El Ayuntamiento de Cáceres ha iniciado la demolición del Bloque C de Aldea Moret, adjudicada el pasado mes de septiembre por un coste de 558.548,39 euros, y consensuará con los residentes del antiguo barrio minero para decidir el futuro uso de este espacio.
Demolición "elemento a elemento"
Se trata de una demolición denominada "elemento a elemento", por lo que, dada la naturaleza del edificio y el lugar que ocupa dentro del casco urbano de la ciudad, no se empleará bajo ningún concepto el sistema de demolición por colapso. "Lo que nosotros habíamos planteado era dejar ese espacio como zona verde, ajardinar y hacer un pequeño parque en esa parcela", ha señalado este lunes el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, a preguntas durante el Pleno Infantil celebrado en el ayuntamiento.
No obstante, antes de tomar una decisión definitiva, el consistorio se pondrá en contacto con las dos asociaciones de vecinos de Aldea Moret, "para que ellos nos trasladen su opinión y tomar una decisión", ha dicho Mateos.
El cálculo de costes se aproximaba al millón de euros cuando se anunció el derribo en la legislatura pasada, ya que fue una promesa electoral que realizó el exalcalde Luis Salaya en la campaña de 2019, que calificó el inmueble de "monumento a la marginalidad".
Su demolición elemento a elemento se debe a algunos de los sistemas constructivos, como la cubierta y los trasdosados que, por albergar en su paquete constructivo aislamiento térmico a base de mantas de fibra de vidrio, hacen necesaria su extracción independiente para su gestión como residuo limpio.
Un solar de 1.500 metros cuadrados
El solar, que sirve de soporte a la edificación a demoler, tiene forma regular rectangular, con una superficie de 1.500 metros cuadrados, constituyendo por sí solo una manzana cerrada con patio.
El edificio cuenta con una antigüedad de 35 años y ha sufrido continuos actos de vandalismo. De hecho, se encuentra en mal estado de conservación debido, principalmente, al "mal uso, a la falta de mantenimiento y al vandalismo que le han dado algunos de sus usuarios". Es por ello que, tras desalojar a sus ocupantes, se procedió al tapiado de los huecos más cercanos a la vía pública para evitar el acceso al mismo.