La nueva directora del Gran Teatro inicia su andadura confiando en que mantendrá la aportación económica de todas las instituciones al consorcio. Marisa Caldera asistió este martes a su primer acto institucional tras ser nombrada para sustituir en el cargo a Silvia González coincidiendo con la presentación de la Muestra de Artes Escénicas y, aunque no intervino en el turno de las autoridades, atendió a los medios al término de la ceremonia de inauguración.
En unas escuetas declaraciones se ciñó a recordar que su incorporación es reciente y aún debe ponerse al día de la agenda. En relación a la polémica que involucró su nombramiento, Caldera esperó que el anuncio que hizo la diputación de retirar su asignación de 240.000 euros al consorcio tras un desplante de la consejera de Cultura no se materialice porque «perjudicaría a la ciudad y a la cultura». En esa línea, aseguró que mantendrá un encuentro con el presidente provincial al que emplazará para abordar este asunto.
Caldera deberá afrontar un mandato con la renovación del contrato de Womad, que también estrenará nueva dirección después de que Dania Dévora se haya retirado después de 30 años al frente. Otro de los asuntos relevantes que lidera es la consolidación del festival de teatro clásico, otra de las citas que organiza el consorcio. Por el momento, la programación del Gran Teatro está cerrada hasta el mes de mayo, por lo que deberá dar forma a la agenda de otoño. «Ahora tengo que aterrizar, tengo que hablar, y lo más importante es hablar con la ciudadanía, hablar con ellos porque si no hay público, no hay teatro. Entonces yo quiero pisar la calle, hablar con los actores, hablar con los ciudadanos y luego pues ajustar un poco a los gustos de cada uno», concluyó.
