Desde la noticia de la marcha de la calle Pintores de los establecimientos de Lizarrán y Decathlon City, adelantada por este diario, los comerciantes de la zona continúan con temor por la pérdida de afluencia que sufrirá la vía cuando las tiendas finalmente cierren.
Durante los últimos años, y en concreto, en la temporada estival, esta céntrica zona está sufriendo un deterioro continuado que está sembrando dudas sobre la continuidad del resto de las tiendas.
Isabel Bravo es la gerente de PerfumHada, ubicada en la calle Pintores, 20. Para ella, la única solución que hay es «tratar de aguantar hasta finales de año y si todo sigue igual, tendré que echar el cerrojo». Cuenta apenada que «he luchado mucho pero es imposible si las cosas no cambian». Desde 2021 está abierto su pequeño comercio en esta vía: «Desde la franquicia me exigieron que fuese una zona de mucho tránsito y dudé entre Pintores y San Pedro, pero finalmente me vine aquí».
Actualmente vive unos meses de mucha dificultad por la escasa clientela: «El verano pasado funcionó muy bien pese a que julio nunca ha sido un buen mes, y hasta mayo también estábamos bien, pero lo de las obras en la calle Parras nos está matando. La gente ya no viene». Relata que «son muchos los perfumes que tiene que vender para cubrir el alquiler y todos los gastos y luego sacar beneficios» y que «actualmente está poniendo dinero de su bolsillo».
Felipe García es uno de los propietarios del UNIDE de la calle Moret, y su queja va hacia la peatonalización de las calles céntricas. Trabaja en la tienda desde hace 44 años y la jubilación está cada día más próxima: «Cuando nos vayamos traspasaremos el local».
Finaliza con positividad con respecto a la zona: «Seguirá adelante, nosotros hemos aguantado todo este tiempo y los que vengan lo harán igual».
Tienda KKO
La propietaria de esta tienda de ropa para mujeres, Elisabeth Molano, llegó a Pintores tras su paso por el edificio de Múltiples porque «siempre quiso estar allí por la afluencia de público».
Según su opinión, la solución a esta calle no pasa solo por el arreglo de la fachada de Moret: «No puede ser que el resto de edificios se caigan a pedazos, que la calle Moret huela mal, necesitamos más limpieza, que los alquileres sean tan elevados por superficies tan pequeñas».
El verano también está pasando su factura a su pequeño comercio por la poca afluencia turística que hay hasta el momento.
Cuenta que «la marcha de Decathlon y Lizarrán vendrá muy mal a la zona, sobre todo por la cantidad de gente que pasaba por aquí para recoger pedidos de la tienda de deporte». «Al propietario de Lizarrán hay que entenderle, es que propuso varias soluciones y no le aprobaron ninguna, es normal que haya decidido irse», concluye Elisabeth.