situación como la que protagonizó el lunes. El segundo acumula todas las experiencias que caben en dos décadas de servicio público. Como paradoja, ayer el agente disfrutaba de su último día de vacaciones y había acudido a la piscina con su familia en calidad de bañista.
Horas después, ya sin la inquietud del suceso, relatan lo que ocurrió. Víctor sostiene que la bañista se encontraba flotando en el agua boca abajo y aunque en un principio pensó que pudiera usar esa técnica para relajarse, le pareció extraño porque no era algo habitual en ella. Respondió su instinto. "Rápidamente me acerqué y cuando vi que no había respuesta, la saqué del agua".

De la misma forma reaccionó Francisco. "Yo vi que estaba flotando en apnea, una costumbre que yo mismo tengo, pero tenía los brazos flácidos, así que llamamos al 112 y fui a echar una mano hasta que llegaron los sanitarios, que realizaron un trabajo extraordinario para sacar a la persona de la parada". Le hicieron las "maniobras a abrirle las vías aéreas, hicimos todo lo mejor posible hasta que llegaron los sanitarios". "Seguimos todos los pasos", recoge en su testimonio Víctor.
Este martes ha sido un día atípico para los dos. Dado lo poco habitual que es que ocurra un suceso de estas características en la ciudad, la avalancha de ovaciones les desborda. Con naturalidad, Antonio asegura que no es muy dado a las felicitaciones. "Siempre se agradecen, pero esto es parte de lo que nos toca vivir, es algo que haría cualquiera". La juventud de Víctor, por su parte, sí le provocó más inquietud. "Hoy lo llevo un poco mejor, tuve toda la tarde de ayer, fui a casa y lo hablé con mi madre y lo llevo mejor".
Por su parte, el ayuntamiento, aparte de aplaudir la labor de los dos trabajadores, quiso aprovechar para trasladar un mensaje de tranquilidad y de seguridad en las piscinas públicas. Insistió en que el suceso de este lunes fue un "accidente sanitario" y no se trata de un ahogamiento como tal, y hubo una actuación modélica por parte de los servicios de emergencia.