Con toda la ilusión, la esperanza y la alegría que uno pueda tener después de las vacaciones, empezamos un nuevo curso. Nuevo curso, en el que, como no puede ser de otra manera, pasarán muchas cosas, buenas y malas, y hay que estar preparados para ellas. No nos podremos quejar del calor de julio y agosto, la última parte acabó dándonos la puntilla, los cuarenta se nos presentaron como algo normal y parece que tienen intención de quedarse en los años que vendrán. Entre incendios, DANAS y demás, esto del tiempo está cambiando y habrá que no despistarse.

Ya casi no me acordaba de que tuvimos elecciones en julio, y de aquellos lodos vienen estos barros, cuando vayamos entrando en el devenir de los días (si no lo estamos ya, que creo que sí) nos daremos cuenta en la que estamos metidos en lo que a política nacional se refiere; mucho “Sí es sí” y “No es no”; “que, si hoy pienso esto, pero mañana puedo cambiar de idea”. Veremos y lo seguiremos con interés.

La Iglesia se encuentra enredada en la celebración del Sínodo de la sinodalidad que se celebrará en el mes de octubre, un acontecimiento que puede marcar un antes y un después en la historia de la misma. Las tendencias, que también las hay, están comenzado a manifestarse y la cuestión se platea como problemática. El papa Francisco es consciente del reto, esperamos que su ánimo no vacile a la hora de llevar a cabo este acontecimiento.

Nuestra diócesis sigue dando pasos, los nuevos nombramientos van cogiendo ritmo y se tiene que empezar a notar las nuevas ideas y las nuevas aportaciones, hay mucho que cambiar, y necesitamos hacerlo a su tiempo, sin prisas, pero sin pausa. Un histórico de esta vieja diócesis, pero reciente en cuanto a su denominación de Coria-Cáceres, acaba de fallecer estos pasados días. La Sierra de Gata fue su origen, pero en Cáceres desarrolló su ministerio sacerdotal ocupando puestos pastorales claves. Muy poco de lo sucedido desde los años 60 del XX para acá, ha pasado sin que él tuviera algo que ver. Le dedicaremos, sin duda, una columna. 

No puedo terminar esta primera mirada sin felicitar al Periódico Extremadura por la Medalla de Extremadura. Esto son palabras mayores. Felicidades a todos los que empezaron y sobre todo a los que ahora mantienen la línea informativa del diario, línea muy comprometida con todo lo que dice relación con esta tierra. ¡Felicidades! Un recuerdo para Don Nicolás García y Don Luis Romero, aunque ya no estén, seguirán con nosotros todo el curso.