Todavía puede apreciarse hoy la fuerza del linaje de los Monroy. Su importancia se alza en medio de la plaza del pueblo en forma de residencia, un castillo que exhibe su figura cuadrangular y sus tres torres, y que ocupa casi en su totalidad una gran manzana. Fue levantado entre la segunda mitad del siglo XV y comienzos del XVI, en el lugar de una primitiva casa fuerte del siglo XIV.

El castillo está compuesto por dos recintos, el exterior, a modo de antemuralla y circundado por un foso, y el interior, verdadero cuerpo de fortaleza con torres en sus ángulos, patio y cuatro crujías, una de ellas con una bella galería renacentista. Los elementos denotan el carácter castrense de la fortaleza: torres, almenas, foso, aspilleras y troneras; pero también el residencial de la familia de los Monroy: blasones, espaciosas dependencias, chimeneas, galerías y miradores.

La riqueza de este linaje se aprecia también en los tesoros encontrados en el término municipal. De aquí procede un brazalete de oro aparecido en una finca y que se conoce con el nombre de Tesoro de Monroy. Se trata de una pieza de pequeño tamaño y forma redonda, casi cerrada. Responde, por sus características, a la Edad del Bronce, concretamente a su fase final. El Tesoro de Monroy se conserva y puede verse en el Museo de Cáceres.

YACIMIENTOS ROMANOS

Dentro de su término municipal existen varios yacimientos romanos de tipo villa, algunos muy conocidos, como el situado en el paraje de Las Aguzaderas, excavado durante muchos años y que se extiende en las laderas de dos colinas que descienden hacia un arroyo. En estos asentamientos se han hallado todo tipo de construcciones con sus elementos, además de los instrumentales propios de actividades de sus talleres de fragua, termas, aperos de labranza o útiles de albañilería, pesaje o medicina.

En su patrimonio religioso destaca la iglesia parroquial de Santa Catalina, que data del siglo XVI, con estructura de madera en su única nave. A los pies se alza el coro alto, con medallones platerescos en las enjutas. Destaca el retablo mayor, realizado a principios del siglo XVII en Plasencia, que muestra la arquitectura típicamente clasicista practicada en esta época, frente a una pintura que reitera los modelos manieristas de un siglo antes.

Los habitantes del municipio de Monroy se dedican, principalmente, al sector agrario y ganadero. Se trata de un territorio alomado y asentado sobre la penillanura trujillano-cacereña con sólo una zona abrupta junto al cauce del río Almonte. Entre esas elevaciones más destacadas se encuentran los cerros de Talaván, Cumbre y Marras.