Este pueblo de Cáceres alberga una de las termas romanas mejor conservadas del mundo

Situado al norte de Extremadura, a unos 118 kilómetros de Cáceres, se encuentra Baños de Montemayor, un municipio de 735 habitantes cuyo nombre adelanta la riqueza única que alberga en su interior.

La localidad se asiente en la parte alta del Valle del Ambroz, donde el paisaje regala un auténtico espectáculo de tonos ocres en esta época del año. La Sierra de Gredos y la Sierra de Béjar al norte, y la Sierra de la Mata Acotada al oeste completan los límites del pueblo.

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Entre sus atracciones, además de su maravilloso entorno, se encuentran su artesanía tradicional, su Centro de Interpretación de la molinería, la Iglesia de Santa Catalina o la Iglesia de Santa María de la Asunción.

Reconocimiento internacional

Aunque, sin duda, el elemento que ha logrado situar a esta pequeña localidad cacereña en el mapa es su famoso balneario. Con aguas procedentes de dos manantiales y con propiedades únicas -destaca su alto contenido en minerales como el magnesio, el azufre o el calcio- para lograr los mejores tratamientos de salud, belleza y relax, la garantía de calidad de este centro se remonta un siglo atrás, cuando la Exposición Universal de París del año 1900 galardonó sus aguas con las medallas de Plata y Bronce.

El edificio principal del Balneario Baños de Montemayor tiene una superficie de 1000 metros cuadrados y cuenta con áreas especializadas para satisfacer las necesidades de cada cliente, como la sala de fisioterapia, la sala de tecarterapia -tecnología que estimula los tejidos mediante la radiofrecuencia-, la sala de respiración o consultas médicas.

Pero, la joya de la corona sus termas romanas, unas de las mejor conservadas del mundo. La historia del pueblo se remonta a la época romana y se vincula a la existencia de las termas y de la calzada romana, la denominada 'Vía de la Plata'.

De la época se guardan dos piscinas de piedra, circuitos termolúdicos, áreas específicas de estética y zonas de jacuzzis termales. Es cierto que, a lo largo de los siglos, el centro ha sido sufrido algunas modificaciones, pero aún son visibles elementos como los mosaicos y, en conjunto, conserva la esencia de este enclave cuyo origen se remonta 2.000 años atrás.

Además, para completar la jornada en la localidad extremeña que, como se ha comprobado, ofrece innumerables posibilidades, los visitantes podrán entrar al museo romano, que contiene verdaderas joyas de la época y con entrada libre.