La mesa de contratación de la Consejería de Infraestruturas y Vivienda aceptó en su sesión del pasado 14 de septiembre la única oferta presentada para la construcción y explotación de viviendas de alquiler social en Cáceres, según el acta de esa sesión que se publicó este lunes. El único interesado por promover estas viviendas es la compañía Plalyso, empresa constructora de Lobón. En esa sesión del día 14 también se abrió la propuesta técnica de la empresa, que ha pasado a su estudio por los técnicos de la consejería. Estas viviendas se edificarán en la parcela que el ayuntamiento cedió en el residencial Maltravieso, en las inmediaciones del parque de bomberos.
Aunque lo que se dieron por el consistorio fueron tres parcelas, en la práctica solo dos son edificables, la tercera es el patio de manzana. El número estimado de pisos, según se indica en el pliego técnico del concurso, es de 87. El precio de alquiler máximo de la vivienda es de 5,62 euros el metro cuadrado útil; para los garajes y trasteros es de 3,37 euros el metro cuadrado. Uno de los criterios de adjudicación es la rebaja de estos valores máximos, por tanto el precio definitivo no se conocerá hasta que en una próxima reunión de la mesa de contratación se abra la plica económica de la propuesta de Plalyso. El concurso no es solo de construcción, sino también para la explotación de las viviendas.
Para optar a este alquiler se tendrá que contar con una renta para el conjunto de la unidad de convivencia que sea igual o inferior a 5,5 veces el Iprem (que en 2023 es de 8.400 euros anual en catorce pagas), cantidad que a su vez se multiplicará por un parámetro en función de los miembros de la unidad de convivencia que entre en la vivienda.
La resolución del ayuntamiento por la que se cedió el suelo a la Junta se publicó el pasado mes de noviembre. Las tres parcelas están entre la avenida de Dulcinea y la calle Cueva de la Pasiega. El potencial de viviendas era de 30 en una de las parcelas residenciales y de 40 en la otra, según las estimaciones que se recogen en el Plan General Municipal (PGM) de urbanismo, aunque en el pliego se eleva a las 87 viviendas citadas, cifra que también es una estimación.
La de Maltravieso fue la primera cesión en más de una década que se hacía entre la administración municipal y la autonómica para fomentar la construcción de viviendas a unos precios más asequibles que los que marca el mercado. Es una intervención pública en el mercado inmobiliario. El precedente fueron las promociones que se edificaron en nuevos barrios, como el Junquillo, y también en otros desarrollados dentro de las planificaciones iniciales del plan de urbanismo, como pasó en el mismo Maltravieso. La diferencia es que antes era para la compra venta de las viviendas, mientras que ahora es para su puesta en alquiler.
La asociación vecinal de la zona, en representación de todos los residentes, y vecinos a título individual presentaron alegaciones. Por parte de la asociación se argumento en contra de esta cesión porque, entre otros motivos, se estaba usando un bien patrimonial, de todos los cacereños, para un destino que no es el acordado en la norma urbanística de la ciudad y porque la elección de las parcelas no estaba motivada por el ayuntamiento, sino que había sido discrecional y arbitraria.