Vuelco en el caso del asesinato de Logrosán, que llegó ayer a la sala del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) tras recurrir los dos acusados, José Carlos Triguero y Rosa Durán, la sentencia de la Audiencia que les condena a 17 años y medio de prisión por asesinar a su padre y esposo la madrugada del 13 al 14 de febrero del 2011.

José Carlos Triguero, hijo de la víctima, acusa ahora a su progenitora de haber cometido el crimen. Asegura que ella tenía un motivo y que lo hizo por despecho. Así lo comunicó ayer a la sala su abogada defensora, Lydia Fernández, quien solicitó la revocación de la sentencia para su cliente porque "es inocente".

José Carlos Triguero sostiene que al principio no concibió que su madre pudiera ser la culpable de dar muerte a su padre, el empresario Alfonso Triguero. Sin embargo tras las pruebas y la celebración del juicio, teniendo en cuenta que, según dice, él es inocente, "no queda otra explicación que que haya sido su madre", manifestó su abogada.

La defensa de Triguero explicó que en el pijama de su madre no había restos de pólvora porque se lo cambió tras cometer el crimen. También que el hecho de que las huellas de su madre no aparecieran en el arma (una escopeta de caza) con la que asesinaron a su padre se debe a que ésta pudo utilizar unos guantes o una toalla. Resaltó además que en el cartucho utilizado para dar muerte a Alfonso Triguero se encontraron huellas de Rosa Durán: "Eso puede llevar a pensar que ella cargó el arma antes de disparar", sostiene su letrada.

MOVIL DEL CRIMEN José Carlos cree además que Rosa Durán tenía una razón para cometer el crimen. Lo hizo motivada por la vida paralela que tenía su marido, puesto que "las pruebas acreditan que se veía con otras mujeres", indicó la defensa de Triguero. Por el contrario asegura que él no tenía razones para asesinar a su padre: "No hay motivo económico porque José Carlos tenía una empresa (con sede en Madrid) con ingresos suficientes, no tenía deudas ni tampoco existía una convivencia difícil con su familia", según alega su abogada.

El hijo, que se fugó a los días de conocer la sentencia condenatoria de la Audiencia (estuvo huido de la justicia durante tres meses), mantiene su inocencia. Su letrada manifestó que no ha quedado acreditado si la pólvora encontrada en su pijama llegó por haber disparado o por transferencia (él asegura que fue por esta última causa, ya que abrazó a su padre cuando éste agonizaba).

Los dos llegaron ayer al TSJEx en furgones separados. Se sentaron uno junto a otro, pero sus miradas solo se encontraron una vez en la hora que duró el juicio. Rosa Durán ya conocía que su hijo había decidido culparla, por lo que no mostró semblante de sorpresa, sí derramó lágrimas durante el tiempo en que permaneció en la sala.

LA MADRE CALLA Ella mantiene su inocencia y, a pesar de conocer lo que diría su hijo, prefirió no incriminarle y defender que él tampoco participó en el crimen. Su abogado defensor, Juan José Gutiérrez, pide la revocación de la sentencia y su absolución. Se basa en que fueron condenados por indicios, ya que los hechos probados no han quedado acreditados y no responden a las preguntas de ¿por qué?, ¿para qué?, ¿qué beneficio buscaba? y ¿cómo lo realizó? En el caso de que la sala la considere culpable, su defensa solicita que se reconozca que ella no fue coautora, sino cómplice.

Por otro lado el Ministerio Fiscal y la acusación particular, ejercida por Lourdes Díaz en representación de un hermano de la víctima, sostienen que se desestimen los recursos de ambas partes y que se confirme la sentencia de 17 años y medio de cárcel por asesinato para ambos. Fiscalía y acusación particular mantienen que fueron los dos quienes acabaron con la vida del empresario y lo hicieron en connivencia, tal y como dicta la sentencia de la Audiencia. Fue José Carlos Triguero quien apretó el gatillo de la escopeta para matar a su padre, mientras dormía en su habitación.

CAMBIO DE VERSION Hasta ayer ambos habían mantenido la postura de que el asesino fue una tercera persona. Según la sentencia de la Audiencia los acusados, tras cometer el crimen, se dirigieron al salón de la vivienda, ubicado en la planta baja, para abrir algunos cajones de los muebles. Su objetivo era simular que terceras personas habían estado en la casa aquella noche para cometer un robo.

Llegaron a declarar a las fuerzas de seguridad que de la casa faltaba un sobre con 4.000 o 4.500 euros procedentes de la recaudación del fin de semana del restaurante que regentaba la familia.

Tras la vista Triguero no quiso utilizar su turno de palabra. Ella sí. Visiblemente conmocionada y entre lágrimas dijo que es "inocente", que no tenía ningún motivo para acabar con la vida de su marido y que desde entonces "nuestras vidas ya no tienen sentido".