"Nosotros no salimos a buscarlo, esa noche él estaba acechándome, yo iba con mi madre a casa y él estaba escondido, me sorprendió e intentó agredirme, ella intentó separarnos. O. G. estaba de pie y me amenazaba diciéndome que me tenía que matar y entonces salí corriendo por miedo, no sabía que estaba muerto".
En estos términos se expresó este lunes uno de los dos acusados de matar a navajazos a un joven en Logrosán hace cinco años. En la causa están imputados un hijo y su madre. Tras una extensa instrucción el juicio arrancó finalmente esta mañana en la Audiencia Provincial de Cáceres.
Tal y como ocurre en las causas de homicidio, la vista se celebra con un jurado popular que fue seleccionado horas antes. Se da la circunstancia de que ambos han cumplido ya el máximo de prisión provisional que marca la ley, dos años, y por tanto, se encuentran en libertad. Madre e hijo acudieron al juzgado en compañía de su abogado Fernando Fontán.
A media mañana comenzó el juicio con el interrogatorio de los dos acusados, que solo quisieron responder a preguntas de su abogado. Primero lo hizo J. J. G. que defendió su inocencia alegando que O. tenía una "inquina" personal con él por la "relación tóxica" que mantenía el fallecido con su suegra. "Tenía una obsesión conmigo, no sé si por celos, por envidia, o por ayudar a mi suegra, quería hacerme daño". Hizo hincapié a preguntas de su abogado que consumía "drogas".
En esa línea, aseguró que la noche de los hechos, recibió una llamada de uno de los testigos que le alertaba de que O. le estaba denunciando a la Guardia Civil por "ruidos" en su bar y "por vender drogas".
La madre Y. G. corroboró su versión en un interrogatorio más breve. "Es la primera vez que me veo envuelta en algo así", expuso a la sala. En esa línea, declaró que no tuvo conocimiento de llamada que, según la fiscalía, desembocó presuntamente en la muerte de O. y que esa noche salieron del bar pasadas las tres de la mañana y fue el fallecido el que les atacó. "Nos asaltó y yo intenté que se separaran".
Unas balas días antes
En la sesión de este lunes, la acusación reveló un detalle de la instrucción que hacía mención a unas amenazas que presuntamente el acusado hizo llegar a la víctima tan solo días antes de su muerte. J. J. mostró unas balas a la madre del fallecido y le dijo que eran para su hijo.
La fiscalía pide 22 años por un delito de prisión por un delito de asesinato que actuaron por "venganza" y la familia del fallecido --padres y hermana-- eleva la pena a 25 años. La defensa sostiene que ambos son inocentes.
Está previsto que el juicio se prolongue hasta el miércoles con el interrogatorio a testigos, peritos y las pruebas documentales. En la última jornada, el jurado popular emitirá su veredicto.